Un nuevo despertar {Libre}

Una noche... con cierta magia y encanto corriendo al paso del tiempo juntamente con el viento dulce que movía las ramas de aquel árbol plantado encima de una tumba de mármol blanco, actualmente sucia y marrón por el paso del tiempo... Dos siglos o uno... no llego ha recordar cuanto tiempo llevo dormido aquí... después de haberme enterrado y huido de los humanos que me buscaban... Pensé que el mundo ya habría cambiado suficiente para aceptar la existencia de aquellos seres no humanos que corrían por el mundo pasando como humanos... -Es hora de levantarme...? Estaría bien volver ha sentir el aire de la noche...- Dije con un poco de vaguedad y con miedo ha encontrarme con los humanos... Ya no recordaba lo que era sentir el calor humano corriendo por mi cuerpo... hacia tanto tiempo... al pensar todo eso mi mente se lleno de nostalgia a mi vida como humano, en las tierras de mi familia, con mis padres... Era tal la soledad que había tenido que vivir des de aquel castigo divino... era tal el sentimiento de pena que llevaba dentro de mi corazón... de ira y celos hacía ese desconocido que me convirtió en vampiro... deseaba la muerte... mi propia muerte, es ser egoísta pero lo deseaba con toda mi alma. Mientras pensaba y le daba vueltas al asunto, me preguntaba si seria bien venido o si encontraría a gente que me aceptara como vampiro para volver a ser querido como antes lo era... Ya empezaba a abrirme paso en la sucia, húmeda y ahogadora, me preguntaba como podría haber sobrevivido debajo de la tierra todo ese tiempo...

Unos días habían pasado de la última vez que estuvo en el centro comercial con dos estudiantes que conoció, las cosas iban bien pero claro siempre se presentan casuales eventos desafortunados fuera de nuestro control. Por suerte pudo hacer algo, al menos, después de asegurarse de llevar a ambos chicos al instituto. Regreso a limpiar sus rastros, resultaba escalofriante pensar lo fácil que fue llevar a cabo la tarea impulsado por el hecho de quien fue la victima...Hayato Saiki, las ganas de protegerlo nacían naturalmente. Caminaba para volver al hotel pensando en eso paso por el cementerio; cosas como fantasmas o monstruos insultarían su lógica si se encontraba un vago o un ladrón el hombre cometería un error estúpido si pretendía atacarlo.
El camino por el cementerio fue tal como pensó: tranquilo, casi cuando llego a la mitad vio a un niño parado junto a un viejo árbol, se pregunto porque había personas que se ponían en situaciones peligrosas tan fácilmente.

-No es un poco peligroso estar aquí solo o estas esperando a alguien??-se acerco al chico tal vez solo estaba de paso, no estaba de más asegurarse.

Al cabo de pocas horas, consiguió salir de bajo tierra, estaba pensando en lo solitario que parecía aquel cementerio, pero eso le tranquilizaba saber que no había nadie con quien poderse encontrar, lo único que deseaba era no encontrarse con humanos, al menos en el momento en que se estaba despertando...
Se puso en pie con algo de pereza mientras la Luna empezaba a iluminar a aquel ser nacido de la oscuridad, alzo su rostro mirando el cielo estrellado que hacia tanto que no contemplaba mientras la brisa del lugar mecía sus dorados cabellos, una vez se despertó del todo miro sus manos llenas de tierra de haberse echo lugar en la húmeda y sucia tierra dejando ir un suspiro, para más tarde observar sus ropas, pensando en que aun seguía con la ropa del siglo XIX y en que seria problemático en que alguien lo viera así o más bien vergonzoso... pero eso no era su mayor problema en esos momentos, cogió una pequeño frasco de cristal así bebiendo su contenido, aquel liquido rojo que tanto odiaba pero necesitaba para vivir.

Una vez se había acabado aquella sangre que lo quedo bastante satisfecho se giro, observando una silueta humana que se le acercaba preguntando aquello, callado le observo hasta poder ver bien el físico de aquel hombre, mientras el contrario podía ver claramente también el físico del menor y sus vestiduras de joven noble del siglo XIX... -No creo que sea peligroso para mi, ¿Y usted? Supongo que estará de paso- Dijo con un tono serio pero educado mientras tiraba algún paso para atrás.

