Una comida, una cena.. ¿y una carrera? [priv. Shinn]

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Escuché lo primero pese a que ocultó su voz en un hilito... sí, yo era muy pero muy idiota; estaba consciente de que podía actuar como estúpido, como alguien ridículo o incluso puedo agregar alguien bastante iluso. Sí, yo era muchas cosas y al mismo tiempo no era nadie.

En mi vida me había dedicado a pasar desapercibido por mi trabajo, lo cual, eventualmente me convirtió en la sombra de un ser y no alguien tangible. Mi cuerpo, mi mente, mis sentimientos e incluso mis virtudes se veían desvanecidas por ese círculo de odio en el que me encontraba... sencillamente yo no podía salirme de allí así como así. Y sin embargo, sea cual fuere la situación, también había podido "huir" con la música que Cal me enseñó... esa niña de verdad me trajo a la vida y aún así yo le...

Su pronto abrazo me trajo a la realidad. Bien. Muy bien, Shinn: -...Tampoco me importa que seas idiota, Shinn. -le abracé con la misma intensidad durante unos segundos y después lo atraje a mí un poco más e hice que dejara su peso caer por completo sobre mí. No me importaba nada más que tenerlo cerca para decir: -Dísculpame por lo de antes. Y por favor no me vayas a dejar solo... eres alguien increíble, Shinn. Te quiero en mi vida... Por favor quédate a mi lado hasta que mi vida se desvanezca. -y sin ninguna doble intención (lo confirmo por si dudas tienen) dejé mi diestra un poco libre para levantar su rostro y observarlo de lleno. Sus ojos me decían verdades que sólo yo podría descifrar e interpretar. Nadie, absolutamente nadie me iba a querer de la misma forma en que éste pequeño lo hacía. Y así mismo, yo le quería, a mi modo, a mi manera... en mi pequeño corazón y mente destrozados ya se había grabado su nombre. Y mi memoria, tanto mental como física, ahora le reconocían como mi imperfecta y fascinante coincidencia.

-Te quiero, Shinn Asuka. -le nombré apenas. No estaba en mí decir tales palabras a la ligera, no, no era un hombre así. Segun mi convicción éstas sólo se pronunciaban poquísimas veces en la vida. Y aplauso señoras y señores, pues hoy me he declarado el hombre que más quiere y admira a éste joven.

...No hay más que agregar.

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Me dejé acomodar sobre el chico sin ningún problema, probablemente mi peso le resultaba mínimo al ser yo de menor estatura y mas...esbelto, por decir delgado, suspiré muy lentamente notando como sus fuertes brazos correspondían el gesto al que yo había dado inicio, de nuevo ese cómodo calorcito subió por mi cuerpo, por mi corazón y por mi alma, inundándome por completo y logrando calmarme de nuevo y recordar que tenia muchas cosas, a él, esta sensación, un nuevo comienzo, amigos, me sentí tan idiota por algunos momentos que no pude evitar reír con ganas aun pegado a su pecho y dejando escapar un par de lagrimas, por favor parecía que era un maniático bipolar.

Sonreí ante sus palabras que me resultaron sumamente sinceras, asentí con la cabeza levemente pero con completa seguridad dándole a entender que no iba a alejarme, que seria capaz de ir con él hasta infierno o incluso más allá de ser necesario, se había disculpado y aunque aun se sentía raro lo podía entender ya que a pesar de todo yo podía llegar a ser maduro y comprender las cosas sin necesidad de muchas explicaciones, sonreí ampliamente y mas sinceramente que nunca, también yo lo quería, le quería demasiado y de acuerdo a lo poco que le conocía, sabia que si él lo había dicho de esa manera tan directa, firme y segura era porque había verdad en esa frase.

-Esto es patético-murmuré entre lagrimas y risas buscando tranquilizarme y parar el llanto, ya ni siquiera sabia o entendía porque lloraba y a decir verdad lo había hecho ya en dos ocasiones ¿O habían sido más? No podía recordarlo justo ahora, el punto era que me molestaba al extremo llorar así, de la nada ¿En donde había ido a parar mi fortaleza? No tenia ni la más mínima idea, solo tenia claro que cierta parte ella, de aquella frialdad y de esa muralla que cubría mi mente y mi corazón se había ido a algún lugar de mi ser y había dado paso a un ser más abierto, a ser más sincero conmigo mismo y un poquito también con los demás, comenzaba a comprender que eran un poco lógicas mis lagrimas después de tantos años de dolor reprimido, de una vida “divertidamente” cruel el sentir ahora tal cantidad de emociones, felicidad, tristeza, cariño etc. eran como una bomba atómica ¿Reiji era el responsable? Si, en parte él lo era y en parte también yo y algunos de mis compañeros, había sido una buena decisión el alejarme, el querer empezar de nuevo y después de toda una vida de complicaciones comenzaba a creer que todo había valido la pena.

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-Hmm. -una mezcla entre suspiro y aire soplado con fuerza fue lo que salió en ese momento.

La mano que le tenía tomado el rostro ahora pasaba a su cabello y después a su espalda considerablemente más pequeña que la mía, su cuerpo por un instante me pareció el de un niño y no entendí el porqué; quizá fue porque le ví cubierto de lágrimas y de sonrisas al mismo tiempo, como si yo fuera el único responsable, como si yo le hubiera hecho caer y lo hubiese obligado a levantarse al instante, como si yo...

-Ahora bien... ¿vas a querer que te dé de comer en la boca o bajarás de mí? Yo me acato a tus órdenes. -bromée para que se tranquilizara pues tenía entendido que una broma a mitad de lágrimas de alguna forma aminoraba el dolor y encapsulaba la mente en algo ligero e intangente; el dolor sólo nos cierra el mundo mientras que una risa nos llena de vida y simplicidad inigualables.

-No quisiera que te fueras a sentar pues te alejarías de mí pero creo que el mesero que llegará en... -alcé la vista pues ya podía sentir la presencia de alguien más recorriendo aquel pasillo iluminado. -Menos de un minuto. -finalicé.

Limpié las lágrimas de su rostro con las yemas de mis dedos y froté éstos para desaparecerlas. Alargué un poco el cuello y le dí un beso en la frente antes de decirle: -Tranquilo, hombre. -una sonrisa amplia y sincera se formó en mi rostro pese a que estaba consciente de que perdería el calor que me brindó durante esos segundos; había sido maravilloso. Y lo perdería pues era inevitable... No podíamos estar siempre pegados.

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Dejé que su mano recorriera mis espalda en una caricia casi de consuelo, me obligué a calmarme un poco y así deje que él limpiara mis lagrimas como si yo fuera un pequeño, aunque a decir verdad ese pequeño gesto me había agradado y no era porque me gustase que se preocupara por mi, era mas bien porque me hacia sentir que yo era querido por alguien... por alguien vivo.

