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| Tema: The kiss, el arte de amar Miér Jun 22, 2011 5:36 pm | |
| CAPITULO IV: CELOS- Spoiler:
A la mañana siguiente Arden llamó a Leon con un dulce tono de voz Leon le encontró la vista después de algunos parpadeos y le sonrió, tenia los cabellos totalmente desordenados y una sonrisa flogerosa se dibujó en sus labios.
-Estas estupendo- comentó Arden mientras alzaba una de sus delineadas cejas y esbozaba una sonrisa divertida, estaba extremadamente feliz, no cabía su corazón de tanta dicha, era Leon la persona que mas amaba y deseaba en el mundo quién le daba los buenos días esa mañana - ¿como has dormido?-
-Como un tronco- dijo Leon mientras se estiraba perezosamente -¿Y tu?
-Creo que bebí demasiado. No estoy seguro si me dormí o me desmayé, pero hoy me siento muy bien.- a Leon no le parecía que hubiera estado borracho, solo estaba bromeando de seguro y se le veía de muy buen animo, aun así había un sabor algo acido en todo aquello, este era el ultimo día en que los dos estarían juntos, mañana cada uno volvería a su realidad, y no quería arruinarlo con algún comentario de remordimiento por lo sucedido anoche. Tocaron la puerta; Arden había pedido el servicio a cuarto y trajeron un copioso desayuno para dos. -no puedo comerme todo eso- se quejó Leon examinando el desayuno: huevos, waffles, salchichas, tocino, cruasanes, cereal, fruta variada, jugo de naranja y café. -Suficiente para un ejercito hambriento- rió levemente.
-No sabía que tomabas para desayunar- le dijo Arden sonriendo con una expresión de inocencia- Así que, pedí de todo. ¿Qué tomas normalmente?- le preguntó con curiosidad. Quería saber cada pequeño detalle de Leon.
-Normalmente tomo jugo y pan tostado, pero esto es mas divertido- dijo Leon sirviéndose, para su sorpresa se comió buena parte de lo que había. Ambos estaban de muy buen apetito y un excelente humor y no dejaban de bromear sobre lo mucho que habían comido y lo gordos que iban a ponerse. Cuando terminaron y por fin salieron del hotel ambos iban muy animados, en cierta forma ninguno quería hablar del final de ese día. Se dirigieron hacia la exposición de arte, los segundos parecían volar y consumirse tan rápido. -Menos mal que nos vemos poco- dijo Leon cuando subieron al taxi- Me pondría muy gordo si nos viéramos mas- añadió, pero Arden lo miró de una forma extraña. En realidad lo que Arden estaba pensando era que sería maravilloso poder desayunar con él todos los días. Se sentía tan a gusto en su compañía, rara era la ocasión en que estaba de mal humor, aunque hablaran varias veces por semana. Steven siempre decía que detestaba hablar con alguien antes de medio día. Sin embargo Leon no dejó de hablarle y de contarle cosas durante todo el camino a la galería. Le habló de pinturas, su historia, las técnicas y detalles mas destacables. A Arden le encantaba la idea de que compartiera su entusiasmo con él. Cuando llegaron a la galería Leon se sumergió en cada cuadro, observaba los detalles mas insignificantes y se los explicaba, era una experiencia nueva ir a un lugar así con Leon; cuando salieron a medio día, Arden se sentía como si hubiera asistido a un curso intensivo de arte.
-Tienes una cantidad increíble de conocimientos. ¿Por qué no haces nada con todo lo que sabes Leon?. Sabes demasiadas cosas de arte como para dejar que eso se pierda- Arden estaba impresionado con su talento.
-Ya no tengo tiempo- comentó Leon algo triste -Teddy no lo permitiría además-
-¿Y por que no te dedicas a hacer restauraciones en casa?. Así podrías estar cerca de él. Seguro la casa es demasiado grande para que puedas montar un estudio sin molestarlo- Por mas que Arden lo detestara, Teddy era omnipresente siempre entre ellos, aun con lo que había entre ellos y lo que anoche había pasado Leon siempre lo tenía en cuenta en todo momento.
-Con Teddy no sería fácil- dijo Leon con un dejo de pesar en la voz. -Nunca le ha gustado la idea de que trabaje. Cuando trabajaba en Louvre, a él le parecía demasiado bohemio- Leon había abandonado la idea de dedicarse a aquello que tanto le apasionaba solo por Teddy y eso le partía el alma a Arden, él amaba tanto ese fuego interno que relucía en sus ojos cuando se expresaba del arte y lo que le gustaba y Teddy no hacía mas que apagarlo.
-Pues yo creo que sería bueno para ti- comentó Arden convencido. Admiraba los conocimientos de Leon y la sencillez con la que los compartía con él. En ningún momento le hacía sentir como un ignorante, aunque el no supiera nada del tema, había una maravillosa humildad y gracia en todo lo que Leon decía y hacía- ¿Pintas?- preguntó con interés.
-Antes lo hacía, no soy muy bueno, pero me encantaba- suspiró Leon
-Pues podrías hacer eso también si tuvieras un estudio, creo que sería un escape estupendo para ti de todas esas presiones que llevas- Arden le sonrió, pero Leon sabía que Teddy se pondría furioso.
-Creo que Teddy pensaría que es una especie de afrenta si volviera a pintar o a hacer restauraciones, cuando nos fuimos a vivir juntos me lo dejó muy claro, que aquello no era un pasatiempo apropiado para un chico serio de sociedad- dijo Leon cabizbajo.