Una cosa era segura tras observar mejor al chico lo cual ya era dificultoso por la mala iluminación, se acerco un poco más. Sus ropas le parecieron raras como en las pinturas de la casa de Leonid, nadie en su sano juicio usaría esas prendas a menos claro que el chico se dirigiese a una fiesta de disfraces o era parte de esos jóvenes raros que vestían de esa manera para evocar otras épocas a veces le costaba entender la forma de pensar de los chicos de ahora y sus extravagancias. Tal vez lo estaba interrumpiendo y sus compañeros no tardarían en aparecer.
El chico tenía confianza en su propia fuerza no era que no le creyera simplemente tras aquel episodio no confiaba en lo seguro que fuesen los lugares en este lugar.
-Algo así, entonces supongo que solo te caíste- dijo viendo mejor la roída ropa sucia.

Se quedo mirando al hombre que había aparecido sin darse cuenta delante de él sin saber de donde, tenia entendido y por los cementerios donde había pasado largos días escondido de aquellos que antes habían sido sus semejantes, que por las noches no pasaba nadie humano o sobrehumano por esos lares, por eso se sentía confuso y sorprendido, pero por lo visto el mayor no se había dado cuenta aun de que no era humano y lo trataba como un crió que simplemente había ido ahí de paso o algo parecido, pero aun así siguió mirando al desconocido, hasta que escucho las palabras que delataban que simplemente se había caído en el suelo ensuciándose la ropa y rompiendosela un poco... eso le hizo mirar su propia ropa, cosa que le hizo suspirar ya que el paso del tiempo había estropeado aquellas prendas que en su tiempo habían sido las mejores que se podían encontrar en las tiendas.

-Se equivoca señor... mis ropas están sucias de la tierra que he tenido que escarbar para poder salir de ahí- Dijo señalando la tumba que estaba abierta en ese momento -Y esta roída a causa del tiempo, pero no me di cuenta hasta ahora- Dijo estirándose un poco sus músculos medio dormidos aun de aquel siglo de sueño.

El pequeño era educado pero muy raro pensó tras la explicación del por qué su ropa se encontraba así por haber estado bajo la tierra y que llevaba tiempo en la ¿tumba?. Los chicos hacían ese tipo de bromas a menudo. No creía en cosas como zombies o vampiros aun que su piel era un poco pálida más de lo normal.

“Espero que Misha tenga una etapa de rebeldía normal”

-Supongo que eres estudiante del instituto, regresa antes de que te metas en problemas, si quieres puedo acompañarte a tomar un autobús-podía solo dejarlo ahí si insistía en la historia de la tumba pero recordó lo ocurrido con Saiki y el mismo seguía siendo un extraño para el chico- o puedes llamar a alguien para que venga recogerte- saco su celular ofreciéndolo.

Había contado todo aquello para explicar el estado de su ropa, aun que pareció que aquel hombre no se lo creía al escuchar las palabras que el contrario le habían dicho, dejo ir otro suspiro, "¿A caso la gente había perdido el conocimiento de la existencia de seres muertos con vida?", esa pregunta se le paso por su mente al ver que no le creía.

-Aun no lo soy estudiante del instituto de este lugar- Dijo con total seriedad, para dar a conocer que no decía ninguna mentira, mientras en ese momento la Luna iluminaba su rostro enseñando aun más bien la pálida piel, sus ojos rojos sangre y alguna pequeña taca de sangre cerca de los labios a causa de haber bebido de aquel frasco que estaba en el suelo en ese momento: cuando vio que sacaba aquel extraño objeto y se lo ofrecía se tiro para atrás, para él aquello era extraño, no tenia conocimiento de aquel objeto y por eso le asustaba un poco, quedándose callado mirando con desconfianza el celular.

Su reacción asustada por el celular fue igualmente rara...
Así que era “eso”...Porque no lo dijo en un principio, dormir en el cementerio no es mejor que las calles, bueno, no es algo que tenga que informar si le incomodaba. ¿Cuánto tiempo llevaría viviendo así? Para tener esa apariencia seguro fue mucho. En casa de Leonid aprendió a dar ayuda a quien la necesitase.

-¿Tienes donde quedarte?- pregunta cuya respuesta era obvia. Su estilo no era recoger chicos de la calle, tampoco era como si el chico siguiera a un extraño fácilmente, aparte la comida que compro en el centro comercial necesitaba refrigerarse pronto, tenía que darse prisa-Vivo en el hotel cerca de la playa-señalo en dirección al lugar que no se encontraba lejos-puedes pasar la noche si así lo quieres, por supuesto dormirías solo, tampoco tienes que hacer nada "extraño" para pagármelo-no quería ser confundido por un pervertido.