Lo miré con curioso reproche y solté una risa, pequeña y cálida al imaginarme la escena de él dándome de comer, no no eso ya seria absoluta y completamente demasiado aunque debía admitir la cara del mesero al vernos en una situación tan poco común, de nuevo reí –Creo que tienes razón- comenté al oír también los pasos del mesero acercarse, de un salto pequeño y simple me aparte de él sacudí un poco mi ropa y mi cabello, inhalé profundamente para enseguida soltar el aire con lentitud y así finalmente caminar hasta tomar mi respectivo asiento, recargando mi espalda y buscando una posición que me resultara cómoda, cosa que me resultó sumamente sencilla.

-Bien de seguro crees que soy un maniático bipolar- le dije riendo de mis propias actitudes, debía recuperar al menos un poco de todo el auto control que había perdido si no iba a encontrarme en graves, graves problemas –Ahora que lo pienso sabes demasiadas cosas de mi- comente de pronto analizando nuestra situación –Eso es malo también no es buena idea- dije casi sin pensar al tiempo que el mesero entraba con nuestras ordenes incluida la copa de vino que había pedido con anterioridad y la cual ciertamente se veía y olía bastante bien.

(u.u perdona esque ando enfermita y mi madre casi me interna al hospital )

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[D: nou nou, tu salud primero pero debo suponer que como posteaste ya estás mejorcito ¿cierto? ...sino mejor descansa primero así mucho mucho mucho hasta que estés al 100% ^^ ne? o si no no aguantarás mis cosidas ¬w¬ (?)]

Guardé silencio cuando él aspiro ese aire y luego lo soltó. Sí... se le observaba un poco más tranquilo y me sentí aliviado de ésto. No me gustaba ver la pesadez en su rostro o bien, no me gustaba verle cubierto por lágrimas de dolor.

El mesero se entrepuso en medio de nosotros. Aquel hombre de buenos modales nos sirvió a cada quien su platillo y su bebida y yo me quedé encantado... la comida olía y lucía deliciosa y esperaba que su sabor fuera igual.

-Caballeros, si necesitan algo más no duden en pedirlo. -fue como se dirigió a los dos antes de desaparecer. Por mi parte sólo pude decir un: -No, gracias. Es todo por el momento.

(Joder, lo siento, querido lector, pero no me gusta describir a un tercero que nada más me interrumpe la escena ¬¬)

-Ehem... ¿y qué tal lo tuyo? -eché un vistazo a su platillo, de igual forma se veía delicioso pero habría que probarlo. Me acomodé bien en el asiento y con técnica aprendida de hacía años tomé el cuchillo y tenedor y empecé a cortar trocitos para después probar un bocado. Lo mastiqué un poco lento, después de todo era mi primera vez comiendo en compañía en "ese" restaurante/bar por lo que la exclamación salió de mi boca sin pensarlo mucho: -Ahhh...

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Asentí un poco con la cabeza en señal de agradecimiento al mesero y centré toda mi atención en el plato y la copa que estaban frente a mi, tenia tentación de probar el vino, una tentación bastante grande puesto que quería recordar el sabor de la bebida que había probado algún tiempo atrás, pero no, mi pésima resistencia al alcohol no me permitía tomarlo así tan a la ligera así que mejor tome mis respectivos cubiertos y corte un pedacito del salmón que había pedido para enseguida llevarlo a mi boca, estaba delicioso, sonreí con satisfacción y corté un trozo más, saboreándolo en mi boca para después mirar hacia mi compañero.

-Esta delicioso- le dije y una suave risa surgió desde mi garganta ante su gesto de satisfacción –Sabes tienes unas actitudes muy ... ¿lindas?- comenté dudando de lo último pero sin borrar la sonrisa de mi rostro ni dejar de mirarlo, analizándolo en secreto, o quizá no tanto –Serás algo tonto onii-san pero eres una buena persona- bien ese comentario no venia al caso ni en lo más mínimo pero sentí de pronto la necesidad de comentarlo.

-Por cierto ¿Aun esta en pie esa carrera?- pregunté con un tono levemente retador mientras que finalmente probaba de la copa de vino, la cual era perfecta en olor sabor y textura –puedo entender que cambies de opinión de ultimo momento, después de todo es normal que temas de mi así que no reprocharé si lo haces- dije riendo pues tenia confirmado que Reiji no temía de casi nada, era tan solo una pequeña, divertida y quizá peligrosa provocación.

(si mas o menos, lo peor ya paso n.n ahora solo queda recuperarme bien para aguantar tus cosidas [?] xD jaja)

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¿Me había llamado tonto...? sí. -Vaya que tienes agallas al insultarme, pequeño Shinn. -estaba tan sólo un poco sorprendido por la forma de expresarse hacia a mí, por supuesto no lo tomé en serio, lo tomé como broma y tal cual reí por lo bajo. ¿Es que ahora me estaba observando? ...jah, así que el pequeño Shinn Asuka tambien puede analizar a la persona que tiene de frente.

Y como no me gusta ser predecible, emití una advertencia: -Esa carrera será tu final, chibi~ -alargué la última palabra para provocarle un disgusto ya que al parecer no llevaba muy bien lo de su altura. Ésto sólo era aprovecharme y sacar ventaja. -Así que empiezas a beber sin mí... -agregué cuando le ví tomar un poco del líquido servido en la cristalería. Después emitió una risita, "¿cuál sería la gracia?" me pregunté. -Y también intentas provocarme. Ah, ahora entiendo lo que decían. ¿Cómo era? ¿...cría cuervos y te sacarán los ojos? -A lo que yo me refería es que tanta provocación dirigida a mi pequeño acompañante daban como resultado que él intentara lo mismo conmigo. En fin, continué cortando y masticando el bocado. Hacía pequeños intervalos en ello para poderle ver y fijar mi mirada en su rostro, en el cómo degustaba algo tan cotidiano como una cena.

-¿Si te gano, qué me vas a dar? -ya estaba buscando un incentivo. Es decir, lo más seguro es que yo ganaría esa competencia aunque tampoco podía menospreciar a alguien que sabía con qué estaba lidiando. Él lo había mencionado recién nos conocimos si mi memoria no me falla. -Así que... dime. -dí un trago a mi bebida para no atragantarme y liberar mi gartanta. Después de esto esbocé una sonrisa amplia, retadora.

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-Es de cariño - me defendí al instante aun con la sonrisa en mi rostro, sabía que él no se lo iba a tomar a mal por lo cual me permití jugar solamente un poco tratando de ver hasta que cuando podía llevar yo la ventaja, no fue mucho tiempo, me sonrojé, me crucé de brazos y bufé con fingida molestia, bueno no tan falsa, este chico y su manía de ponerme sobrenombres respecto a mi altura –No soy chibi- le refuté –Tu eres un monstruo- dije con algo de infantilidad, a pesar de que sabía que yo era uno de los más bajos de estatura en el instituto, sin contar claro a los que tenían menos años que yo ¿o había entre ellos niños que me superasen en altura?, no no eso ya sería una gran y patética humillación pero en fin eso no importaba, el punto central del asunto era que…. que… demonios aun seguía sorprendiéndome como unas pocas palabras de su parte podían descolocarme en tal grado, me reprendí a mi mismo por dejarme llevar de nuevo y suavicé poco a poco mi mirada.