¿Y cual sería un pasatiempo adecuado para un chico serio de sociedad? - preguntó Arden con tono molesto. Arden se dio cuenta de que odiaba a aquel hombre y todo lo que representaba mas de lo que imaginaba. Era un esnob, superficial, y manipulador, y no demostraba ningún respeto por su pareja ni ningún interés por lo que él era o le gustaba. No era mas que un “objeto” que había adquirido para potenciar su carrera y posición social, era injusto, Leon merecía mucho más.
-Supongo que lo único que Teddy quiere es que lleve la casa, que me ocupe de él y que no moleste si mi presencia no es requerida. Teddy no entiende que se pueda hacer algo que no sirva a algún propósito por que es una pérdida de tiempo- dijo Leon mientras bajaba la mirada.
-Que forma tan triste de vivir.- comentó Arden secamente.
-Le ha ayudado a llegar lejos. Por algo es el banquero mas importante de Europa en Francia- Leon trato de sonreír. -¿Y? cuando llega la noche, ¿para que sirve eso Leon?, ¿Qué le queda cuando ya todo haya terminado?, ¿en que clase de persona te convierte eso?- Arden no soportaba la idea de que Leon volviera a lado de ese hombre, quería protegerlo y liberarlo, el solo pensarlo le hervía la sangre y mas frustrante era que todo el tiempo que pasaron juntos y lo que habían compartido anoche era una idea secundaria, Teddy siempre rondaba sin estar físicamente presente, no lo necesitaba, tenía a Leon tan controlado que el solo pensar en su nombre ya lo gobernaba. -Algún día se convertirá en un hombre triste. Pero claro con una gran carrera, que no le sirvió al final mas que como un recuerdo de lo que fue y ya no és- Arden comentó furioso, pero enseguida se apenó al darse cuenta que iba perdiendo los estribos por como Leon le miraba.
-Es sorprendente lo que hemos hecho con nuestras vidas ¿verdad?- preguntó Leon con un suspiro mientras se dirigían a un taxi que Arden ya había parado y se instalaba en la parte trasera. -Tú has permitido que Steven se distancie de ti, y yo he permitido que Teddy me excluya sin quejarme. ¿Cómo permitimos que nos hagan algo así?- ahora lo pensaba, estaba asombrado y lo veía tan claro, Teddy ya no lo amaba, aun si el siguiera amándolo, en algún punto Teddy se había olvidado de él como compañero.
-No lo sé, supongo quizá fueron así siempre pero el fulgor del amor de entonces nos cegó- dijo Arden pensativo.-Me pregunto si las cosas hubieran sido diferentes de haberlo sabido antes, tal vez nunca se me hubiera ocurrido estar con él- dijo sin vacilar.
-¿Y piensas seguir así?- Miró a Arden con sus claros ojos verdes bien clavados en él.
-¿Eso parece ¿no?- afirmó Arden con sinceridad, aunque ahora ya no lo tenía tan claro. -No es lo mismo que piensas hacer tu?, ¿seguir con una relación sin amor el resto de tu vida solo por agradecimiento?- Arden conocía la respuesta, ya lo habían hablado, pero estaba tan molesto de que todo volviera a ser igual que le era imposible reprimirse.
-No tengo elección- dijo Leon
-Todos tenemos elección si tenemos el valor suficiente- Arden no lo estaba juzgando pero era un hecho que le enfadaba de sobre manera esa abnegación hacia Teddy.
-Sospecho que tienes razón- murmuró Leon con voz triste. -Solo espero que un día no tengamos que arrepentirnos, la vida es corta, y yo, prefiero no pensarlo, además Teddy no siempre fue así es como si ahora que las cosas no están tan bien lo abandonara y ya, yo tomé una dedición cuando nos comprometimos- dijo Leon con determinación.
-Es un gesto muy noble- dijo Arden mientras tomaba su mano discretamente -pero no dan premios por eso Leon, al final nadie nos dará una medalla por ser valientes-
-¿Qué quieres decir?- Leon lo miró con algo de molestia y retirando la mano fijó la vista en la ventanilla del auto.
-No sé. A veces me canso de escuchar todas esas razones que me invento para continuar la vida que llevo, ya ni siquiera se si sigo creyendo en ello, Leon, cuando te veo, cuando hablo contigo, me pregunto que demonios estamos haciendo.- suspiro Arden pesadamente. -¿El uno con el otro?- Por la voz Leon parecía asustado y pensó si Arden no estaría a punto de decirle que no quería verlo mas. Volvió el rostro a mirarlo con los ojos muy abiertos.
-No, con ellos, nuestra relación es lo único que tiene un poco de sentido, nunca he hablado con nadie como me hablo contigo ¿no es así como tendría que ser?. - Leon asintió pensando en todo lo que Arden había dicho.