Quizás para él aquel objeto era normal, pero para el joven vampiro era realmente extraño y le asustaba aquello... se quedo callado algo alejado de el mayor, preguntándose si había entendido que no era humano, no le gustaba ir diciendo a los cuatro vientos que era un vampiro, así que con todo aquello, cualquier persona habría entendido de donde había salido y el por que se encontraba en un cementerio a esas altas horas de la noche.

Se quedo callado delante de todas aquellas preguntas, era bien claro que se pensaba que era un chico cualquiera de la calle, un simple chico que no tenia nada y eso le molesto algo, ya que su orgullo noble proveniente de su época humana no le permitía que luciera de esa forma, estaba claro que necesitaba arreglar su aspecto lo antes posible... -No, no tengo lugar, pero creo... que seria peligroso que me fuera con usted- Refiriéndose a su hambre aun insatisfecha.

Su plan de no parecer un pervertido fallo aparentemente de todos modos tenía razón de cierta forma, punto para el menor que no aceptaba el ofrecimiento de un extraño de cualquier modo, no parecía confiar en nadie eso podría mantenerlo a salvo. Justo la clase de carácter para valerse por sí mismo no lo insultaría con caridades vanas.
Antes de retirarse busco entre los bolsillos de su chaqueta un dulce se acerco para dárselo al chico-Busca un buen lugar- se dio vuelta para seguir su camino pensando en tomar un baño y dormir, en ese orden no tenía apetito para cenar.

Bajo por unos segundos su cabeza pensativo, quizás ... solo quizás por una noche, no pasaría nada si aceptaba la propuesta del desconocido..., eso fue lo que pensó, llegando a contradecirse, cuando de golpe levanto la cabeza mirando como le daba aquel dulce, hubiese aceptado el dulce encantado, pero acabaría sentándole mal... Pero para no hacer el feo lo cogió, y le dijo antes de que empezara a caminar ... -Espere... ¿Aun estoy a tiempo de acepta su propuesta?-Dijo, ya que era su única posibilidad de salir con vida o mejor dicho de poder establecer una nueva vida, aunque al cabo del tiempo se notaria que no era humano a no envejecer, pero eso era su menor problema, primero necesitaba establecerse y aquel desconocido era la única solución para sobrevivir en ese justo momento.

Antes de retomar su camino el joven lo detuvo, al parecer pensó mejor las cosas preguntando si aun podía tomar su oferta.
-Nunca es tarde mientras aun se tenga tiempo, vamos- regreso la mirada al camino para continuar, el chico le seguía a sus espaldas acierta con recelo a cierta distancia no confiando del todo-por cierto mi nombre es Ziang-se presento para no aumentar el ambiente de desconfianza sin la certeza de reducir la sospecha del menor.
Al poco tiempo llego a la salida al otro extremo del cementerio fue como ir a un lugar diferente a muchos kilómetros de la ciudad, la brisa del mar llegaba de lleno menguando el sutil calor, entre los pocos edificios sobresalía el hotel iluminado por luces cálidas a unas cuantas calles adelante.

Espero parandole antes de que marchara y le dejara solo de nuevo en el cementerio, esperando la respuesta del mayor...-Estoy muy agradecido de que me deje pasar la noche en un lugar cubierto...- Dijo pensativo a cuanto tiempo hacia que no dormía o mejor dicho pasaba la noche en un lugar como una casa o una habitación... -Se me olvido esa sensación al tener que huir de Londres... -Dijo pensando en voz alta sin darse cuenta de que el hombre desconocido le podía escuchar.
Aun manteniendo la distancia de desconfianza a causa de su pasado y mayor parte por educación a ese desconocido que había pasado a ser conocido, ya sabia como se llamaba... -El mio es Gilfred Buttercup, pero puedes llamarme Gil... como todos- Dijo observando las calles que habían fuera del cementerio, aquello parecía tan distinto a el mundo que él conocía...