Miré mi copa de vino y sonreí –solo sigo tu ejemplo onii~san- le dije riendo y bebiendo un poco más, solo un mínimo trago que pasé por mi garganta en un secreto y sutil deleite, sentía el sabor del alcohol e incluso casi creía poder percibir correr un poco de este por mis venas, pero aun estaba consciente de mis actos, afortunadamente, una media sonrisa surgió al oír salir de sus labios tan conocido dicho, sobre todo por mí, solo que ahora en un concepto completamente diferente, piqué con el tenedor algunos trozos de verdura y las llevé a mi boca siempre atendiendo a los gestos y palabras de Reiji, era fabuloso como un simple e insignificante encuentro a la entrada nos había traído hasta aquí.

Sus siguientes palabras me sorprendieron era algo así como ¿Un reto? ¿Una apuesta? sin duda alguna eso haría aun más emocionante la situación y al toque impulsivo de mi personalidad le fascinaba la idea, aunque a decir verdad no estaba muy seguro así que me tome un tiempo para pensarlo –Si ganas te daré o haré lo que tú quieras- comenté con seguridad volviendo a poner los ojos en él –Siempre y cuando sea del mismo valor o fuerza de lo que tú me des si gano yo- dije y de nuevo me tomé un momento para comer y pensar -Claro la única cosa que no podrás tener es mi motocicleta- de eso no quedaba duda el vehículo era mío aunque intentaran robarlo –Y además no hare nada que provoque que termine en prisión por daño a la vía publica o faltas a la moral- dije y después reí dando a entender que lo decía en parte de broma ¿Daño a la vía publica? por favor en múltiples ocasiones había causado daños y tan solo unas horas antes había sido participe en el robo e incendio de una patrulla.

-Así que ¿Qué se te ocurre? ¿Que quieres que haga si ganas? ¿Qué me darás tu si yo gano? parte de la decisión esa en tus manos- era una idea algo descabellada, después de todo él podía pedirme hacer o darle cualquier cosa aunque también estaba la posibilidad de que fuera yo quien lo “obligara” a hacer algo.

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-Ah, pero yo soy un mal ejemplo. -agregué cuando me confesó, si se puede llamar así, sus razones. Daba igual. Me gustaba verlo contento, degustando, esbozando una sonrisa o sonrojado como tomate. ¿Qué tenía Shinn? Y es una pregunta en serio... ¿Qué tenía Shinn que a mi me encantaba? ...éste chico de verdad es sorprendente y todavía no tiene ni pizca de que me tiene amarrado con hilos invisibles. Incluso el escucharle hablar era.. ¿cómo explicarlo? ...podía escuchar el cariño de sus palabras. Éramos amigos ¿cierto? ...ah. Ser amigos. ¿Sería ésto lo que me tuviese amarrado a él? ¿Su amistad? ...joder, simplemente es increíble.

Entonces por fin escucho respuesta de su parte. Me está entregando un porcentaje del poder para decidir el premio ¿no es así? -Hmm... algo de igual precio... Harás lo que yo diga ¿cierto? -ah, pero entonces menciona que nada fuera de la moral y crímenes; ésto y aquello; me cortó las alas- Joder. Ya estaba yo pensándome en qué y sales tú con eso... de veras. Pero bueno, está bien. Acepto tus condiciones. -Volví a probar mi cena, ahora haciendolo un poco más rápido, apurado, consciente de que debía llenar mi sistema de energía porque precisamente ahora mi cerebro estaba ideando algo de igual valor.

"De igual valor" seguía repitiendo, buscando en diferentes situaciones u objetos. Fuera histórico o material necesitaba encontrarle rápido.

Terminé mi cena por lo que no emití ninguna palabra en severos minutos. Juré que por lo menos habían sido de 5 a 10 minutos. Tiempo suficiente para pensar. Tiempo suficiente para darme por satisfecho. Puse los cubiertos cerca de la vajilla que antes había sido adornada con mi cena. Qué pena que ahora se vea desnuda, sólo con un par de metales cubriéndola. Como sea, proseguí: -Ahh.. lo siento, me adelanté un poco. -tomé la cristalería y le dí un trago largo, de nuevo, a mi bebida. El alcohol no me hacía nada a éstas alturas por lo que una sonrisa llena de cinismo se apropió de mí: -Si yo gano, tú beberás conmigo... en el Instituto. Por supuesto, te vas a quedar conmigo a dormir. -dejé el vasito de nuevo en la mesa e hice un mohín con la diestra, continuando con mi explicación: -Y si tú ganas, bueno pues... haré o te daré lo que tú me pidas. Sin excepciones. -aseguré. Guiñé uno de mis ojos, atreviéndome a coquetearle -¿Y tú, qué pides de mí?

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Sonreí al oír su “queja” ante mis condiciones –Precisamente por eso lo hago tienes ideas muy locas- comenté como si nada y aguardé en silencio comiendo con tranquilidad dejando que él se sumergiera en sus pensamientos y tomara una decisión acerca de nuestra pequeña apuesta riendo interiormente por su repentina rapidez al comer, la cual suponía que era causada por algo de emoción contenida, aunque nunca dejé de analizarlo solo que ahora más discretamente de nuevo buscando colarme en su mente y adivinar sus ideas de las cuales solo tenía leves corazonadas, comí un poco más de mi plato y mis pensamientos se fueron repentinamente al trozo de pastel que esperaba por mi tras el plato fuerte, la simple idea, el tan solo imaginarme el sabor del chocolate en mi boca hizo que ensanchara mi sonrisa y que apurara tan solo un poco mi cena.

Miré entonces el plato vacio de mi acompañante sin poder ocultar algo de mi sorpresa, eso había sido bastante rápido, negué levemente con la cabeza ante la disculpa del otro mientras lo observaba beber con la misma facilidad de siempre, como si el alcohol fuera o más bien tuviera en él el efecto del agua y fue entonces cuando esa sonrisa, esa endemoniada sonrisa se formo en sus labios –Ay no- murmuré por lo bajo pues esa sonrisa y esa mirada denotaban que acababa de ocurrírsele alguna idea “desequilibrada”, finalmente las palabras salieron de la boca de Reiji y lo miré casi atónito, de todas esas cosas que pudo haberme pedido elegía esa, uno de mis puntos débiles ¿Beber? ¿Dentro del Instituto? ¿Quedarme a dormir? ¿Con él? la simple idea me causaba un túmulo de emociones encontradas y no era que me iba a arrepentir y retirar mi oferta, no, pero no evitar sentir un poco de preocupación unido a una irracional emoción. Me cuestioné de pronto cuantas copas necesitaba Reiji para emborracharse, probablemente demasiadas y si bebíamos juntos lo más seguro era que yo jamás lo averiguara… o no lo recordara.

