Por culpa de la viagra (privado con mikado dubois)

Ya habían llevado al hospital a kaito y a mikado en la ambulancia, por lo visto mikado se había quedado medio frito por la viagra que kaito le había echado en la tarta de fresas, para poder mofarse de el, pero ahora kaito había vuelto a la normalidad, saliendo de su loca maldad, y habían conseguido salvar por muy poco a mikado, con lo que ahora estaba inconsciente en cama, donde se situó al lado día y noche con el kaito, acariciándole la mejilla esperando que el otro despertase o llorando por el mal sentimiento de culpabilidad.

...
Veo la luz.
...

Con el cuerpo adormecido, sin entender, lo que había pasado, mareado incomodo, exhausto, aun así, percibo un suave roce en mi mejilla, o eso creo.
Los parpados me pesan, que rayos pasos, recuerdo que estaba con kaito, y luego comí algo que sabia muy bien y después...
Ah!!...lo recuerdo, recuerdo entre sollozos que provienen de alguien que esta cerca a mi, reconozco esa voz...es...
— Nuestros...encuentros...si...siempre terminan, en el hos...hospital Kai...pero sabia...muy bien...la tarta, estaba... — mi voz tiembla y mi pronunciación no es la mejor, y como puedo sonrío, creo que estoy drogado aunque no se bien el porque.

Con todo el rostro lleno de lagrimas color cristal, abrazo con fuerza a mikado, por una parte en paz y feliz y, por otra horriblemente triste y asolado por lo que había echo...Estaba realmente arrepentido...y no sabía como poder compensar al otro por lo que había echo.

Mi-mikado...-abrazándole llorando, todo débil por no haber comido en dos días que el otro había estado inconsciente- Prométeme...que no volveremos aquí en mucho tiempo...

Escucho su voz entre cortada, me pide que le prometa que no volveremos a este lugar, quiero contestarle rápidamente y calmarlo, sus lagrimas me rompen el corazón y es algo que no puede permitir: que un ángel como él llore, por lo que reúno las pocas fuerzas que me han dejado y levanto mi mano, dirigiéndola al rostro del menor.
— Kai...kaito...yo... — susurro con dificultad.
— Yo... — Lo tomo de la mejilla y la estiro hasta que se pone roja...
— ¡No vuelvas a poner cosas raras en mi comida y más cuando tiene tan buena pinta! — le regaño, para después suspirar y luego preguntar curioso — ¿Por cierto donde estoy, que me paso y que fue lo que pusiste en los postres? — lo fulmino con preguntas, no hay duda de que me falta tacto cuando estoy en el hospital.

Gruñí aun medio llorando ante el tirón de mejilla que mikado me había propinado aunque me lo merecía, me lo merecía por lo que le estaba haciendo pasar en estos momento, había sido cruel y egoísta, cosas que Yo no era y que se habían apoderado de mi cuerpo como una rosa pocha en medio de un bello jardín. Aunque algunas de sus preguntas fuesen prácticamente evidentes, o no?

Bueno...estas en el hospital...se te paró el corazón...y...te eche viagra líquida para mofarme de ti...lo siento...-tras haber parado de llorar en seco, eso lo siento hizo que me pusiese otra vez a llorar-

Arrgghh...y entonces me confirma lo que mi vista y olfato ya sabían, y mi mente también, pero que esperaba al formular la pregunta, respondiera llevándome la contraria, pues yo...odio los hospitales. LOS ODIO.
Lo segundo que me dice me deja a cuadros... ¡¿Qué se me paro el corazón?! Me encrespo de solo pensarlo y para rematar...¡¡ ¿viagra liquido?!! Que demonios...QUE DEMONIOS.
Me llevo las manos a la cabeza, y trato de calmarme lo más que puedo...me relajo y le profeso que: — Kaito... — suspiro — me explicas ¿Cómo pensabas mofarte de mí, con viagra líquido? — sonrío emanado un aura asesina.

