VAGANDO POR EL SABER

Otro trabajo perfectamente realizado, el tipo moriría por lo menos cuatro horas después de nuestro encuentro, había usado un veneno de invención propia que era difícilmente podrían detectar y mucho menos asociar a un médico cirujano como yo. Francamente, me preguntaba qué tipo de vida llevo este tipo, el verdadero Khaled, antes de que tomase su lugar, en fin, daba igual él tipo no volvería y a mí no me molestaba hacer su trabajo que siempre me pedía superar alguna técnica, además que tenía otras cosas en las que pensar más importante por mucho, que la vida de un inútil difunto.

Las calles estaban abarrotadas, lo que no significaba para mí un problema, mientras más gente me viera lejos de ese hotel, mejor para mi coartada. No obstante luego de recorrer algunas cuadras las miradas insistente de algunos individuos [Hombres y mujeres] eran agotadores. Tenía por bien sabido que algunos no pagaban los honorarios por una consulta en mi clínica, por estar exactamente enfermos, era molesto como buscaban excusas tan absurdas para ser ‘atendidos’ aunque, mientras pagaran y todo estaría bien, lo que me hizo doblar por una esquina fue cuando uno de esos imbéciles hizo el intento de hablarme, como si me interesara ese tipo de sabandijas sin cerebro.

Continúe mi camino por algunas calles desocupadas o ocupadas por apenas uno o dos vagabundos, que se alejaban ante mi paso, precavidos o inteligentes, no estaba de humor para ese tipo de gentuza. A pesar de solo encontrar gente desagradable al fondo de la calle hacia la que recién doble algo llamo mi atención, seguí caminando en esa dirección hasta que la escaza luz me permitió reconocerle, era un mocoso que conocí hace un tiempo, y tal parecía que me reconoció. De haber sido un persona normal hubiese seguido de largo, pero este crío es de las pocas personas en el mundo que lograron agradarme.

Cuando llegue hasta él, me quede de pie mirándolo inexpresivamente- ¿Qué haces en un sitio así?-fue lo primero que le dije, y si me conocía un poco sabría que había sido un saludo amigable, aunque mi voz se escuchase fría y distante.

Podría haber reído con su respuesta tan sincera, pero no lo haría ¿Por qué? No soy del tipo de personas que ríe tan fácilmente. Como siempre este mocoso se andaba metiendo en áreas donde una persona normal evitaría meterse como si su vida dependiera de ello, sabio es el instinto a que seres como este mocoso y yo hacemos caso omiso. Su escasa altura me obligo a inclinarme un poco para ver el papel que me enseñaba, un mapa bastante rustico le indicaba una particular dirección.

-Una biblioteca subterránea…-repetí, como si estuviese meditando en su oración. Levante mis ojos para ver al muchacho, esa forma de mirar era realmente curiosa. Nadie me miraría de esa forma en un callejón oscuro, menos cuando mi cuerpo desprende el aroma de la muerte- ummhh… ¿Por qué tanto interés en esos libros? ¿Buscas algo en específico? Sabes muy bien que una investigación no puede ser llevada de forma irresponsable, sin un objetivo claro, porque si no, no te llevará a ningún lado…-mis ojos fríos como dos dagas se clavaron en el muchacho- Conocimiento solo por conocer es una pérdida de tiempo… un desperdicio-hable de forma severa, este niño tiene buena mente como para desperdiciarla.

- Voy hacia mi hogar-respondí concretamente, al final la pregunta correcta hubiese sido ‘¿De dónde viene?’ aunque no respondería si me hiciera. La venda de mi mano se soltó un poco, la levante y acomode- Y tu… no vayas a ese lugar, es una pérdida de tiempo-le ordene secamente- Esa biblioteca fue saqueada hace dos semanas… -una sonrisa torcida, casi diabólica se dibujo en mi rostro. Fue un incursión fácil, de no ser porque la casa construida sobre el subterráneo estaba habitada por una familia joven, los dormí durante lo que duro el proceso de extracción de los volúmenes, no tenia necesidad de matarlos- por mi, todos y cada uno de esos libros ahora están en mi casa, en mi biblioteca privada-informe- Así que pierdes tu tiempo...