Un pequeño sonrojo cubrió mis mejillas ante el guiño unido a que él no me estaba poniendo excepciones así que mejor me dediqué a terminar lo que quedaba de mi cena esperando que el sonrojo no se hubiese notado mucho. Una vez finalizada mi cena puse los cubiertos como dictaban los modales y miré a Reiji mientras el mesero retiraba nuestros platos y traía el dichoso pastel mientras nos preguntaba si se nos ofrecía algo más, cuando se hubo retirado asentí levemente con la cabeza a mi acompañante.

–Bien si tu ganas beberé contigo y si yo gano pues….- hice una pausa aun no estaba seguro de que pedir después de todo debía ser equitativo, recordé el momento de antes, los dos juntos, nuestros tan cerca, nuestros labios separados por centímetros, nuestra respiración mezclada…no, no no y más no, suspiré, y aunque esa idea era la que se apoderaba de mi mente con una fuerza casi incontrolable opté por ignorarla a pesar de los reclamos y de los gritos de “idiota” –si yo gano tendrás que venir a patinar conmigo sobre hielo y con todos mirándonos- dije finalmente con una traviesa, linda y sincera sonrisa en mi rostro, si bien no era algo muy dramático no me perdería por nada la oportunidad de ver a Reiji en unos patines y resbalando por aquella superficie helada.

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El postre frente a mi acompañado se veía algo extraño... mejor dicho, me hizo pensar que a él le gustaban las cosas dulces, muy muy dulces. Mientras que a mí me fascinaba lo picante, lo amargo y lo salado. Vaya que éramos diferentes en ésto pero aclaro por si acaso, era mera suposición así que no me presten mucha atención.

-¿Patinar contigo, eh? -repetí su "premio". Sinceramente no podía imaginarme utilizando los patines y llendo a su lado, quizá, tomado de la mano en un principio pues sólo necesitaría unos minutos para acostumbrarme. Después de todo un punto bueno a mi favor era el equilibrio. De nuevo, y por pocos segundos, estoy agradecido de haber sido entrenado para ser un asesino.

Dí un trago y otro y otro más. Para mí era tan fácil como tomar agua. Ni siquiera estaba afectado por el licor, mas bien creaba en mí un placer; era un gustito muy "de adulto" según me decía una persona de mi pasado. Me lo pensé unos instantes... sopesé la idea dentro de mi cabeza. Las intenciones del bochorno quisieron hacerse de mí pero antes de que ésto sucediera concluí que: -qué más da... Acepto. -alargué mi mano, esperando a que la estrechase con la mía, cerrando así nuestra apuesta. -Aunque realmente no creo que puedas ganarme. Yo conduciré un Ferrari. Tendrás que ser muy, pero muy bueno con la motocicleta. -fanfarroneé. Esa sonrisa cínica y arrogante de nuevo desfiguró mi rostro. Sí, joder, era un maldito fantoche.

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Seguí comiendo del pastel con gusto, mi copa de vino aun tenia buena cantidad y me pregunté si iba a ser buena idea mezclar dulce con alcohol, bueno no iba a pasarme nada grave así solo me concentre en disfrutar de la bebida y el postre. Asentí con la cabeza a sus palabras confirmando cual sería mi recompensa –Estás loco ¿Cómo puedes beber de esa forma? es imposible que el alcohol no te haga nada- le dije con algo de reproche infantil y fuera de lugar pero es que no podía evitar sentirme como todo un niño ante su control de la bebida.

Sonreí ampliamente en cuanto finalmente aceptó la apuesta, esto comenzaba a ser bastante divertido, alargué mi mano para estrechar firmemente la de él mientras lo miraba directamente a los ojos –No seas tan confiando- le dije con una sonrisa y comí algo más del pastel saboreándolo y limpiando los restos de chocolate sobre mis labios con una de las finas servilletas que estaban dispuestas en la mesa para después inclinarme un poco sobre la mesa para acercarme a Reiji –Lo soy- le dije con seguridad –además tu auto no podrá con mi motocicleta no quiero perder la oportunidad de verte en unos patines será algo irrepetible- comenté riendo buscando acomodarme pero sin apartarme mucho, tratando de mirarlo como él me veía, con suma confianza y con cinismo, dando como resultado una mezcla de ternura, diversión y fingida fanfarronería en mi mirada que de seguro no le causaba ninguna intimidación o sentimiento similar.

-Y a esto ¿De dónde sacaras el auto?- le pregunté ya que todo estaba en listo menos su vehículo y hasta ahora habíamos estado transportándonos en mi motocicleta así que era más que obvio que sintiera curiosidad al respecto de su tan amado Ferrari.

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Solté su mano después de unos instantes. Digamos que el hecho de que me respondiera de tal forma, así, con cinismo y seguridad me extrañaron tan sólo un poco. De cierta forma, ésta era una faceta que yo no conocía de él y pues deseaba guardarla en mi memoria, tan sólo como una "extraña" experiencia.

Arquée una ceja y esa sonrisa de fantoche prosiguió en mi rostro unos segundos más mientras yo me entonaba, explicándome: -Hay todavía muchas cosas que no conoces de mí, Shinn. Y el ferrari está incluido en ello. -dí un trago, de nuevo, a mi bebida, según calculaba no faltaba mucho para terminarmela. Seguí: -Hay un estacionamiento en la parte trasera de éste restaurante. Dígamos que... -le ordené a mi muñeca que se moviera en pequeños círculos por lo que el líquido dentro de la cristalería se movió y produjo unas onditas hermosas, según yo percibí- ..soy cliente preferente, por lo que tengo ciertos beneficios en éste lugar. -llevé a mi boca al antes mencionado, y tomé lo que restaba. Sentí, incluso, como bajaba por todo mi sistema y se detenía cerca del estómago. No sé... quizá haya sido impresión mía, pero estaba helado. Aún así no emití ni siquiera mueca por ésto, al contrario. De mis gustos más sin-clase era tomar y tomar hasta que me caía... precisamente por eso aguantaba el alcohol.

-¿Qué? ¿Ya te acobardaste? ¿De una vez nos escabullimos a las habitaciones para que siga la fiesta? -dí una carcajada, un poco fuerte, pero eventualmente fue desvaneciendose. Así como todo, tenía un final.

Me sentía alegre, y a la vez meláncolico. No esperaba que Shinn se diese cuenta. Lo guardé para mí y sólo para mi. He de confesar que me recordó, justo éste momento, a una chica. Una chica que me amó y que amé intensamente. Pero, como lo mencioné hace un tiempo, tuve que matarla... tuve que llevarme su vida para librarla de todos sus remordimientos.