"Que amable" pienso, y todo por lo que ha pasado, realmente debió costarle mucho, se que no lo hizo con intención... bueno, que no se esperaba el efecto secundario...la intención estaba.
— Esta bien Kaito, solo no lo vuelvas a hacer, es peligroso; que hubiese pasado si no me salvo o peor si quedo con consecuencias graves — suspiro aliviado de que las cosas no llegaron a mayores y también sintiéndolo por él, sabiendo que debió temer todo este tiempo.
Lo consuelo poniendo mi mano sobre su cabeza y acariciando su dorado cabello,
— Gracias por cuidar de mi todo este tiempo — le sonrío cuando me dice que va a por algo de comer...para mi...realmente es incorregible, "él" es quien no comio durante 3 días y aún así, se sigue preocupando por mi. Kaito realmente eres...
Desaparece de mi vista, y reaparece minutos después trayendo consigo una bandeja de comida, la cual veo, todo se ve muy bien hasta que llego al lugar donde esta el postre que es...es...ES...salto de la cama cayendo al piso y golpeándome la cabeza, por que a partir de hoy:
— Odio la tarta de fresas —

-Onii-chan...lamento todo mil veces...ahora come...-dije medio sonriendo por las dulces caricias de mikado, asta que este pega un pequeño bote y cae al piso desde la cama, levantándome muy preocupado y ayudando le a recogerle con mucho cuidado y un poco de miedo-Onii-chan!Ten mas cuidado!No ves que estas aún mal!-aunque eso lo grite sin estar muy seguro, ya que el otro había despertado y con mucha energía, aún así había que asegurarse y asta que el no dijese que estaba recuperado y un medico lo aprobase no me apartaría ni un momento de mikado, nada mas para irme a duchar y cambiar de ropa, y así estar todo el día mimando a este con mucho amor y ilusión. Una vez mikado se incorporó en la cama le acaricié la frente y le di yo mismo poco a poco la sopa, sonriendo le a el y mirandolo a los ojos...-Bonito...has de tener mas cuidado...si no quieres la tarta no la comas...-dijo soplando la sopa-

— Lo siento... — contesto ante sus palabras de preocupación, cabizbajo y algo aturdido por el golpe, sobándome en la zona afectada — Lo siento mucho kaito, debes tenerla difícil, ocupándote de mi, yo que solo se darte problemas... — suspiro decepcionado de mi mismo...por que a pesar de ser mayor, me comporto como un niño en muchas ocasiones, realmente antes era diferente...antes este tipo de cosas nunca me hubiesen pasado, si tan solo pudiera regresar a esa época, donde no tenía contacto con nadie, donde solo era yo y nadie mas, así todos estarían a salvo. Realmente soy egoísta.
Regreso a la cama, me da una caricia y luego enfría la sopa para mí, dándome de comer, a lo que solo puedo decir, abriéndome un espacio entre cada porción:
— ¿Realmente esta bien esto…Kaito? — lo miro directo a los ojos.

~~Onii-chan te recuerdo de que por mi culpa estas aquí y en todo caso el que lo siente soy yo...~~Murmuré prácticamente, sonriendo le a el con mucho amor, aunque el verle así no me daban ganas de sonreír realmente viéndole así, en una cama hospitalizado, asta que mis pensamientos fueron nuevamente cortados por una de las preguntas de mikado...~~ Onii-Chan, no se preocupe, me agrada y me hace feliz cuidarte si es lo que te preocupa, tu solo come y reposa...~~ Entonces me rugió el estomago del hambre, tenía que acordarme de que llevaba tres días sin comer nada, solo bebiendo agua...

Le escucho, todo lo que me dice, escucho sus palabras de preocupación, realmente me siento muy bien de que alguien se preocupe por mi, aunque se que no debería ser así: — No me refería a eso yo... — estoy a punto de terminar la frase, cuando soy interrumpido por el potente estomago del pequeño, a lo que solo puedo... reír, su expresión, es tan tierna. Tomo la bandeja y se la ofrezco : — La comida sabe mejor si la compartes, ¿Quieres un poco? — Además — Además, no querrás hacerme compañía como paciente ¿verdad? aunque las enfermeras, están bien, realmente no he visto alguna todavía... pero, es mejor que comas, con uno enfermo es más que suficiente —

No me lo podía creer, era el que estaba enfermo por mi culpa y aún así...fue demasiado...bueno, demasiado bueno para mi conciencia, y no podía aceptar esa comida, a si que sonreí y continué dándole de comer mientras le hablaba en un tono dulce y curioso.

