Pizza para dos

Después de salir de la tienda de recuerdos guió al otro a un local que recordaba haber visto en su paseo antes de ir a comprar los souvenirs, no estaba seguro de si vendían unicamente pizza, pero si recordaba aquel enorme letrero que la anunciaba, ese letrero era el culpable de que se le hubiese antojado en primer lugar.

-te parece bien este lugar? huele bien... no lo crees?

Se perdió por un momento, era como si pudiera escuchar a todo el mundo desde a cierta distancia... como si tuviera el Ryuugan, pero no. Sacudió la cabeza y las voces desaparecieron.

Siguió a Miru y se detuvo en la entrada, a ver por la puerta de cristal las mesas y la barra donde se ordena lo que uno quiere. No se había dado cuenta del gran letrero que lo marcaba, hasta que el chico lo guió y se culpó a sí mismo por dejarse llevar por unas simples voces, dejarlo distraerse de esa forma parecía imperdonable.

-Sí, está bien este lugar. ¡¡¡A comer!!! -de pronto gritó energico y entró rapidísimo a la Pizzeria.

Se recargó en la barra y de inmediato ordenó una pizza familiar, esperó un momento a Miru para que dijera de qué sabor -Eh!! ¡¡Miru!! ¿De qué sabor quieres la pizza?

Sonrió al ver que le habia agradado el lugar, entró y recargó su barbilla en la barra viendo la gran variedad de ingredientes que se encontraban frente a él, se le antojaban muchas cosas.... quizá jamón y tocino... no, mejor peperonni.. o salami? el salami le gustaba... también estaban las bolitas de carne....

su expresión parecía apatica como si no deseara estar ahí, soló leía y releía los ingredientes sin saber cual elegir...

-a ti cual se te antoja?

Lo vio indeciso y se molestó un poco, ser así no le gustaba ni en él mismo ni en los demás. Frunció el ceño pero trató de ocultarlo un poco ante Miru.

-Hawaiiana. Quiero una Hawaiiana por favor -le dijo a quién estaba detrás de la barra esperando la orden.

-Ah.. y con mucho queso. -agregó después de recordar que Miru quería eso en especial.

Pagó la pizza y fue a sentarse en un lugar un poco alejado de los demás clientes de allí. Esperó a el chico, tal vez... lo hubiese dejado atónito o no. Quién sabe. La cuestión aquí era que iba a comer y estaba feliz.

Dejó que fuese el mayor el que eligiera la pizza, sonriendo al escuchar que había recordado el queso extra, se alejó de la barra y siguió al otro a las mesas más alejadas, le agradaba aquello, ya que no le gustaba el bullicio de las personas amontonadas en un mismo lugar.

-no me gusta la piña

comentó tranquilamente, justo después de sentarse, ya se la quitaria cuando trajeran su orden.

Recargó los codos en la mesa, abrigando su cara con las manos en forma de desesperación y al mismo tiempo imprudencia.

- Ni a mí me gusta. Siento como si cortaran mi lengua cada vez que la como. -comentó mientras veía por la ventana, los autos pasar y ciertas personas entrar o salir de la pizzeria.

-Ojalá se apuren, muero de hambre. -agachó la cabeza y sonrió de medio lado ocurriendosele algo malicioso, observó al chico y se relamió los labios. -No me dijiste tu edad ¿cierto? Sería bueno conocerte. Me gusta conocer gente. ¿A ti no?

-entonces porque pediste la hawaiiana?

Preguntó con una leve sonrisa, ya que no le parecía congruente que no le gustara y aún así la pidiera, en fin... cruzó la pierna y dejó que su pie acariciara la pierna ajena por debajo de la mesa en un acto descuidado.

-si, me gusta conocer gente, aunque solo a la interesante, dime... tu me dirás tu edad o simplemente me llevarás a la cama y tendremos sexo casual?

Le gustaba poner nerviosa a la gente, así que suponía que ese comentario DEFINITIVAMENTE pondría nervioso al joven, de lo contrario... debía correr, sin embargo por el momento unas pequeñas alitas de demonio y una colita flotaban cerca de él imaginariamente, demostrando su "maldad" y travesuras.

-La pedí porque me gusta el jamón y también quitarle la piña. Es divertido. -comentó después de ver la barra, parecía que ya les traían la pizza.