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Le sonreí un poquito mientras lo escuchaba no sin cierta sorpresa ¿Cliente frecuente? bueno eso era algo de suponerse. “Hay todavía muchas cosas que no conoces de mi” sus palabras resonaron en mi mente, eran ciertas y solo me incitaban a querer conocerlo más, a querer descubrir, saber y entender todo, o casi todo, sobre él, sus gustos, disgustos su manera de pensar, sus secretos, sabía que no podía ser imprudente y que quizá no llegara a conocerlo todo ya que cada quien tiene guardados en su alma cosas que simplemente no pueden o deben ser compartidas por alguien, yo tan solo esperaba poder conocerlo lo máximo posible para de esa forma poder apoyarlo incluso sin la necesidad de que él me cuente que es lo que le sucede, claro eso llevaría tiempo pero de eso teníamos de sobra ¿No? como bien decían por ahí tenemos más tiempo que vida y para mi fortuna mi vida acababa de tomar un matiz bastante agradable.

-No me he arrepentido- le dije mirándolo enojado, haciendo un puchero retomando mi habitual actitud –Así que no pienses que podrás llevarme a una habitación con tanta facilidad- agregué pero a los pocos segundos me sonrojé al comprender que mis palabras podrían fácilmente tener otro sentido, solté una pequeña maldición en voz baja y antes de que el otro pudiera sacar algún comentario ingenioso, lo interrumpí -Ya mejor no digas nada y come pastel- le dije y metí en su boca la cuchara que previamente había tomado un pedacito del postre mencionado, el cual a pesar de su pinta no estaba tan dulce, evitando así que él hablara y riendo también al ver la expresión de su rostro por mi acción.

-Jajajaja eres tan lindo- mencioné y bebí un poco más del vino, solamente un poco –Mejor hay que darnos prisa la verdad es que muero de ganas por ver tu auto- le dije animado sintiendo además como mi sangre comenzaba a correr con más velocidad debido a la emoción.

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Volví a emitir la carcajada con la potente voz cuando dijo lo segundo. ¿"Llevarlo a una habitación no sería tan fácil"? ¿Eso era? Oh... pequeño Shinn, acabas de entrar a un terreno al que no debías ni siquiera imaginar. Tragué rápido el pastel que me había obligado a comer por lo que ni siquiera tuve la maldición (para mi) de probarlo. Fuí rápido y luego saqué la cuchara de mi boca, poniéndola cerca de los que antes yo hube tomado. Ahora no podía terminarse su postre. -...Aunque te agradezco el que me hayas hecho reír, no me gustan las cosas dulces. -Reí un poco, la situación yo la percibía como una burla, para ambos- ...y ahora no puedes terminar tu postre. ¡Já!

Miré un poco más allá y me dí cuenta de que su bebida aún estaba a medio tomar, y pensé "qué lento y qué desperdicio". Emití la previa queja: -Shinn, ¿no eras conductor designado? No creo que te vaya muy bien si te terminas eso y luego conduces. -fruncí el ceño, totalmente serio ahora- Tu seguridad es primero que nuestra apuesta. -alargué la mano y haciendo una especie de palanca con mi dedo medio, fue como lo impulsé a que chocara contra su frente y lo "lastimara". Ahora parecíamos verdaderos hermanos, claro, o eso pensaba yo, pues lo estaba "regañando".

Joder, qué cosas tan extrañas.

[D: por cierto, Alex, nu has respondido lo de la playa uUU^^. Y a otro tema ¿cómo sigues?]

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- Mi intención no era… ¡Ey no es justo!- le reclamé de inmediato tratando de tomar de nuevo mi cuchara para poder terminarme mi pastel y mirándolo de muy mala manera –Te daré una patada si no me la devuelves- amenace, según yo, inclinándome un poco hacia el frente y con las mejillas aun teñidas levemente de rosa por mi anterior comentario y aproveché la distracción del otro en mi copa de vino para recuperar mi cubierto y sacarle la lengua un poco antes de seguir comiendo ,para mi desgracia, lo último que quedaba del pastel chocolate en mi plato.

Atendí a sus palabras, si, tenía razón no era muy buena idea que yo bebiera y condujera pero aun me sentía en mis cabales, me parecía que aun tenia intactos mis cinco sentidos por lo que negué con la cabeza dispuesto a responderle pero su mirada seria al igual que la entonación y él significado de sus siguiente frase me dejó en silencio y sorprendido, él… el estaba preocupado ¿Por mi? mi rostro adquirió de nuevo un sonrojo mientras lo miraba, esa sensación de nuevo, ya la había experimentado antes ese agradable sentimiento de saber que le importas a alguien. Apenas sentí el leve golpecito dado en mi frente como muestra de un sutil regaño por él otro, fruncí el ceño un poco cual pequeño hermano y me sobe la frente exagerando en forma de broma el supuesto dolor que me había causado si acción.

-Estaré bien- le dije con una sonrisa –Aun no me siento mal y creo que pararé de beber justo ahora... pero… gracias- agregué al final –Por preocuparte por mi- finalicé con sinceridad y lo miré con una tierna sonrisa y después suspiré - además quiero estar en mis cinco sentidos cuando te gane- dije para liberar un poco de tenciones o del nerviosismo que de pronto me invadió.

(ya decia yo qe olvidaba algo n///nU jaja estoy mucho mejor aunque ahora parezco conejo mi madre me trae a base de lechuga y zanahoria y demas vegetales xD)

Invitado

Se sonrojaba, se abochornaba, se enojaba, se volvía a sonrojar y luego me sonreía tiernamente.

Sin duda Shinn era un maldito bipolar... hecho y derecho.

-Creeré en tus palabras. -me crucé de brazos, realmente hablaba en serio acerca de su seguridad además yo no iba a tenerle compasión ni estando en sus 5 sentidos, mucho menos si perdía uno o dos de éstos por culpa de una bebida que no toleraba lo suficientemente bien como yo (o como cualquier otro bebedor compulsivo).

-Sin embargo, lo que dices está mal. -le seguí observando serio por unos segundos, para lograr que sintiera, al menos unos ápices, de intimitación. -No te adelantes. Mejor primero términate eso y después ya veremos. -una sonrisa reemplazó mi seriedad mas no dejé de tener cruzados los brazos.

Justo ahora sólo me dedicaba a verle. A aprenderme parte de sus gestos al comer, al sonreírme, incluso cuando se "enfadaba" y luego me reprochaba sobre ésto y aquello.

Finalicé con un: -Sólo estoy esperándote.

[XDDD haha siíiii apenas me dí cuenta ayer D: por eso te decía~ :3 y pues me alegro que estés mejor ^^U aunque >_> eso de comer como conejo no está del todo genial, ne? pero así estarás mucho mejor en poco tiempo ^^ así que te deseo una pronta recuperación D:< y nada de andar comiendo cosas frías y eso ¿OK? ¬¬]

Invitado

-Bien- respondí al ver que creía en mi además de que sabía que al decirle que me encontraría completamente bien estaba entrando a un terreno más “peligroso” cosa que a decir verdad me emocionó, vaya me sentía estúpidamente emocionado y no era por el alcohol, al menos no por ahora afortunadamente, de nuevo la adrenalina comenzaba a correr en mi sangre, llegando a cada fibra de mi ser, mi personalidad podía ser algo extraña, había días en los que ni yo mismo me entendía del todo.