Leon asintió pensando en todo lo que había pasado. -Ahora lo es pero hace 7 años no hubiera pensado así, antes solo sabía hacer lo que Teddy decía, el me decía cuando tenia que levantarme, cuando acostarme, que tenía que pensar, que decir que hacer. Creo que en ese entonces me resultaba tranquilizador ese control de su parte-
-¿Y ahora?- preguntó Arden con la mirada bien fija en él. - Sigo sin tener opción Arden y tu lo sabes, sin Teddy me quedaría en la calle, ¿Qué alternativa tengo?- dijo Leon con un gesto cabizbajo. - La que tu quieras. Ese es el punto Leon. Los dos hablamos del precio que tendríamos que pagar por cambiar de vidas. ¿Pero y el precio que estamos pagando ahora por seguir como estamos?, ¿alguna vez te has puesto a pensarlo?- Arden tomó sus manos con cierta angustia, de verdad deseaba llamar el valor de Leon en ese instante. - Procuro no hacerlo. Si sigo con esta vida es por Teddy, le debo mucho, tanto si lo valora como si no- argumentó Leon contrariando a las palabras de Arden. -¿Estas seguro?, ¿estas seguro que es solo por eso? ¿por agradecimiento?- preguntó Arden mirándolo con intensidad. Nunca se había mostrado tan insistente y a Leon lo sorprendió, ¿Qué es lo que había cambiado?, era como si ya no estuviera satisfecho con lo que tenían ni con lo que tenía de él. -¿Estas seguro que no sigues donde estas por miedo a hacer algo nuevo?. Por que en mi caso si es así, me da demasiado miedo tirar todo y marcharme. Alguien podría notar que soy humano, que no soy perfecto, que incluso tengo necesidades. Imagínate!- -¿Me estas diciendo que vas a dejar a Steven?- Leon estaba perplejo, en todos los años que llevaban de conocerse Arden nunca había hablado de querer romper con su pareja y menos proponerle hacer lo mismo.
Arden notó el rostro de susto de Leon, quizá había hablado demasiado, tomó aire y soltó una risita apenada- Lo que digo, o almenos eso creo, es que me gustaría tener el valor de dejarlo- y entonces a riesgo de que Leon se enfadara y se fuera decidió decirlo por que eso era lo que sentía, y significaba demasiado para que lo dejara pasar por alto. - Aunque solo fuera por ti Leon, me gustaría que tuvieras el valor de dejar a Teddy, me pone mal cuando hablamos, como si fueras un prisionero en esa casa, las prohibiciones, la desconsideración, las faltas de respeto que le has aguantado durante años sin un solo gesto de amor, o un perdóname, me dan ganas de secuestrarte y a Teddy no se que se lo trague la tierra. Me gustaría que la vida fuera mas simple pero no es así, es podidamente complicada para nosotros dos, ojala no lo fuera, y ojala pudiéramos empezar de cero solos tu y yo-.
-Sí, ojala- suspiró Leon con calma - pero no se puede y tu lo sabes tan bien como yo- A Leon le encantaba la idea de que Arden dejara a Steven y fuera feliz con otra persona, pero seria desastroso y Arden lo sabía también. - Si Steven monta un escándalo tu carrera política se irá al caño, has pasado casi media vida forjándola, ¿la tirarás así nada mas? ¿Y yo?, Teddy me lo a dicho bien claro, que si se me ocurre dejarlo se encargará personalmente de que me muera de hambre en la calle, dependo totalmente de él, no puedo permitirme dejarle- Era verdad, las cosas eran así, y a Arden le partía el corazón oírlo decir que estaba dispuesto a vivir de esa forma. - Supongo que tenemos que hacernos a la idea- se resigno momentáneamente Arden forzando una sonrisa - ¿soñar no cuesta nada verdad? -acarició la mano de Leon, quería decir mas, tenía tantas cosas atoradas en la garganta pero lo único verdadero era ese momento con él - No puedes hacerlo, claro. No pretendía presionarte. Creo me vuelvo egoísta cuando estoy contigo. Veo la vida que podríamos tener- aun sujetaba su mano almenos por ese instante, de esa manera Arden quería sentirlo completamente suyo. - Quizá es así por que lo único que compartimos son llamadas y algunas horas juntos cada tantos meses. Quizá si hubiéramos sido pareja sería distinto- dijo Leon tratando de calmar algo de esa frustración en Arden. -¿De verdad crees eso?- preguntó Arden mirándolo directamente a los ojos.
Leon vaciló un poco, luego negó silenciosamente con la cabeza -No, no lo creo, pero nunca lo sabremos- dijo cerrando una puerta en su cabeza. -¿Soñar con eso es otro de los lujos que no podemos permitirnos?,¿Cómo el amor?- preguntó Arden con expresión triste. -Eso creo, si pedimos mas o tratamos de obtener mas de lo que tenemos en este momento, al final lo único que haremos es lastimarnos mas el uno al otro y a nosotros mismos- Leon había tenido el mismo impulso que Arden desde la noche anterior, pero hacer las cosas solo por un lindo sueño, sin sopesar las consecuencias terminaría por estropear todo, prefería dar gracias por esos momentos a arriesgarse y no verlo mas.
-Pues yo quiero más- dijo Arden abiertamente. -Pues no podrá ser. Te estas comportando como un niño pequeño- Leon rió de pronto y le regaló un leve beso en la mejilla. -Leon, por primera vez en años me siento vivo- dijo con aire esperanzado Arden. -Me parece que el desayuno se le ha subido a la cabeza señor Robinson- Leon había decidido que la única manera de llevar ese asunto era no tomarlo enserio, pero se sentía azorado por las cosas que Arden decía. -Tal vez, podríamos quedar aquí una vez por año- era lo único que se e ocurría en lugar de una vida con él. -Sabes tan bien como yo que eso no es suficiente- Arden seguía obstinado en la idea. -¿Y que me propones?,¿Qué nos fuguemos?, Arden seamos serios, piensa un poco y no seas loco, y no esperes que me contagie y me vuelva tan loco como tú- Arden lo conocía bien y sabía que no arriesgaría su estabilidad así.