jajajajajaja...onii-chan no te preocupes por mi, yo después iré a comer algo ya que veo que estas bien, incluso podrás salir a tomártelo conmigo, ya veremos...-le acaricie la mejilla y le sonreí nuevamente por la felicidad que me causaba al verle despierto-

— Vamos, vas a despreciarla (la comida) y tan buena pinta que tiene; la exquisita sopa, donde nadan suculentas verduras, y trozos de carne con hierbas que flotan y que gracias a la cocción han cambiado de color a uno más provocativo y que en conjunto abre tu apetito o el plato fuerte, no se ve genial, la ensalada, con los tomates finamente cortados, repollo, cebolla blanca perfumada, con aceite de oliva, la carne también tiene buena pinta y bueno del postre no hablo — suspiro.
— ¡¡Vamos Kaito, come conmigo!! — le sonrío.

Mikado estaba comenzando a mosquearme, yo no iba a comer de su comida ya que el debía tomarla toda para que se pusiese pronto en forma, por lo que iba negarme por tantas veces me la ofreciese y tantas veces patalease. Salí nuevamente unos instantes y bajé a la cafetería, comprándome un menú de 8 euros, y subiendo con este en bandeja a la habitación para volver a sentarme donde anteriormente estaba y ver como mikado se lo comía todo.

~~ Mikado has de comerte toda tu comida o yo no comeré la mía y moriré se hambre, eso quieres? -le preguntó tramposo con una sonrisa en los labios para que el otro comiese y se recuperase-

Al ver/notar que Kaito se estaba enfureciendo a causa de mis constantes "propuestas indiscretas"
Anda, si que soy malvado (y es en este punto cuando inserto un emoticon triste, pero ante el protocolo, mejor imagínenlo)
No teniendo opción, le veo salir, bajar, comprar (supongo) y subir de nuevo, con su comida, anda que buen pinta tiene...malvado Kaito, tu comida se ve mejor que la mía.
Asiento con mi cabeza a todo lo que dice, realmente debe estar muy cansado y aun así se mantiene a mi lado:
— Kaito, por que no regresas a los dormitorios y descansas un poco, no te veo bien — me preocupo sobremanera.

Kaito notaba como mikado se preocupaba por cuando debería de estar preocupado por si mismo(?) por lo que a kaito ello le dejaba K.O y estaba decidido a quedarse con mikado como si fuese una chapa asta que este pudiese salir del antro al que todos llamamos "hospital, pero que Kaito llamaba de vez en cuando " el hogar de los lisiados"

Onii-chan...no tienes que preocuparte por mi, si no por ti y tu salud...Yo aquí estoy bien, este sillón es bien cómodo...-dijo sonriendo mientras comenzaba a comer de su comida- Y...no podrás hacerme cambiar de opinión...-dijo esbozando una dulce sonrisa-

— Ni siquiera... ¡¿sobornándote?! — río como lo haría el gato Cheshire de Alicia en el país de las maravillas, de oreja a oreja.
— Pero, supongo que ya no importa — he dicho que la carne tenía una pinta estupenda, pero a la hora de cortarla me esta dando problemas...sigo con la conversación:
— Ya que ahora tienes tu comida, no tengo de que preocuparme — me llevo el trozo de carne a la boca, degustándolo, y masticándolo 16 veces, esta bien solo 13, mi cuerpo esta hambriento de sólidos, terminando le mire pícaro para decir:
— Y yo, que pensaba esforzarme para sobornarte adecuadamente... — le muestro un rostro deprimido.

Una mirada peligrosa de zape apareció sobre el inocente rostro de kaito, acercándose asta mikado para que se enterase de un par de cositas...

~~Estas tontito? además, ya te estas levantando casi de hay, dijo el medico que cuando estuvieses despierto te podías ir de este antro, asi que come que te llevare a tomar café dentro de un rato-~~coje una bolsa y se la tiende a mikado~~ es tu ropa, cuando puedas vas al baño y te cambias-puso cara de ú.ú-

— Jajajajajaja — río torpemente, Kaito se ha molestado de nuevo, aunque amablemente me ha llamado "tontito" ¡¡Aja...!! Kaito, si no te conociera, estás pensando en golpearme, cosa que hubiese pasado de no ser por que estoy en el hospital.
Desvela las indicaciones del médico, para con mi estado, y seguido me entrega una bolsa, donde dice que se encuentra: mi ropa, sumándole un: "cuando puedas vas al baño y te cambias" a lo que contesto "saltando" de nuevo de la camilla, ubico el lugar (el baño) con mi mirada, encontrándome con otra puerta en mi habitación; entre abierta, que me ha permitido ver los azulejos característicos de esos lugares, me dirijo hacia el, no sin antes dirigirle una mirada "zorruna" al menor:
— No espíes — retomo mi camino.