-¿Mal?- pregunté pues me había perdido un poco en la conversación pero al instante recordé y asentí con la cabeza, aunque no a su primer comentario ya que la no iba darle la razón en eso la primera regla era ser confiado, prudente claro pero sin dejar de lado la confianza en uno mismo, aprobé el comentario respecto a terminar lo que quedaba de mi cena así que con un poco más de prisa terminé completamente el pastel y bebí un poco más del vino saboreando y deleitándome con el sabor aunque sin terminarlo ya que eso sería demasiado y debía estar consciente.

-Listo podemos partir- le dije tras limpiarme la boca con la servilleta, estaba demasido emocionado.

[No u.u ser amiga del conejo no esta tan lindo xDD y gracias aunque u.u yo quiero comer cosas friaaas helado, café, malteadas, de todo d: las comeré a escondidas muajaja >:] ok nu xD )

Invitado

Hice un mohín cuando dijo que estaba listo para iniciar con el reto, con esa carrera. Ésto no era simplemente una herramienta para subirnos la adrenalina o para disfrutar con un carajo la velocidad de nuestros vehículos, no, ésto era una prueba para demostrar quién era el más rapido y el mejor al conducir.

Me gusta fanfarronearle, porque sé, de ante mano, que una motocicleta no podrá contra un bebé como el mío. Tan sólo estaba teniéndole méritos porque Shinn no era cualquier conductor, sólo por eso.

-Entonces vámonos. -me levanté lentamente de mi asiento y corrí apenas la silla donde antes hube estado. -Creo que de una vez tengo que comprar ese alcohol, hoy te embriagaré y quién sabe qué cosas puedan sucederte... -lo miré por el rabillo de los ojos mientras me adelantaba a la puerta y esperaba a que me siguiera.

Ah, recordé algo: -Y por el mesero, y ésto, y ah... también por la cuenta... no te preocupes. Sólo ten tu mente en esa carrera y en cómo vas a perderla. -una vez que lo tuve cerca de mí caminé a su lado, por ese corredor que antes me había encantado con sus luces, con sus sombras, incluso con el sonido producido por mi calzado en el suelo.

Paulatinamente se convertía en una despedida de mi restaurante favorito. Y al mismo tiempo, era la bienvenida a la señorita Adrenalina. Me adelanté unos pasos para guiarle hacia donde estaba el estacionamiento para la clientela con preferencias, en la que estaba incluido, por supuesto. -Falta poco... -agregué para que no tuviera el sentimiento de desesperación al buscar un lugar que jamás había visto.

Me encaminé junto con Shinn por 4 o 5 corredores largos, no había nadie merodeando por allí por lo que estábamos completamente solos a excepción de las pequeñas lámparas iluminándonos y la ligera percepción de la música sonando en la zona principal del restaurante/bar. -Puedes tomar mi mano, si es que tienes miedo a la oscuridad. -reí por lo bajo.

Invitado

Me levanté con calma después de Reiji y negué a sus palabras –Tú mismo lo has dicho no te adelantes, evita sacar conclusiones a la ligera- le respondí mientras empujaba la silla en la que había estado sentando y así caminar para llegar a un lado de mi acompañante y salir por la puerta –Yo no conozco tu auto y tu no conoces del todo mi motocicleta así que no es bueno confiarse- le aseguré ya que estaba consciente que ni yo mismo debía confiarme ya había visto a Reiji conducir y si eso hizo con una simple patrulla ya me imaginaba de su capacidad en un auto muchísimo mejor equipado.

Mientras caminábamos por aquellos pasillos escuchaba sus palabras y por instinto o algo así me giré para ver hacia atrás de nosotros, no había nadie y de no ser por el recordatorio de Reiji y la muy suave y música creí poder olvidarme por completo de que nos encontrábamos en un lugar “comercial” pero al oír que no debía preocuparme simplemente me concentre en seguirlo y en nuestra competencia aunque obviamente no en cómo iba perderla.

Seguimos nuestro camino sin detenernos, en mi mente pasaban un millón de cosas y ya ni decir de mis emociones que comenzaban a encontrarse y arremolinarse, supuse que nos dirigíamos al estacionamiento aunque el camino era algo… tétrico, emocionante como si al finalizarlo nos esperase algo y era cierto nos esperaba una gran carrera, una aventura. Miré a Reiji y me coloqué a su altura pasa asestar un golpe en el hombro –No me da miedo la oscuridad- le dije en un tono de reproche pero después de pensármelo tomé su mano –Pero aceptare tu oferta aunque no por las razones que expones- expliqué sujetando su mano con ligera firmeza y solo por querer estar así.

Invitado

Así que tomó mi mano y yo le correspondí, aplicando fuerza y firmeza en el contacto. Sentía como si estuviera llendo con mi hermanito menor y tuviese que cuidarlo porque nuestra madre se pondría triste si le dejaba, y nuestro padre me fuera a golpear por no cuidar a quien era parte de mi familia. Simplemente así me sentí y no pregunte porqué.

-...Deberías temerle a la oscuridad. Fuera de algo físico, o algo que te haga daño emocionalmente, simplemente deberías tenerle miedo. -No sabía explicarme sin exponerme, por lo que sólo terminé con un: -No es como si pudieses siempre lidiar con las cosas que están dentro de esa oscuridad... -dí un último apretón a su mano y luego la solté.

La luz era blanca para iluminar perfectamente bien. Había cámaras en cada lugar por lo que si se daba la ocasión de un robo de inmediato lo sabrían. Señalé muy sutilmente con mi índice para que se diera cuenta de ellas. -Ven.. Continua caminando. -me adelanté tan sólo unos pasos y apenas a unos 20 mts. se encontraba ya mi bebé. Sonreí lo más amplio que pude, me encantaba mi auto, joder, lo amaba. Además era lo único que esa mujer traicionera me había dejado. -Conoce a tu rival. -dí unas palmaditas en el cofre y voltée a verlo con total seguridad de que iba a ganar.

Invitado

Me agradó que el correspondiera y escuché a sus palabras, viéndolo de esa manera si, debía tenerle miedo a la oscuridad, pero aun así sabía por alguna razón que él estaría ahí casi siempre para protegerme y que mientras eso fuera así debía tener menos miedo, me pregunté si el chico le temería y si yo al igual que él conmigo, seria capaz de borrar al menos mínimamente una parte sus temores, sonreí, quería creer que si.

La luz iluminó finalmente nuestro camino, observé con detalle grabando cada parte del lugar, del escenario en mi mente como siempre lo hacia, miré la cantidad de autos que había, todos o al menos la mayoría de ellos eran sumamente lujos, de reconocidas empresas e incluso algunos de marcas que jamás había visto y así como debía ser el valor de los autos era el nivel y la cantidad de seguridad, la cual podía percatarse por las cámaras que seguían nuestros pasos y me pregunté cuanto tomaría violar tal sistema.