-No puedo creer que te guste que te trate de esa forma- replicó Arden, ya estaba desesperado. -No me gusta, y no me trata de ninguna forma, Teddy se mantiene a distancia nada mas- Leon le miró recriminatoriamente y la seriedad se notaba en su rostro. -Te abandonó hace años, ¿que queda a parte del hecho de que paga las facturas?- reclamó Arden incisivamente. -Es suficiente, es lo único que necesito- Leon comenzaba a sentirse acorralado con tanta insistencia. -Es una locura, eres muy joven aún, necesitas mas que eso Leon- Arden no se rendía, odiaba ver el fuego de la persona que mas amaba y admiraba confinarse así hasta extinguirse. -Ya ni siquiera me lo planteo- dijo Leon con firmeza tratando de resistirse a lo que sentía por él. -Pues tendrías que hacerlo- dijo Arden en tono severo. -Creo que necesitas un trago y una siesta, un calmante tal vez- Nunca antes Leon le había oído hablar de esa forma y lo asustaba un tanto, no por el hecho de que las dijera, si no por que le parecía también pensar igual. -¿Por qué?- preguntó Arden al hacer la seña de alto para bajar del auto en el que iban y abrirle la puerta a Leon. -Ya sabes por qué, solo conseguirías torturarte o a mí por pensar cosas que no van- caminando a la par de él. -Pues Teddy sería un monstruo si te retirara el apoyo económico en gran parte se lo debe a la influencia de tu apellido- asestó Arden en contra de la imagen de Teddy. Leon lo miro a los ojos y habló con claridad y firmeza, para que comprendiera que hablaba muy enserio -No pienso comprobarlo, ¿de acuerdo?- -Entiendo …- asintió Arden y lo siguió al interior del restaurante que habían elegido y no volvió a decir nada hasta que se sentaron. -Siento haber tocado el tema. No quería molestarte. Es solo que nada de esto tiene sentido, los dos estamos con personas que no nos hacen felices y juntos tu y yo la pasamos tan bien- Arden de pronto deseaba arriesgar todo por él. -Esta bien, lo acepto Leon- se tragó sus deseos y tomó asiento con él en la mesa, prefería eso a arruinar el ultimo día juntos. -Lo sé, Arden, siempre has sido muy bueno conmigo- en los últimos años desde que Teddy se distanció él era lo único que realmente tenía. -No se, pues quizá no tanto, yo estoy tan cansado de tanta hipocresía que tal vez un día me decida y deje a Steven sin importar nada- suspiró Arden con agobio tomando el menú y viendo que pedir. -Piénsalo bien- dijo Leon con serenidad y lo tomo de la mano, Arden tenía los dedos largos y esbeltos, sus manos eran tan bonitas y le gustaban tanto. -Eres un chico notable- dijo Arden con los ojos llenos de admiración -y mucho mas sensato que yo- rió un poco. -Tal vez, es mejor así- sonrió Leon y se llevó la mano de él a los labios y la besó -Eres mi amigo mas querido- Por un momento Arden se quedó sin habla y Leon asintió, hubiera querido decirle mas cosas pero después de la anterior conversación no era el momento.
-¿Qué te apetece comer?- dijo Arden tratando de controlar sus emociones, no quería ni pensar como se sentiría cuando cada uno volviera a su casa. Tomaron el almuerzo, se ahí se fueron a una de las galerías que estaban en lista de visita y no terminaron su recorrido hasta las cuatro de la tarde pasadas, tomaron una merienda de te y sándwiches frescos en una pequeña fonda.
-¿Cuándo volverás a venir?- preguntó Leon al tiempo que le servía algo de té en una taza. El sol de junio refulgía en sus castaños cabellos y ese viento los alborotaba graciosamente, sus blancas mejillas tomaban un hermoso color con el sol. -¿Qué te parece la semana que viene?, creo que después de lo que ha pasado me daría algo si no te veo pronto- Arden estaba sonriente, sus ojos azul metileno se fijaban en ese par de esmeraldas en el rostro perfecto de Leon, en verdad disfrutaba estar con él así solo fuera merendar. - A mi también- confesó Leon. A pesar de sus valientes palabras sobre lo que no podían tener, sentía la misma atracción que Arden. Pero era un fruto prohibido. -¿Dónde quieres que cenemos esta noche?- preguntó Arden y él levanto los ojos al techo y rió -¿Cómo puedes pensar en comer otra vez?, si apenas vas terminarte esto, si sigo así no podré comer hasta dentro de una semana- pero los dos sabían que esa sería su última noche, además Teddy volvería al siguiente día, lo lógico era que le encontrara en casa ya. -¿Qué te parece Philgrim’s Club?- preguntó Arden haciendo caso omiso a las protestas por el exceso de comida -Podemos ir un poco tarde si lo prefieres- agregó. -No esta mal- dijo Leon riendo -hace tiempo que no voy ahí, en realidad, hace tiempo que no voy a ningún lado- rió mas. -Reservaré mesa para las 12- entonces Arden se levanto de la mesa un momento para hablar con el encargado, mientras Leon le observaba alejarse. Cuando volvió a la mesa seguía observándolo -¿Por qué me mirabas?- preguntó Arden con expresión divertida y despreocupada. Leon era un chico muy bien parecido de rasgos finos y delicados, tanto que a veces el corazón de le aceleraba de solo verlo. -Te estaba mirando- confesó Leon -es un hombre muy atractivo señor Robinson- había sentido eso mismo por Teddy hacia mucho. Ahora lo conocía muy bien y también la gelidéz de su corazón. -O estas ciego o estas loco- bromeó Arden riendo nerviosamente, que un chico, joven y atractivo como Leon le dijera algo como eso lo ponía incomodo en cierta forma, incluso a él siendo tan seguro de sí su confianza se menguaba considerablemente, agregando a eso el hecho de que le gustaba tremendamente, se levantó andando antes que notase su efímero rubor.