Sintió, por supuesto, las caricias que le acometió a su pierna aunque no sabía si había sido a propósito o sin querer.

-Ya veo. -comentó. Se movió un poco de su asiento y se inclinó hacia él después de escuchar lo segundo. -Tengo 18 años. Si eso quieres puedo hacerlo, y nos olvidamos de la pizza. Tú dime. -resopló, divertido y seguro de sí mismo. Fuera cual fuera la respuesta estaba preparado y su orgullo parecía acrecentarse.

Alargó la mano hasta tocar un mechón de cabello de Miru. Por el rabillo del ojo observó al mesero con la pizza y retiró la mano de inmediato, pudiendo regresar a la posición anterior.

-Gracias. Hmmm ¿podría traerme una Coca-cola? ¿Tú quieres algo de tomar? -le ordenó al mesero para después preguntarle al chico... cuando puso sobre la mesa la pizza y dos platos, uno para cada uno lo observó con media sonrisa y con una ceja arqueada. Abrió la caja, y sacó un trozo sin ningún problema.

-cierto, es divertido -comentó distraídamente ante la primera afirmación aunque... ya lo siguiente no le hizo sentir tan cómodo, al parecer era de la clase de chicos de los que debía correr y no de los que debía provocar, estaba a punto de emprender la huída cuando llegó el chico de la pizza con la misma, bueno... quizá primero comería y luego huiría... solo quizás...

-mnhhh.... pues me gustaría tomar un poco de agua natural, sino un refresco de manzana, por favor.

Le pidió al mesero tranquilamente intentando ignorar el anterior comentario de Shin y la caricia a su mejilla que SI lo ponía nevioso... no acostumbraba a que lo tocaran, ni siquiera su cabello.

Puso el trozo que había sacado en el plato después de que el mesero se hubiese retirado por las bebidas.

-¿Eres de esos que cuidan su dieta? -preguntó algo extrañado por su orden, pensaba que todos los adolescentes sólo comían chatarra y bebian cervezas... y bien, él también seguía siendo un "adolescente" o eso pensaba en ciertas ocasiones.

Con un ademán ofreció la pizza ya que veía a Miru sin interés de tomar siquiera un trozo, tal vez su propuesta lo había desconcertado. -Oye, era broma. No pienso quitarte la virginidad después de todo... -bromeó y luego le dió un mordisco a su pizza que tragó de inmediato.

-no, no exactamente, simplemente se me antojó el agua o el refresco de manzana

trató de mantenerse calmado y finalmente con lo que dijo después el otro reaccionó, tomando un pedazo de pizza al cual comenzó a quitarle la piña, antes de llevarselo a la boca.

-y... porqué no lo harías?

Preguntó con una sonrisa antes de dar una gran mordida a la pizza, le encantaba el queso extra, aunque no pudo evitar que quedaran varias hebras del mismo colgando de sus labios, lo cual lo hizo sentir algo tonto, comenzando a cortarlas y comerlas.

-No lo haría porque eres menor de edad... y seguro me demandarías si te tratase mal. -comentó divertido al principio pero de verdad la idea había pasado por su mente, en realidad no sería problema quitarse a unos cuantos 'polis' de encima pero no le traería nada bueno ese tipo de problemas legales.

Después...hizo lo mismo que él: quitó los pedazos de piña que habían y los dejó en la orilla del plato. Siguió deborandola con gran rapidez, de vez en cuando paraba para revisar que viniera el mesero.

-Oh, Miru... -comentó después de ver las ebras de queso en su boca, no pudo evitar imaginárselo en una situación un poco elevada de tono.

De pronto sintió la presencia de alguien más, o sease el mesero con sus bebidas. Vió como se apresuró a servirlas a cada uno respectivamente, quizá lo había intimidado con su mirada de enojo por haberse retrasado tanto. En realidad no importaba si así era.

Una vez que se hubo retirado el mesero, siguió con otro trozo y otro más. Ya se había acumulado un montesito de puros pedazos de piña en el plato, cosa que le hizo sonreir un poco. Miró a Miru divertido y dejó de comer para comentarle a son de broma: -Oye, disculpa, tengo muchísima hambre. Dime, ¿acaso te gustaría que te coma?

