Fin-de en las aguas Termales [priv. Kaze & Even]

...Traía cargando una maleta color negro a un costado. En ella se encontraba su ropa para todo un fin de semana. Sí.. un fin de semana que anhelaba tener. Tenía mucho tiempo sin salir de la ciudad. O mejor dicho, sin salir con alguien que no fuera su pareja. Era necesario despejarse un poco y qué mejor que hacerlo con unos chicos que recién conocía, y que había invitado al apenas encontrarselos por allí (en uno de esos lugares que nadie se acuerda).

Dió un suspiro pues el hotel donde estaban las aguas termales le traía muchos buenos recuerdos, pero en fin... en ésta ocasión estaba seguro de que grabaría otros cuantos más igual de agradables. -Ah... ojalá les guste éste lugar. A mí me encantó cuando vine la primera vez. -les dijo a los dos chicos, con una sonrisa en sus labios.

Algonervioso, ya que casi nunca salia de la ciudad, havia llebado una maleta con un monton de cosas innesesarias, ya que no sabia muy bien ni a donde iban:igual disfrutaria, asi sea solo acostado en una cama escuchando nada o muy pco ruido. era un lugar muy bonito, de buen gusto y bien decorado, mas no en exeso, practicamente se respiraba la paz que ese lugar emanaba.

Escucho sunombre y volteo a ver, de inmediato una sonrisa se hiso presente, dandole su tarjeta de credito a Shin se acerco un poco a Even-Claro que si...la pasaremos de maravilla-

Tomó la tarjeta de crédito del más pequeño de los 3 y la guardó en su maleta... pero era un secreto, él ya había pagado todo, más no les diría absolutamente nada.

En fin, caminó al lado de los otros dos para luego pasarse a ser el lider al hablar con el recepcionista que les indicó donde se encontraba la habitación que había pedido. Sintiéndose el mayor, y el que los iba a cuidar por si algo les ocurría, los despeinó con una intención mezclada de diversión y joda.

-Y el que no se meta conmigo a las aguas termales, la pagará muy caro. -advirtió. Se detuvo unos segundos antes de llegar a la habitación e inhalo profundo, esperando que fuera algo acojedora y más que nada suficientemente grande para los 3. -Adelante. Entren primero.

Frunció un poco el seño cuando lo despeino, pero igual siguió caminando por los pasillos, sin perder de vista los detalles,que eran algunas mesitas dispersas por el lugar con pequeños arreglos florares, siguió hasta donde era su habitación, entrando y dejando la maleta sobre una de las camas, era una habitación amplia y bastante bonita, estaba mas que seguro que seria un buen fin de semana, hasta que escucho las palabras de los mayores -eh? Shin~! no seas malo... de seguro nos botaras de cabeza a las aguas termales-hace un puchero tierno mientras abría su maleta.

En la habitación habían tres pequeños roperos, y ya que es amante del orden pensaba usar uno para que sea mas cómodo sacar la ropa que necesaria por día, y lo demás que había metido en su maleta.

Entró por último y no quizo fijarse mucho en la decoración o en lo que habían puesto como relleno de un cuadro, no era importante para él en lo absoluto, sólo el espacio. Eso era.

Dejó su maleta en una de las dos camas que había. Y en ése momento sólo pudo ocurrirsele una cosa ¿con quién dormiría? ¿o cómo se acomodarían para dormir? Negó con la cabeza tratando de despejar su mente con esa absurda cuestionante y se metió al baño que se encontraba en una esquina.

La habitación era un poco extraña: tenía el baño y el guardarropa de un lado, las camas en el centro... y en un costado una puerta que daba directo a un onsen privado, totalmente contraria a la entrada de la habitación. Bien. Era grande. Eso estaba perfecto.

-No los pervertiré mucho... además con éstas nuevas generaciones, ya no me sorprendería que no sean ni tantito inocentes. -dijo mientras alzaba los hombros, despreocupado.