Llegaron de vuelta al hotel cerca de las siete de la noche, cada uno se retiró a su habitación descansar, tomar una ducha etc. Leon inmediatamente llamó a casa, lo único que quería era saber era si Teddy había vuelto ya o había llamado almenos, la encargada le dijo que él había dicho volver mañana por la noche y que ese día iría a Londres, eso le heló la sangre a Leon, era demasiado peligroso si llegasen a topar con él, era mucha casualidad pero existía el riesgo, pasadas las 11 de la noche Arden le llamó a la habitación, Leon le contó lo sucedido y que lo mejor era que regresara mañana a primera hora a París, Arden no se negó, pero le rogó pasaran almenos una cena amena por ser la última noche que pasarían juntos, Leon aceptó, salieron ambos y fueron al restaurante acordado, platicaron sin parar de todos los temas, rieron y comieron relajadamente, se les paso el tiempo volando que tuvieron que dejar el lugar por que cerrarían eran ya la 1:30am, tomaron de regreso al hotel un taxi, se asentó de pronto entre ellos un silencio incomodo.
-Será extraño mañana ya no verte- dijo Arden mirando por la ventanilla del auto y luego le tomó la mano, temía mirarlo a los ojos y perder el control arruinando el momento que habían pasado. -Arden, antes que lleguemos, ¿podrías darme un beso?- dijo Leon buscando su mirada, llevaba un traje blanco y una camisa gris de seda, su tono perlado de piel, sus ojos y su cabello castaño claro quedaban perfectos dándole una inmaculada apariencia, se veía inolvidablemente hermoso. Comenzaba a llover, parecía que el cielo derramaba las lágrimas que ellos dos luchaban por contener, el traje negro y la camisa azul marino de satín combinaban con los ojos azules profundo de Arden. -Solo si me prometes que podré darte mas después- apretó la mano de Leon como queriendo conservarlo a su lado para siempre. Se acerco sin perder detalle de su angelical rostro, fundiendo sus labios en la dulzura cálida que Leon escondía en ese suave par, esa única obra de arte que él poseía, era una sensación de asolación entremezclada con un alud de sentimientos encontrados, ambos, dejándose morir en el mirar del otro, entregándose cada sueño, estaban tan completos en ese justo instante, olvidándose de todo por un segundo, siendo solo ellos dos en ese tibio mundo, compartiendo tanto amor en una sola acción esa húmeda conexión solo de dos. -Te amo Arden- susurró Leon pegándose mas a él. los dos llevaban una eternidad esperando, Arden seguía en ese beso mientras Leon lo abrazaba, el tiempo pareció fundirse en el espacio, lo único que podían pensar es que nunca habían sido tan felices y que no querían que ese momento acabara. Leon cerró los ojos y por primera vez en su vida en brazos de Arden se sintió totalmente a salvo. Arden estaba besándolo cuando llegaron a un cruce, el chofer los observaba por el retrovisor, estaba tan impactado, hipnotizado por todo aquel sentimiento expresado aun así fueran ambos varones que no vio el bus que se abalanzaba contra ellos a toda velocidad, no hubo tiempo de frenar. Arden aun besaba a Leon cuando el bus se llevó la parte delantera del coche y el chofer literalmente te esfumó. Ni siquiera tuvieron tiempo de un suspiro o darse cuenta de lo que sucedía.
El traje de Leon había dejado de ser blanco, era del carmín de su sangre ahora, el techo del coche se había hundido y los dos estaban inconcientes debajo de ese amasijo de hierro. Arden tenía dos grandes cortes a un costado de la espina. Sonidos distantes, cláxones, gritos. Dos personas llegaron corriendo y se enfocaron a observar si algo quedaba de alguien en el taxi. Lo único que pudieron ver fue la sangre del rostro de Arden y el rojo traje de Leon, Arden tenia los ojos abiertos, parecía muerto a juzgar por los cortes y la cantidad de rojo en el traje de Leon quien yacía debajo de él.
-Dios mío …- dijo uno de los sujetos. -¿Crees que sobrevivieron?- preguntó uno al otro -Imposible amigo- mientras miraban un hilillo de sangre que escurría desde la boca de Leon.
Sirenas a lo lejos se oían acompañadas de luces de torreta azul y rojo, era uno de los peores accidentes, había media docena de cadáveres, los rescatistas no se daban abasto, un par fue al coche a cerciorarse que hubiera alguien con vida, vio a los dos hombres debajo del retorcido techo, con una primera vista parecía que no había mucho por hacer, pero uno de ellos metió el brazo como pudo y logró sentir un palpitante atisbo de vida en Arden y Leon -¡Aguanten!- el médico de la ambulancia acudió de inmediato, como pudieron los liberaron de entre las deformes fauces de acero, Leon perdía sangre a borbotones y al tomar las constantes de Arden estas iban en picada. Los estaban perdiendo, todo ese ruido era ensordecedor, pero ni Arden ni Leon lo podían oir … CAPITULO V: QUEDATE- Spoiler:
Tardaron casi dos horas desmontando todo aquel desastre. Tuvieron que proceder con sumo cuidado para no herir mas a las víctimas del percance. Habían podido inyectarles una intravenosa y habían conseguido parar la hemorragia en una herida que Leon tenía en la arteria del brazo izquierdo; quienes les atendían tenían sangre por todas partes, resultaba difícil creer que el traje de Leon era blanco, estaba totalmente rojo de sangre; aún no sabían quienes eran, para cuando pudieron abordarlos en la ambulancia ya se habían llevado a los heridos del bus. Uno de los asistentes había encontrado la cartera de Arden, lo que les permitió identificarlo, pero seguían sin saber quién era Leon.