-jejejeje por una demanda no te preocupes, no lo haría, al menos no si lo haces bien

No se dignó en siquiera observar al mesero, aunque tomó el refresco en cuanto lo dejó en la mesa tomando un poco para seguir comiendo la pizza, sabía bien, igual ya tenía una pequeña montaña de pedacitos de piña en su plato al igual que de orillas de masa, no le gustaban demasiado, apenas había comido 3 trozos, pero para su complexión y estatura era algo razonable, tomó el vaso y comenzó a beber un poco distraídamente, cuando el comentario ajeno le hizo escupirlo y comenzar a toser un poco, eso en verdad lo había tomado por sorpresa.

-cofcofcofcof q...qué cosas dices!? al menos espera a que deje de beber!

Soltó una carcajada demasiado sonora después de haberlo visto escupir el refresco y no paraba, y no paraba... ya hasta el estómago le dolía.

Unos 2 o 3 minutos después, ya que se había controlado a sí mismo sacó una servilleta de donde se encontraban sus hermanas (?) y alargó la mano para limpiar a Miru. Sabía que había invadido su espacio personal pero así era, además el chico parecía sorprendido que todavía ni se la creía. -Iba en serio, no lo tomes como a broma. Con eso me has dicho que no.

Estaba más rojo que nunca, no imaginó que el otro estuviese hablando en serio o que se fuera a reir tanto de él por su reacción, aunque... también era cierto que su reacción había sido muy avergonzante.

-hablabas en serio... en cuanto a....

No sabía como decirlo, generalmente era el que se burlaba de los demás en cuanto a esos temas, pero nunca le había pasado que alguien coqueteara con él de esa manera.

-bueno... no importa de todas maneras... no es como si me fuese a ir a la cama con el primer chico que me diga que quiere hacerlo conmigo... si quieres hacerlo debes conquistarme primero.

Pensó que sólo con verlo sonrojado significaba que no sabía que hacer ante la situación, ante la propuesta y sobretodo a lo directo que había sido. Aunque de cierto modo, se veía lindo así; eso quería decir que había una pequeña oportunidad de hacerlo y no salir lastimado ni lastimarlo a él.

-Claro, estaba hablando en serio. ¿Creías que era broma? -comentó de nuevo, ya sólo quedaba un trozo de pizza y lo tomo, no tenía llenadera. El refresco ya ni existía, y todo el plato quedó lleno de piñas, se preguntaba qué haría con ellas después. En fin.. siguió comiendo y terminó con toda la pizza restante.

-Entonces ¿qué te gustaría que hiciera? ¿que sea romántico o te mienta diciendo que eres lo mejor que me ha pasado en la vida? -hizo una mueca de asco, no estaba dispuesto a hacer eso ni por Miru ni por nadie. Estaba interesado en él, sí, pero no a tal punto.. aunque tal vez.. sólo tal vez trataría de ganárselo de otra forma.

-y realmente crees que con mentiras y palabras cursis me vas a ganar? me temo que debes pensar un poco más si en verdad quieres conquistarme y llevarme a la cama

Terminó de beber su refresco y siguió jugando un poco más con el popote en sus labios, ni siquiera él estaba seguro de que era lo que quería para ser conquistado, pero eso si... si empezaba a decirle palabras cursis seguro regresaría la pizza que recién había comido.

-solo no seas cursi y quizá tengas suerte conmigo, pero tampoco seas como el resto de los idiotas que se creen la octava maravilla del mundo y que solo por ser ellos pueden hacer lo que gusten.

-Precisamente, a mi no me gustan ni las cursilerías ni ser cursi. Eso sólo te hace perder el tiempo y sobretodo dinero. -comentó mientras se limpiaba las manos con otra servilleta.

-Sé que no soy la octava maravilla pero me niego a decir que soy malo en ciertos aspectos cuando no lo soy. Mi orgullo es grande, eso sí... Soy una persona muy orgullosa y también.... ¡¡Estoy demente!! -agregó en un murmuro casi para él mismo.

-Quizá con el tiempo, aprendas a quererme. Y yo aprenda a tratarte bien, ¿no? -se levantó de su asiento y se encaminó hacia el baño.

En la puerta del mismo volteó a ver a Miru con una sonrisa pervertida en su rostro y poco después se adentró. Su mente divagaba en muchas cosas que pudiera hacer para ganárselo pero lo primordial sería dejarse conocer y también estar interesado en lo que Miru era. Ese chiquillo.... ah, le estaba dando vueltas a su cabeza y apenas comenzaba.