-Bueno Gilfred es a donde vamos- señalo al hotel, la educación del menor no coincidía con su apariencia ni su desafortunado estado ¿Habría escapado de casa? No le importaba realmente todos tienen sus razones para seguir el camino que escogieron. Caminaron por las calles; en poco tiempo llegaron a la entrada del hotel, volteaba por el rabillo del ojo para asegurarse de que Gil siguiera detrás de él, los empleados podrían causar problemas si lo llegaban a ver solo, sus ropas no iban con la imagen del hotel bastaba con su presencia para mantenerlos fuera de asuntos que no les concernían. Un mal rato no sería conveniente considerando que Gil ya se sentía cohibido, por ver su lenguaje corporal se dio cuenta. Pasaron hasta el elevador principal sin problemas-claro que no se hicieron esperar los murmullos-
-Mi habitación se encuentra en los últimos pisos, no tardaremos en llegar en el ascensor- puntualizo al dirigirse al elevador, las puertas se abrieron saliendo del interior un par de personas, entro como normalmente acostumbraba más Gil no le siguió.

Al escuchar esas palabras, simplemente dejo ir una pequeña sonrisa de agradecimiento, para después mirar la dirección donde señalaba el mayor, era un hotel de lujo o eso le pareció al ver des de aquella distancia y por su conocimiento de hoteles lujosos...
Durante todo el camino por las calles que se dirigían a aquel hotel tan cercano a el cementerio donde Gil había despertado, él había ido detrás de el mayor manteniendo un respecto inmenso hacia él y algo de distancia al temer todo lo que veía a cada paso que hacía, todo era distinto, todo había cambiado des de la ultima vez y eso le asustaba.
Al entrar a aquel hotel, la gente enseguida empezó a murmurar sobre las pintas de el muchacho que acompañaba a Ziang, al llegar al elevador se pregunto mentalmente que era eso y mejor preguntado, que era lo que esperaban de ese lugar...
Escucho lo que decía, "¿En el ascensor?", se pregunto mentalmente, así quedándose callado observando aquella parte metálica que de golpe se abría y que de dentro salían dos personas dejando paso a el mayor que entraba; se quedo parado sin saber que hacer, aquello era raro y miraba todo con temor.

-¿Sucede algo?- pregunto al ver la inacción de Gilfred quedándose estático frente al ascensor, una persona entro mientras espera respuesta, las puerta se cerraban saliendo del estrecho mecanismo. No se molesto por el hecho de perder el viaje, se interrogaba que pasaba con el chico el cual mostraba cierta inquietud como si todo fuese nuevo para él, estudio su figura detenidamente; a simple vista podría decirse que se trataba de un extranjero del centro u occidente europeo, probablemente de buena familia; su nombre no era para nada humilde y sus modales superaban al de un joven normal solo aprendidos con una educación refinada.
Dejo el juego de investigador para luego-Si tienes problemas con usar el ascensor podemos ir por las escaleras aun que el camino sería un poco largo-

Aquel objeto tan extraño tan impropio del mundo en que se había criado el joven vampiro, le absorbía toda la atención y temor que podía reinar en la mente de este, dio un paso para atrás al ver que las puertas metálicas se cerraban, mirándolo con temor y a la defensiva haciendo que sus ojos se volvieran de color rojo sangre.
¿Que es eso...?¿Es peligroso...?, miles de preguntas como esas se le pasaban por la mente, aun que no parecía ser peligroso, ya que la gente entraba y salia de ese extraño lugar y pequeño, sin problemas.
Al escuchar la voz de Ziang, volvió en si y miro al mayor que no se había quedado dentro del ascensor, si no que había salido -L-lo siento mucho, no quise estorbar su camino por ese lugar tan extraño...-Dijo refiriéndose al ascensor.
Así que empezaron a caminar por las escaleras, hasta llegar al piso donde el mayor vivía.

Los ojos de Gilfred cambiaron de color a un tono rojo al percatarse que su atención se dirigía al elevador mirándolo con recelo espero a que reaccionara de su enajenación.
“Lugar extraño” dijo cuando por fin dejo su inquietud de lado, explicando hasta cierto punto su actitud lo dejo pasar porque no estaba ahí para cuestionarlo sobre su inflexibilidad con los elevadores y los celulares...pocas veces se ve a alguien reaccionar de ese modo como lo hacía él.
-Por aquí- señalo las escaleras.
Subir las escaleras les tomo unos minutos, requería de buena condición física subir hasta casi los últimos pisos, ambos llegaron en buenas condiciones sin mucho cansancio.