-Llevaba un dije con la foto de ambos- dijo uno de los auxiliares médicos mientras la ambulancia casi volaba al hospital mas cercano. -Deben ser amigos- y se comunicó por la radio con los policías que había en el lugar para que estuvieran atentos por si aparecía la billetera.
Durante todo el proceso ninguno recuperó la conciencia; cuando los llevaron al quirófano estaban en un sueño profundo. Fueron atendidos inmediatamente por un equipo de médicos diferente cada uno. Había que operar, en el caso de Arden por daños en la columna y fractura de cuello y en el de Leon por trauma craneal, hemorragia interna masiva y la arteria dañada de su brazo izquierdo, si no operaban inmediatamente podía perderlo.
-¡Díos mío!, ha sido muy grave,¿verdad?- susurró una de las enfermeras cuando llevaban a los heridos a las diferentes salas de operaciones.
-No puedo creer que aún estén vivos- comentó la otra mientras limpiaba, le habían asignado a Leon que era quién menos posibilidad tenía de seguir con vida. La herida de la cabeza era severa, pero la peor parte se la habían llevado el hígado, el corazón y los pulmones que habían quedado prácticamente aplastados por el peso de la coraza del coche.
En cuestión de minutos los dos estaban sobre diferentes mesas de operaciones y mientras los anestesistas hacían su trabajo los dos equipos de médicos escuchaban los datos de boca de los especialistas, era difícil decir cual de los dos jóvenes del coche estaba peor. Los dos estaban en estado crítico y cuando empezaron a operar, sus constantes vitales comenzaron a caer casi al mismo tiempo.
Cuando comenzaron a operarlo para reparar las vértebras dañadas, Arden sintió como si se sentara y unos minutos mas tarde caminara por un sendero luminoso. Oía sonidos a su alrededor y a lo lejos veía una luz muy brillante. Cuando miró su entorno se sorprendió, vio a Leon, estaba sentado sobre una roca justo delante.
-¿Estas bien?- le preguntó. Al mirarlo, le pareció que tenía un aspecto extraño, como si hubiera estado dormido, pero Leon se levantó y esperó a que se reuniera con él. -Estoy bien- dijo Leon, pero no le miró. Al igual que a él le había pasado de inicio, Leon estaba hipnotizado por esa luz. -¿Qué es eso?- preguntó Leon con curiosidad. -No lo sé- contestó Arden. Se sentía confuso pero sabía que había estado buscándolo y que durante un tiempo no había podido encontrarlo. -¿Dónde estabas Leon?- -Estaba aquí esperándote, has estado fuera mucho tiempo- la voz de Leon era muy debil y se le veía pálido, pero parecía extrañamente tranquilo. -¿Yo?, yo he estado aquí, no fu a ningún sitio- explicó Arden pero Leon parecía no escucha, mas bien estaba ansioso por ira ver esa luz. -¿Vienes?- Leon se volvió para mirarlo y Arden apretó el paso tratando de alcanzarlo pero iba demasiado rápido y quiso pedirle que fuera mas lento. -¿Por qué corres tanto?- preguntó pero Leon solo negó en silencio y siguieron hacia la luz con premura. -¿Quiero que vengas conmigo- le dijo tendiéndole la mano a Arden, quien la tomo y la sintió muy cerca pero no lograba verla físicamente, veía que la agarraba pero no notaba nada. lo único que sabía era que se sentía terriblemente cansado, quería quedarse a descansar un rato pero no quería volver a perderlo por que a pesar de lo que Leon le había dicho, sabía que durante un rato si lo había perdido, entonces Leon se volvió, lo miró y le hablo con una voz casi inaudible. -Te amo, Arden- dijo y Arden quiso pedirle que fura mas despacio.
-Yo también te amo Leon, ¿Podemos parar un rato?, estoy muy cansado- le sonrió a Leon en expresión suplicante.
-Podremos descansar cuando lleguemos. Nos están esperando- Leon decía eso con mucha seguridad y eso mismo era lo que lo estaba impulsando a seguir con urgencia, y Arden le estaba retrasando.
-¿A dónde vamos?- quiso saber Arden.
-Allí- señaló entonces Leon la luz.
Durante un rato Arden lo siguió. Parecía que tardaban mucho en llegar, y cuando casi estaban ahí Arden oyó voces que llamaban a Leon desde atrás. Se dio la vuelta para miar, vio varias siluetas, no las veía bien pero le parecía ver con claridad a un hombre, le hacía señas con la mano y entonces se le oía gritar <>, hasta que por fin Leon se dio la vuelta y se quedó mirándolo por mucho rato.
-¿Quién es?- preguntó Arden, pero conocía la respuesta antes que Leon la dijera.
-Es … Teddy, no pudo volver con él ahora, es demasiado tarde- Leon se dispuso a seguir caminando y en ese mismo momento se incorporó un hombre mas. A Arden le pareció un desconocido pero cuando le miró de nuevo vio que era Steven y que le estaba llamando igual que Teddy a Leon.
-Espera … - Arden trataba de alcanzar a Leon y llamar su atención pero él se había adelantado demasiado y no estaba seguro de seguirlo. -Tenemos que volver- explicó, pero Leon negó con la cabeza.
-No voy a volver Arden, ¿vas a venir conmigo?- Leon parecía decidido y él en cambio se sentía mas cansado a cada paso que daba. Parecía que el camino no acababa.
-¡No puedo ir a tu paso!- se quejó Arden- ¿por qué no podemos volver?, tal vez nos necesitan … -miró a Leon con ojos angustiosos. -No, no es verdad- dijo Leon y se volvió -no puedo volver, es muy tarde para mí, dile a Teddy que lo quiero y que se cuide mucho que le agradezco por todo lo pasado- dijo y se dispuso a seguir solo.