-si, supongo que con el tiempo todo saldrá bien, cuestión de conocernos

Sonrió al verlo levantarse y lo siguió con la mirada hasta verlo desaparecer por la puerta del baño, había decifrado esa mirada y sonrisa ¿cómo no hacerlo? pero sabía que si iba entonces el chico quizá obtendría un poco de lo que buscaba y dejaría de estar interesado, no, lo mejor sería quedarse ahí, dejarlo desear un poco más, quizá le acompañaría en el baño en un minuto, pero en ese mismo instante seguro debería estar pensando en que de un momento a otro cruzaría la puerta deseoso de encontrarse con él, tomó una de las orillas de pizza que había dejado y comenzó a comerla, esperando el mimento justo para actuar.

Esperó un momento a que entrara detrás de él según sus deseos pero no fue así. No le dió más vueltas al asunto y sólo sonrió abatido.

Se lavó las manos y con el agua restante acomodó un poco su cabello, con tanto calor estaba demasiado despeinado y no era que le importara tanto su imágen sino que con el cabello largo y el sol... bueno, simplemente no hacen buena pareja.
En fin, amarró su cabello en una coleta baja y se secó las manos con una toalla de papel, desechándola después de usarla.

Salió del baño y se fue a sentar de nuevo frente a Miru. Recargó la cabeza sobre la mano derecha que a su vez, estaba recargada en el codo. Casí como si... disfrutara verlo comer. -Pensé que ya habías terminado. Yo me adelanté. Disculpa si no comí a tu nivel pero me moría de hambre. -comentó en un murmuro.

Le sonrió en cuanto llegó y dejó de comer, la verdad ya no tenía hambre simplemente lo hacía por gula y porque no tenía nada mejor que hacer mientras esperaba, én cambió tomó lo poco que quedaba del refresco y volvió a jugar con el popote.

-no te preocupes por mi, tu tienes tu ritmo y yo el mio, no me molesta

Se cambió de lugar para quedar esta vez a lado del chico, sonriendole al otro besando su mejilla cerca de sus labios, pero sin siquiera rozar la comisura de sus labios.

-nos vamos?

Sonrió al roce de sus labios con su mejilla... al sentir su beso. Movió la cabeza como si dijera con ese gesto "eres todo un caso".

Llamó al mesero para con la cuenta pendiente. Una vez sabida, abrió su cartera y dejó lo que correspondía.

-Claro, ¿a dónde quieres ir? -se levantó de la silla muy lentamente, casi con pereza. ¿Habrá sido por comer tanto? quién sabe. Sólo esperó a Miru a que lo siguiera o a que caminara a su lado.

-Sólo recuerda que pronto se hará tarde... -dijo con cierto tono de flirteo.

-pueeees....

Escuchó el insinuante tono de voz que usaba con él y no pudo evitar sonreír, ¿qué podría tener en mente el mayor, exactamente? no lo sabía pero podría averigüarlo, y si al final de cuentas no le gustaba siempre podría escapar de una forma u otra.

-aún soy pequeño así que no puedo andar de noche en la calle, así que supongo que deberé ir a mi casa... pero queda muy lejos....

Sonrió y volteó a verlo de reojo.

-dime, tu casa queda cerca?

-Pero si estás conmigo no corres peligro. -aseguró, con aire de tranquilidad.

-Ahora me estoy hospedando en un hotel, estoy de vacaciones. -también volteó a verlo y abrió la puerta para que saliera primero Miru -Te acompaño si gustas. O...también puedes venirte conmigo.

-yo también estoy de vacaciones, para llegar a casa, pues... necesitaría viajar unas cuantas horas

Salió de la pizzería siguiendo al otro, quizá no era una de las mejores ideas acompañar a Shin al hotel, no estaba seguro de si realmente llegarían al "final".

-creo que por esta noche el hotel estará bien, se suponía que hoy regresaría a casa, pero pues... por ciertas cosas ahora no me he ido y tampoco tengo donde quedarme, además que como te habrás dado cuenta, no tengo el dinero para costearme una habitación

CONTINUACIÓN

-Entonces vamonos. Y descuida, sólo iremos a descansar, después de todo tengo que conquistarte primero ¿no lo dijiste así? -invitó.