Seguí a Reiji algunos metros más y tan solo al llegar noté como un brillo cruzaba por los ojos del chico al tiempo que sus labios formaban una enorme sonrisa, negué con la cabeza definitivamente debía amar ese auto y que además le tenia mucha confianza, reí un poco y me tomé la libertad de caminar alrededor del auto para analizarlo –Pues.... no es gran cosa- le dije de vuelta a su lado cruzando los brazos y con fingido aburrimiento para después reír y golpearle un costado -Mentira esta hermoso ya me imagino lo que ha de ser conducirlo- le dije -¿Me dejarás subirme? -

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No supe porqué pero me dió muchísima gracia el hecho de que dijera que no era la gran cosa. Debería estar loco para pensar lo contrario. Sin embargo, poquito después de recibir ese "golpe" dijo lo que yo pensaba. Justamente eso. Y bien, me hice de presumirle: -Exactamente... aunque no tienes idea. Vale lo que me costó. -por supuesto no iba a decirle "acostones con la jefa" ¿verdad? Eso quedaba de más. Pero usted, lector, unicamente usted es el enterado.

Me acerqué a la puerta del conductor y saqué la llave de mi bolsillo derecho, desactivando el seguro. Me recargué un segundo en el techo del auto y luego voltée a verlo -No te dejaré conducirlo por ahora... pero te dejaré ir en el copiloto si te rindes ahora. Es tu última oportunidad. -esperé por su respuesta mientras abría la puerta y me adentraba al auto, dejando a mi acompañante allí, viéndome.

-Tienes dos opciones. Rendirte aquí, ahora mismo. O venir conmigo. -cerré la puerta del auto una vez que me acomodé en el asiento. Y mientras hablaba introducìa la llave y el código para poder arrancar. La tecnología de éstos días, joder, qué hermoso. -A menos de que ahora quieras contemplar las rayas del pavimento que dejaré... preparate. -mi actitud, la sangre corriendo por mis venas, mi cuerpo, mi mente. Sí, estaba listo. Completamente listo.

[gomen por los postitos u.u no he estado muy inspirada ultimamente ;W;]

Invitado

Si, era un coche maravilloso y estaba seguro que tarde o temprano convencería a Reiji de que me dejara intentarlo, me fijé en la manera en que el joven quito el seguro y también en los interiores del auto cuando él entró y colocó la llave en el lugar dispuesto para eso, en definitiva esta iba a ser una carrera difícil de ganar.

Sonreí -¿Rendirme ahora? Sin haber luchando? Nunca- le dije y miré el lugar localizando mi motocicleta solo un par de autos más allá, eche a correr hacia a ella sintiendo la adrenalina mezclarse con furia en mi sangre, me quité el saco y lo guardé en el compartimiento tomé el casco y unos guantes de motociclista rápidamente para después subir a mi amada moto y ponerme a un lado de Reiji mientras me ponía los guantes y sostenía el casco bajo mi brazo.

-¿Hay reglas?- le pregunté mirándolo a los ojos antes de ponerme el casco, vamos no creía que fuese a seguir las reglas del todo si es que las había pero al menos seria bueno saber como mínimo cual seria la meta ¿No?

(Naah no te preocupes entiendo n.n además con lo de “acostones con la jefa” me alegraste el día xDDD)

Invitado

Arrancado el motor, y yo con una mano en el volante y otra hacia afuera, estirándola mientras señalaba la ruta, por decirse así: -La carrera es de aquí al Instituto. Espero que recuerdes dónde quedaba. Si vamos a más de 150km/hr es en menos de 5 minutos, así que da todo, Shinn. -miré como se ponía los guantes, incluso su casco y fue cuando me dije a mi mismo "ésto es real". -La única regla es que no podemos chocar al otro directamente, pero podemos hacer que choque contra algo. -esperé unos segundos, comprendía que tal vez no era el tipo de carrera al que Shinn estaba acostumbrado por lo que agregué: -Venga, es todo o nada. -tal vez así se animaría aun más a conducir con todo, escencialmente.

Le sonreí de medio lado, ahora daba inicio nuestra carrera. -Cuando tú quieras. -Apreté el botón para subir el cristal de la puerta, y dejarme a solas con la música que empezó a sonar proveniente del estéreo. Incluía una de mis canciones favoritas para correr, por supuesto, a gran velocidad. [ https://www.youtube.com/watch?v=kTeoS8Yhs3U ]

Apenas con unos "trucos" hice que las llantas del auto comenzaran a "quemarse" como se dice. Daban vuelta y estaban más listas que yo para iniciar con ésto. -Vas a perder... -murmuré para mí mismo, pero el sonido de la música ahogó mis palabras, aún con el cristal arriba nadie podría oírme pero estaba seguro, en un 80% de que le ganaría. Éste triunfo es mío.

Invitado

Seguí su mano ¿Hasta el instituto? mi corazón brincó y solté una maldición en voz baja mientras trababa de recordar el camino que habíamos tomamos, afortunadamente tras un par de segundos logré recordarlo y de nuevo me “tranquilicé” atendiendo a sus palabras procesándolas rápidamente en mi cabeza, no chocar, hacer que él choque, instituto, cinco minutos –Hecho- parecía un completo loco pero la emoción era lo que ahora llenaba cada fibra de mi cuerpo. Miré como el otro subía la ventana de su auto y ponía algo de música la cual apenas y podía escuchar, reí todo era muy al acorde de Reiji y quizá y solo quizá el estuviese muchísimo más emocionado que yo.

Metí la llave y la giré con un movimiento suave para después introducir el compilación de números que me permitía controlar la velocidad de la motocicleta manualmente y así poder elevarla al máximo y a mi gusto, hice que diera un firme ronroneo asegurándome de que todo estuviera bien. “Todo o nada” excelente la nada no estaba en mis planes así que iba a darlo todo, iba a correr con la motocicleta al máximo y poniendo el esfuerzo de cada fibra de mi ser, nada podía ser mejor estaba listo.

Giré un poco el rostro apenas un poco lo suficiente para mirar la ventana del lujoso auto, de nuevo hice rugir el motor suavemente y después asentí con la cabeza indicando con ese simple gesto que nuestra carrera estaba dando comienzo con esa acción, en ese instante, en esa milésima de segundo que jamás jamás iba a volver a repetirse.

Invitado

-Vamos, bebé, dalo todo. -le dije a mi auto. Sabía que no me fallaría ni hoy ni nunca. Por el rabillo de los ojos me dí cuenta de que Shinn había asentido con la cabeza, y eso era, por supuesto, el inicio.

Solté el freno y pise a fondo. Dejé las marcas de las llantas, e incluso el olorsito característico, estoy completamente seguro de eso. Rugió, ese motoro hermoso rugió como nunca. Entonces aceleré lo suficiente como para llevarle la ventaja en ésto. Salí del estacionamiento con agilidad, maniobrando el volante en esas pequeñas curvas cerradas.