Para poder entretenerse mientras que el "idiota" de mikado se cambiaba se propuso ponerse a cantar una cancioncilla que hacia poco había escuchado y que le había encantado. Se respaldo contra el sillón recogiéndose un poco sobre sus piernas de manera inocente y comenzó a cantar aquella tétrica melodía.

(Off rol: Bienvenido =)
Ya en el baño comienzo a cambiarme, me tardo mi tiempo, aún siento un poco de mareo...pero no me interesa, por que me urge el irme de ese lugar desagradable cuyo olor me ha impregnado hasta el alma.
— Odio los hospitales — me repito, confirmando que mi estadía en el lugar solo acrecentó mi repudio...de repente ceso mi movimiento para escuchar como una fina voz comienza a apropiarse del lugar, penetrando por las paredes y...es Kaito...
— No sabía que cantaba y no lo hace nada mal aunque la melodía es un poco… — Término de arreglarme, para salir del pequeño cuarto.
— Listo y ¿ahora? — inquiero.

Un sonido de chirriante izo que la melodía cesase, ese sonido que hacen las puertas de los hospitales tan molesto, pero Kaito seguía absorto en su mundo, un poco olvidadizo de que el otro estaba saliendo del baño. Ignoraba si el otro había escuchado la melodía, era una cosa que ahora mismo le daba lo mismo en esos momentos, pero realmente la canción que había cantado anteriormente guarda su odiosa infancia, ya que era la canción que le cantaba su madre cuando aun era un bebe, con lo que ya la sabía desde hacía tiempo. Gracias a ella consiguió tenerle un poco de menos miedo a la vida y vivir de cara. Mientras que Kaito estaba absortó, en sus pensamientos irrumpió la dulce y viril voz de Mikado, con un tono de pregunta inocente. De repente, el Kaito de antes volvió a florecer, aquel Kaito dulce e inocente que no tenía maldad alguna, aquel Kaito que Mikado conoció cocido en las termas, con lo que Kaito giro la mirada hacia Mikado, con una sonrisa dulce, pero dulce y sincera, ya que hacía tiempo que la malicia había comenzado a corromper en el, pero al fin consiguió librarse de esta y ser el mismo sin ningún prejuicio ni por que preocuparse. Con los que con esa sonrisa se levanto del sillón y fue asta Mikado.

-Onii seguro que estas bien? Si sientes mareos o alguna cosa en particular solo as de decir vale? Nuestra salud es lo importante en estos momentos y no puedo permitir que algo como esto te vuelva a pasar...-dijo mirandolo a los ojos con dulzura y inocencia, sin maldad alguna.-

(offrol: Gracias x3 me pase de lineas xDD)

—Estoy bien no te preocupes — le sonrío para cambiar mi rostro automáticamente a uno de ultratumba.
— Entonces querido y adorado Kaito... ¿Cual es mi retaliación por lo del viagra líquido? — tomo mi puño derecho y lo aprisiono con mi mano haciendo que mis huesos traqueen, todo a mi alrededor se ha puesto oscuro y mis ojos se han tornado chispeantes, cualquiera diría que llamas emanan de ellos.
— ¡¡Quiero ir a un parque de diversiones!! — Lo tomo de la mano y prácticamente lo arrastro.

"Menuda energía tienes mikado...apenas acabas de despertar de un coma y tienes mas energía que las pilas duracel"Pensó Kaito, siendo prácticamente arrastrado por el suelo(?) en dirección al parque de diversiones que estaba a bastante cerca del hospital, quizás por que después de salir de este iban directos al hospital o simplemente por casualidad. En fin, llegaron y Kaito todo agotado por la carrera que le había echo dar murmuro recuperando un poco la respiración.