-¡Tienes que venir conmigo- dijo Arden tomándolo del brazo bruscamente. -¡Escúchame!- le gritó furioso. Pero Leon no escuchaba y casi llegaba a esa luz. -Tienes que escucharme, Teddy necesita que vuelvas, … yo tengo que volver con Steven. Ven conmigo, podemos regresar cuando queramos.- Arden tocó la mano de Leon haciéndolo vacilar un rato, solo una fracción de segundo.
-¿Y … si no tenemos la oportunidad?- la voz de Leon sonaba con miedo.
-Algún día la tendremos … pero ahora no es momento- dijo Arden en tono severo.
-Para mí lo es … no quiero volver- Leon lo miró con expresión implorante y Arden por algún motivo sentía que se le escapaba -Por favor Arden, ven conmigo, no quiero ir solo-
-Quiero que te quedes conmigo. Te amo Leon, no puedo ir, no me dejes aquí solo- Arden sintió su voz quebrar y bajó la cabeza al sentir sus ojos humedecer para que Leon no lo viera, pero él siguió ahí mirándo y alzó la cara tendiéndole la mano. -Toma mi mano … no dejaré que te vayas, lo juro. Tienes que volver conmigo- De pronto Leon parecía muy cansado y volteó a mirar a Teddy, dudó mucho rato y luego de a poco caminó hacia Arden.
Parecía mucho mas difícil retroceder que avanzar, Arden veía esa luz detrás de Leon, unos momentos después lo tenia en sus brazos y lo besaba, y él le sonreía. Ninguno de los dos estaba muy seguro de donde estaban, solo sabían que tenían que volver, Arden ahora notaba la mano de Leon y la sujetaba con fuerza a la suya
-¿Estas seguro de que quieres hacer esto?- Preguntó Leon mientras caminaban, no podía oír las voces de Teddy o de Steven pero los veían esperándoles, cada vez se oscurecía mas y la luz parecía apagarse.
-Estoy seguro- dijo Arden y siguió aferrándolo con fuerza a su mano.
-Se hace tarde … y esta muy oscuro … ¿Cómo sabremos el camino de vuelta?- Preguntó Leon, tenía la sensación de que se había perdido antes y no quería perderse de nuevo.
-Tu sujétate a mi- dijo Arden ahora teniendo mas fuerza. - Conozco el camino- entonces lo rodeó con un brazo y caminaron durante largo tramo, ahora era Leon quién estaba cansado.
-Necesito parar un poco- dijo Leon pero Arden no lo quiso dejar que se detuviera sentía una necesidad primordial de seguirlo llevando a su lado sin abandonar.
-No tenemos tiempo, todo estará bien, podrás descansar cuando volvamos- y sin decir mas Leon lo siguió, ya estaba oscuro, pero estaba seguro de que Arden sabía bien a donde iban, él solo quería echarse en algún lado y dormir pero Arden no lo soltaba, no dejaba que aminorara el paso y después de un rato sin saber como habían llegado a alguna parte con la sensación de estar en casa, no reconocía nada pero se sentía seguro a lado de Arden y lo único que deseaba era dormir junto a él, lo miró y sonrió, Arden le devolvió la sonrisa, se recostaron y se durmió sabiendo que lo tendría siempre a su lado.
-No pensé que pudiéramos salvarlo- dijo la enfermera al anestesista cuando salían de la sala donde habían intervenido a Leon, habían pasado 4hrs, desde que lo ingresaron, repararon los daños internos pero durante la primera hora pensaron que iba a morir pues había perdido mucha sangre. No tenían idea de cómo lo habían recuperado, si fue por la medicación, la transfusión o por pura suerte. Pero fuera lo que fuera, todos concordaban en que era una especie de milagro que viviera. -Nunca había visto un caso así, tiene suerte de estar vivo- dijo uno de los cirujanos -aun no esta fuera de peligro pero lo logrará- el hombre sonrió y salio de la sala empapado en sudor.
Dos enfermeras salieron en ese momento de la sala de operaciones contigua donde habían intervenido a Arden; se veían tan agotados como ellos.
-¿Cómo resultó su paciente?- preguntaron las dos a la par. -¿Casi lo perdíamos cuatro o cinco veces, salió al final pero la parte superior de la columna esta muy dañada- dijo una de ellas con preocupación. -Casi como nosotros, apenas sobrevivieron, vaya suerte de los dos- dijo uno de los médicos. -¿Cómo está el chico de ustedes?- Preguntó la otra. -Crítico pero sobrevivió- dijo el otro médico.
Eran las ocho de la mañana, Leon y Arden fueron trasladados a habitaciones separadas, los dos seguían sumidos en un profundo sueño, para entonces ya se había recuperado la cartera de Leon y la llave de la habitación del hotel, la policía había llamado al hotel, donde les informaron que su nombre completo era Leon Rochtmore y que era de París. El subdirector buscó el pasaporte para saber a quién debían llamar en caso de emergencia, de Arden tenían toda la información que necesitaban, el teléfono de la casa y aparecía el nombre de alguien como conocido cercano. La enfermera en turno de recepción debía llamar a Steven Mondadori. Rellenaba alguna papelería antes de sentarse y dar un suspiro, el subdirector del hotel llamó, había encontrado el pasaporte de Leon donde aparecía Theodore Gordon como conocido mas cercano, el número de su celular y el número de Arden en Conneticut. Detestaba hacer ese tipo de llamadas, dio un sorbo al café y marcó primero al celular del señor Gordon, el celular sonó varias veces antes de que un hombre contestara, la enfermera respiró hondo.