Las luces de la fachada de mi restaurante/bar favorito estaban a mis espaldas junto con Shinn. Al menos, le iba ganando hasta ahora. Y ésta, era absolutamente la ventaja de saberse el camino de memoria, al derecho y al revés.

Ni siquiera me fijé en los demás carriles, yo fuí directo al que nos llevaría de regreso al instituto. Y sí, joder, mi corazón estaba bombeando la sangre de forma rapidísima, tanto que sentía los latidos de ese organo vital dentro de mi pecho. Estaba vivo. Absolutamente vivo. Apreté un poco el volante y cambié rápido de velocidades, estaba esquivando a esos estorbosos autos que yo los llamaba, frecuentemente, "de decoración".

Miré el retrovisor y no pude percatarme de la silueta de Shinn o de su moto. Entonces me sonreí a mí mismo. ¿Tan rápido lo había dejado atrás? ¿o... es que él... venía a mi lado?

Invitado

Sonreí y que te el seguro de la motocicleta para acelerar a fondo mirando rápidamente en mi partir la marca de las llantas del auto de Reiji, negué con la cabeza al tiempo que seguía acelerando, si bien ya iba bastante rápido no era lo suficiente pues mi compañero llevaba ya varios metros de ventaja, tomé las curvas con suavidad y aun manteniendo una velocidad constantemente rápida, miré el restaurante quedar atrás y tras un suspiro profundo me dispuse a subir la velocidad ya había sido demasiada la ventaja de Reiji y no quería que después me fuera imposible alcanzarlo.

Subí aun más la velocidad haciendo sonar el motor de la motocicleta por algunos segundos y así como el viento golpeaba mi cuerpo y la velocidad iba en aumento, por si sangre corría la ardiente sensación de la adrenalina mezclada ligeramente con un poco del alcohol y el dulce consumido, una combinación que estaba resultando ser como una bomba de emociones que me tenían al máximo y para mi buena fortuna bastante consciente de lo que estaba haciendo lo cual solo me emocionaba aun más, mi cuerpo pedía a gritos emociones y ahora que se las estaba dando la sensación era sumamente atrayente.

Finalmente y no tras mucho tiempo quizá menos de un par de minutos logré vislumbrar a Reiji frente a mí, sonreí ampliamente mientras buscaba en mi mente la manera de pasarlo y tomar la delantera, si me pegaba demasiado a la parte trasera de su auto me sería difícil rebasarlo ya que fácilmente podría bloquearme el paso y si me ponía a su lado podría darle la oportunidad de hacerme chocar contra algo o de derrapar en una curva, me mantuve detrás de él a una distancia prudente hasta que tras algunos segundos una idea vino a mi mente.

Dejé que él se adelantara reduciendo mínimamente mi marcha mientras mi mente procesaba a toda velocidad como pasar mi idea a la realidad y tras salir de una pequeña curva vi mi oportunidad, un bote de basura volcado en un lado del camino seria la palanca perfecta, subí la velocidad de la motocicleta colocándome por algunos segundos ligeramente al costado de Reiji aunque aun algo atrás solo lo suficiente para alcanzar el bote y sujetando mis manos con firmeza en el manubrio forcé la motocicleta a toda la potencia e incluso aun más para levantarla del suelo y así pasar sobre el bote de basura utilizando como una especie de rampa o trampolín que unido a la velocidad logró elevarme bastante en un salto limpio.

Sentí por algunos segundos el aire y la adrenalina del salto, de mantenerse suspendido en el aire, tuve el impulso se soltar el manubrio y extender las manos pero lo contuve y me concentré en hacer buen uso de mi salto y la ventaja de la altura, forcé el motor y crucé así sobre el fabuloso auto de Reiji para caer con fuerza y derrapando un poco frente al auto y casi rozando la llanta de mi motocicleta en la parte baja del cofre del vehículo.

Mi corazón latía desbocado, lo había logrado, había sido una idea bastante estúpida, bien pude no haberme elevado lo suficiente, o caer aparatosamente sobre el auto o en el momento de aterrizaje derrapar y quedar hecho puré bajo las llantas del Ferrari, pero no, gracias a mi buen manejo de la motocicleta, a mi manera de ser impulsiva y ¿porque no? también a la suerte y al destino que me favorecieron, todo había resultado bien.

Aceleré de nuevo y lleve mis dedos a mi cabeza golpeándolos con el casco en una especie de saludo militar dirigido obviamente para Reiji que más que saludo era una despedida mientras tomaba la ventaja y lo dejaba ligeramente atrás.

(perdoooon u________u tenia examenes)

Invitado

Mi suposición estaba haciéndose realidad pues ahora era el menor quien se encontraba a mi lado, aún si hubiesen sido milésimas de segundos, o cualquier otra pequeña fracción de éste. En fin, como decía, a Shinn le había parecido "prudente" (cosa que para mi es un rotundo no) haberse adelantando, tomando un bote de basura como palanca.

Así que al niño le gustaba arriesgar su vida, todo a costa de que yo patinara a su lado. -Vaya, qué gustos tan raros tienes, enano. -comenté para mi mismo cuando me dí cuenta de sus razones, o de lo que yo pensé que eran sus razones. Y siendo sincero, me preocupó. Estuvo a punto de que su gran y hermosa motocicleta se estrellara con el frente de mi bebé (mi ferrari).

Sin embargo, toda ésta preocupación resultó innecesaria cuando hizo esa señal, a forma de despedida. Y ésto provocó en mí una mezcla de adrenalina, el deseo de ganar, y rabia. Todas porque se me había adelantado tan fácilmente, y para mi resultaba casi un insulto aunque ahora no dudaba de sus habilidades con ese transporte suyo.

-Esto no es nada... todavía. -revolucioné el auto, por lo que le dió alcance al instante, pero para no provocarle algún choque me coloqué de nuevo a su lado, entonces por el rabillo de los ojos (doy gracias a esa vista de 180º) y le sonreí, aún si no podía verme, me dieron ganas de sonreír ¿por qué? Porque justo enfrente de nosotros se encontraban dos camiones pegados y la única forma de pasarlos era ir por en medio, o pasarse a los carriles con la dirección contraria.

Yo, por el estrecho tamaño, opté por irme a enfrentar a autos de decoración, esquivando uno y otro.. y a todo ésto sólo pude reírme como desquiciado ¿por qué? porque la jodida idea de estrellarme contra alguno era exorbitante, era más de lo que yo podía retener... y mi forma de canalizarlo fueron esas extensas carcajadas, mientras manejaba, maniobraba y aceleraba aún más mi auto.

Lo único que no puedo dejar de preguntarme es ¿Shinn, dónde quedó? ¿atravesó en medio de esos dos camiones o me siguió?

[Haha ntp :3 así pasa pero espero que te haya ido bien :3]

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