-uu...que me canso....-

— "Y que poca energía tiene un niño, estando en la plenitud de la hiperactividad y más sin embargo, lo estoy arrastrando..." — pienso, cuando lo llevo conmigo, "obligado"... he de decir que es por demás conveniente el hecho que el hospital y el parque estén tan cerca, o ¿es una terrible coincidencia? no escatimo en gastos de "kaito" y prácticamente lo robo, pues no traigo dinero conmigo, y el encargado de la noria no acepta una sonrisa como pago, aunque a mirado de forma extraña a Kaito, será por como lo llevo o su angelical rostro de "me canso" igual he pagado por ambos y he arrojado "literalmente" a kaito dentro de la canasta, el paseo comienza.

Que le robase Mikado la cartera del dinero y que lo tirase de cabeza contra la capsula de la noria no era una bonita forma de empezar el paseo por el extenso parque de atracciones. Una vez dentro el pobre de kaito acabó de cabeza dentro contra el piso de la estrecha capsula, levantándose de este con un poco de mosqueo que, al fin y al cabo se le paso en cuestión de un par de minutos. La noria comenzó a subir poco a poco, y Kaito se colocó en el sillón de enfrente al de mikado dándole el culo la espalda a Mikado, no por que estuviese enfadado con el si no por que estaba contemplando a todas las personas que había en el parque de atracciones y las atracciones que había en este. La noria estaba a mediana altura y el silencio era sepulcral...Kaito estaba mirando por la ventanilla pero...¿Y mikado?

— ¡Hola...!— extiendo mi mano y le saludo, desde....tierra.
Sí, mi salud no me permite el disfrute que produce la noria, nah...lo que pasa es que creo que kaito se merece un descanso de "mi" por lo que el paseo es exclusivamente para su disfrute (pagado por él, robado por mí, soy un abusivo) a lo que espero se divierta al máximo, mientras espero sentado en una de las bancas a que el recorrido termine, ¡¡oh!! por supuesto me he encargado de que Kaito tenga su paseo asegurado, pues le he "robado" lo suficiente como para sobornar al payaso encargado de los globos, quien amablemente se ha ofrecido (después de que le he mostrado el fajo de billetes) serle de guía a mi querido rubio.

Terminó la vuelta de la noria y si quiera se percató de que Mikado no estaba en la noria con lo que al salir se lo encontró fuera, poniendo cara de confundido creyendo que realmente había echo aquel viaje junto a el. Kaito tiro a mirar su bolsillo y se percató de que le faltaba algo, ¡La cartera! se dijo a si mismo, y fue con mirada de enojo hacia Mikado, mirándole con una mirada mafiosa pero infantil.Mikado se había vuelto un completo idiota tonto, o simplemente se estaba vengando.

-Baka! Fuiste tu quien me quito la cartera!!?-

Por supuesto que lo he visto venir hacia mi...furico.
Y por supuesto que lo he escuchado formularme aquella pregunta, más quiere el cruel destino que de nuevo estemos separados (en el parque de diversiones), sigo sonriéndole a la par que señalo al hombre pintoreteado y bonachón que descansa a mi lado, vestido con ese "hipnótico" traje multicolor de tonos chirriantes y purpurina por doquier, quien salta a mi señal y se lleva a kaito casi a rastras...otra vez.
Sigo agitando mi mano.

Kaito comenzó a perder los nervios, una cosa era ser el antiguo e inocente Kaito, y otra es ser tonto, con lo que empujo al payaso de una forma un tanto cómica, para después ver como el payaso se levantaba del suelo nuevamente a cogerme, pero de aquella mirada mafiosa al estilo "Ivan Brakinsgi/ Rusia" con lo que el payaso todo asustado salió corriendo. Lo siguiente fue crujir los nudillos y echarle la misma mirada a Mikado.

— ¿Sucede algo? —
Lanzo la pregunta, ignorante de lo que sucede, realmente soy inocente, no es mi culpa que Kaito, sea tan lindo, dulce, violable y robable, omite eso último.
— Que malvado eres Kaito, el amable payaso quiere darte un paseo personalizado, que conozcas cada rincón del parque, que disfrutes, goces, inclusive conocer algunos esbirros tortuosos que rondan la casa embrujada y tu lo empujas y lo miras mal — hablo con tono depresivo, por el acto, esperando que el castigo no me lleve de nuevo al hospital.