-Monsieur Gordon, s’il vous plaît- dijo la mujer en francés con un fuerte acento británico. -Si soy yo- contestó Teddy con un marcado acento.
La enfermera reconoció el acento americano y le preguntó en inglés si Leon era su amigo, familiar o conocido.
-Si, lo es, es alguien muy cercano- contestó Teddy con tono de preocupación. La enfermera dijo que llamaba del hospital de Saint Thomas y que Leon había resultado herido en un accidente de auto la noche anterior, le explicó como sucedió en breve. -Su estado es crítico, acaba de salir de la sala de operaciones señor Gordon- siguió explicándole el estado de Leon sintiéndose algo torpe. En le otro lado de la línea hubo un silencio largo mientras Teddy sopesaba lo que acababa de oír- lo … lo siento- dijo la enfermera finalmente. -Si, yo también lo siento- Teddy parecía perplejo -llegaré hoy mismo- murmuró algo indeciso preguntándose si no tendría que hablar primero con el médico, pero la mujer del teléfono le había dado suficiente detalle así que no le pareció necesario. -¿Esta consiente?- titubeó un poco en esa pregunta. -No señor, no desde el percance- Teddy hizo un gesto afirmativo al oír eso sin saber del todo que decir, le parecía increíble que la persona de la que hablaban era Leon, aunque ya no compartían casi nada y se habían distanciado seguía siendo su pareja. Teddy pensó que lo mejor era conservar la calma y no decir nada a la familia de Leon a menos claro que muriera, la enfermera había dejado claro que era una posibilidad. Cuando colgó se sentó en la cama de su habitación en el hotel, y se quedó mirando al vacío un buen rato, hacía tiempo que no tenían ningún tipo de cercanía, pero era su pareja y tenían 7 años de relación. Esperaba que no hubiera sufrido durante el accidente y por un momento se alegró de que no hubiera muerto, le sorprendió comprobar que a pesar de lo poco que expresaba para con él estaba realmente afectado por la posibilidad de perderlo experimentando un gran pesar de solo imaginar no volverlo a ver. Nadie sabía nada del accidente y él necesitaba tiempo para asimilar la situación. Aquella tarde tenía citas importantes de oficina, no quería dejarse llevar por el pánico, Leon estaba inconciente y de todos modos su presencia no ayudaría mucho ahí, además odiaba los hospitales, tras unos momentos de vacilación pensó en cumplir todos los compromisos y estar en le hospital alrededor de las siete de la tarde. Si moría antes de que él llegara sería por que así estaba escrito, se dijo a si mismo tratando de conservar ese frío garbo característico de su personalidad, si seguía vivo sería una buena señal, pero dado que estaba en coma el no notaría diferencia entre si estaba o no presente. Salio a su junta a las tres y no dijo nada a su asistente, solo que debía irse poco después de terminar. No quería armar un escándalo, no tenía sentido perder la compostura, a menos claro que Leon muriera.
En el hospital después de hablar con Teddy, la enfermera se preparó para la siguiente llamada, hablar con Theodore Gordon la había alterado un tanto, había preguntado muy poco y se le oía demasiado tranquilo, era poco común que una persona respondiera con esa frialdad a una llamada como esa. La enfermera tenía el teléfono de la casa de Arden Robinson, mientras esperaba que contestaran dos enfermeras pasaban por el pasillo, hablaban de Leon, por lo que el señor Gordon había dicho no sabía a que hora llegaría, se había limitado a dar las gracias y colgar. Steven contesto la llamada, en Estados Unidos eran las seis de la mañana, una voz con acento británico preguntó por el señor Steven Mondadori.
-Es muy temprano, podría llamar después?- dijo Steven con un bostezo a punto de colgar. -Me temo que no- dijo en tono serio la mujer. -¿Pasó algo?- Steven empezó a reaccionar y se incorporó en la cama, no sabía por que pero la voz de la mujer denotaba de que preocuparse, escuchó durante largo rato sin decir nada, cerro los ojos. -¿es grave?.- la enfermera le dio detalle del estado de Arden, que era crítico y poco alentador, Steven pregunto el cuando de las cosas, el nombre del médico y si Arden estaba conciente, la enfermera le habló de la grave herida en su columna; Arden en una silla de ruedas era impensable, en cierto modo casi le parecía mejor que muriera. Arden no soportaría pasar el resto de sus días en una silla; Steven lo sabía bien. -Hoy mismo salgo para allá.- le dijo finalmente a la enfermera y colgó.
Había habido otros hombres en su vida y su relación había muerto en cierta forma hacía años, incluso había penado dejarlo cuando estaba enredado con otro, pero que muriera, que él , que Arden ese sujeto tan recio y fuerte pudiera morir era algo tan difícil de pensar. De pronto no dejaba de pensar en cuando se conocieron, en lo enamorado que estaba de Arden y en lo felices que eran en ese entonces, era como si viera pasar ante sus ojos esos años de su vida con él y recordó cada cosa que descubrió y disfrutó de él; Mientras tomaba la ducha y pensaba en la posibilidad de que ese hombre que ante sus ojos pareciera de hierro o invencible, a quien consideraba tan fuerte y fue su apoyo por mucho tiempo no volviera a caminar, no pudo evitarlo y rompió a llorar.
Salió al aeropuerto poco después de las nueve de la mañana, iba en silencio mientras conducía, sumido en sus pensamientos. No dejaba de pensar en Arden debatiéndose entre la vida y la muerte. En el momento en que su avión despegaba Theodore Gordon iba en camino al hospital.
Última edición por Lani-San el Sáb Jul 02, 2011 2:32 pm, editado 1 vez |
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