-¿¡Que si sucede algo!?-Grito Kaito con enojo, pues no le izo ni pizca de gracia la bromita que el otro le había gastado. La verdad era que ahora únicamente por la cabeza de Kaito pasaba esa palabra de enojo tan frecuentada, "¡baka baka baka!" pues más que intentaba calmarse no podía, sentía que Mikado estaba jugando con el tomando todo a broma. Pues aun estaba enojado, decidió jugar a su juego, y se echó de rodillas al suelo, montando una escenita mientras le gente miraba con desprecio a Mikado, vale que este se hubiese vengado por lo del pastel pero ya se había pasado de la ralla.

Ah...la gente me mira mal.
Ah...pobre payaso, solo estaba haciendo su trabajo, Kaito malvado.
Ah... ¿Qué hace una criatura normal en estas condiciones?
Oh...sí...me entono de nuevo a la par que mi mente reacciona de inmediato, me elevo un poco y hago una reverencia a la muchedumbre hambrienta, que poco más le faltan antorchas para darse a mi caza por tener la osadía de hacer llorar a un chico tan dulce y encantador:
— Buenas ciudadanos...el niño — señalo a Kaito — Sufre de problemas intestinales y como buen hermano me dirigía a comparar algo para calmarle los parásitos que lleva en el estomago — dejo mi pose a un lado y miro al rubio, quien mantiene la escena.

Se levantó del suelo, diciéndose así mismo que debería hacer nuevamente borrón y cuenta nueva. acercándose al mayor y dar le un leve zape. La verdad es que el mayor había pensado con rapidez, rapidez y estrategia, había aludido las miradas y pensado la forma de que las mofas no le diesen de frente. si no que le resbalasen, desde luego mikado se había convertido nuevamente en alguien diferente, paso de ser una persona dulce y amistosa, a ser simplemente amistosa, eso confundía totalmente a Kaito por dentro, además de que en el fondo, aun estaba resentido por amarle y haberle echo semejante peligro para su vida.

-Baka...Tú simplemente eres tú... Te ves muy niño...-

En el mundo de los emoticones la respuesta a sus palabras sería "D:" realmente no entiendo si me está elogiando o me está ofendiendo o ninguna de las anteriores (siempre hay una opción oculta), más me entono de nuevo aprovechando que la "turba" antes "iracunda" ahora se dispersa, para explicarle que: — Así es, esto es todo lo que hay. — me señalo — pero no se preocupe... — le expreso de nuevo, pausándome un poco para humedecerme la garganta que se había tornado algo seca, prosigo: — no soy nada peligroso, eso téngalo por seguro, señor mío, conmigo usted está más que a salvo — le reverencio.

La verdad era que la paciencia se le acabó hace mucho tiempo, que cada momento que estaba con el dichoso mikado los nervios se volvían un atajo de serpientes muerde neuronas. Estaba en cierto modo resentido, y se sentía inútil, ya no estaba bien con mikado en presencia, lo que le llevó a tomar una decisión que le rompía el alma, que jamás se hubiese decidido a aceptar.

Se inclinó para mirar a la cara a mikado, con los ojos llorosos, pero sin hacer que las lágrimas descendiesen por sus redondas mejillas. Una de sus manos se dirigió al mentón del mayor, elevandole este para que le mirase a los ojos.

-Mikado...creo que lo mejor sería que no nos volvíesemos a ver...yo soy incapaz de aceptarte como amigo...-hizo una leve pausa tragando saliva, notaba un fuerte nudo en la garganta que apenas le dejaba hablar o respirar.De repente una lágrima descendió por su mejilla- T-te quiero demasiado para eso... Por eso llegó el momento del adiós...-

El pequeño rubio besó la frente del mayor, y dandose la vuelta y comenzando a andar hacia la salida, rompió en lágrimas silenciosamente, no quería que el unico del que se había enamorado lo volviese a ver llorar...

Entendía a la perfección los sentimientos de Kaito, después de todo el obligarse a seguir teniendo algún lazo, después de lo vivido, era algo torturante, sé que fue mi culpa todo lo que paso, y es algo que aún no me perdono, sin duda pensé que el mantenernos de esta forma podría aliviar heridas, mas creo que solo ha logrado empeorarlas. No he dicho nada, aun frente al beso de despedida, sigo sin decir nada, solo repitiéndome a mí mismo, mientras lo veo alejarse, susurrando casi inaudible:
— Perdóname kaito.—

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