Aunque el tiempo pase, sigue doliendo igual [Priv. Xanxus]

Si había un lugar que le fascinaba últimamente era aquel escondite que había encontrado semanas atrás, detrás de todo el increíble follaje, tras un pequeña cuevecita de piedras, un pequeño bosquecillo de rosas púrpuras las cuales expulsaban un fuerte olor. Ese olor te entraba hasta clavarse en tus entrañas, y hacerte jadear extasiado hasta hacerte marear y haber deseado no haber ido allí. Mas a Kaito no, solo le hacía olvidarse de aquel dolor que le encogía el pecho al pensar en el, su primer e único amor.

Para el, cortar una rosa era un pecado al que se debía pagar con lo más importante de quien la cortase, más se permitió el capricho de sacar una, apretando una espina con el dedo gordo, ignorando por completo el olor mientras se la acercaba a la nariz, aspirando.-Mikado…- dejó caer la rosa al suelo, a la vez que su cuerpo tenderse sobre el rosal lleno de espinas, haciendo jirones su ropa y notando como las espinas se le hundían en la piel, con la esperanza de poder olvidar aquel nombre que le hacía tanto daño recordar.

Ni una lágrima a pesar del dolor, que le hacía olvidar el que sentía por dentro por momentos, tendido en aquel oscuro rosal, a la vez que desde su pálida piel caían pequeñas, dulces y rojizas gotas de sangre mezcladas por el sudor por el hervor que su cuerpo desprendía como reacción a las heridas.

Hace poco volvia de un pequeño trabajo el cual me habian dado un pequeño dinero aunque era poco era muy tentador, necesitaba relajarme, olvidarme un poco de aquello, olvidar los rostros de aquellas personas a las cuales habia asesinado en ese momento aunque no tenia ningun rastro de sangre en las manos, ni en ningun lugar ya era tan habilidoso en estas cosas que simplemente no hacia notar nada de ello.

El camino se me hacia un poco largo hacia donde era mi casa, no podia ir con auto o con algun chofer necesitaba ir simplemente a pie para poder hacer mejor las cosas, en el transcurso de vuelta a casa visualise un pequeño jardin, un pequeño bosque, sentia un pequeño aroma de rosas eran parecidas a las de aquel muchacho, era parecido el olor de aquel muchacho que me tuvo hipnotizado por un tiempo atras.

Mientras caminaba pude oir una pequeña voz en aquel apartado decidi acercarme un poco para poder conocer ello que habia escuchado tal vez pudiera ser alguien que necesitaba algo o simplemente habia sido mi imaginacion pero el no ser curioso no era mi fuerte

-A lo lejos pude ver a un pequeño chico recostado sobre los rosales llenos de espinas era de imaginar que aquello le podia estar haciendo daño aunque no entendi el motivo del porque lo hacia, decidi acercarme esperando no interrumpir o simplemente malogrando aquella soledad que quizas desearia tener en ese momento, me coloque en cunclillas cerca del muchacho para no asustarlo - Disculpa te sucede algo?...

Nota como una simple pregunta le arrebata de su mundo alternativo, alzando de forma leve el rostro para deslumbrar a la persona que le había llamado la atención. Por supuesto, ver a alguien tirado encima de un matorral espinoso no es normal, y la intriga llegaba más allá, aunque por unos momentos se pregunto así mismo como le había encontrado, si ese lugar solo lo conocía el… o eso creía.

-No me sucede nada…- Comenta en voz baja mostrando una pequeña mueca de dolor en el rostro- Es solo que he caído por equivocación…-miente de forma algo descarada, tampoco iba a contarle que era una forma de olvidarlo todo, de ir a otro mundo, como si todo eso le drogase. Tampoco podía levantarse, pues cuando iba a apoyarse para levantarse sí se hacía un daño horrible, así que sin más, notando como aquellas gotas de sangre con sudor mezcladas caían goteando al suelo, esperó a que el otro le contestase o hiciese algo, de todas formas no tenía pensado moverse de allí y se le comenzaba a nublar la vista.

Caido por equivocacion... - cruzo esa frase por mi cabeza era demasiado extraño el llegar hasta esta zona y simplemente caerse, pude ver como era lastimado en aquel momento aquel cuerpo fragil -

Me habia preocupado un poco al momento que vi como le goteaba sangre con el sudor de una forma un poco abundante, me agache un poco colocando mi rodilla sobre un espacio libre al costado del muchacho quedando muy pegados, senti como su cuerpo reflejaba una tranquilidad tremenda en aquel momento aunque tambien un dolor muy grande que no lo hacia notar

Lo tome en brazos en aquel momento sin esperar ninguna respuesta o mirada al momento que me vio acercar, tal vez estaba muy cansado ya que no refutaba lo que hacia, tal vez estaba inconciente en esos precisos momentos.

Decidi llevarmelo hasta mi casa para que pudiera descansar, estaba un poco alejada pero nadie se daria cuenta de quien llevo ya que era un poco alejado de las demas casas, aliste un cuarto limpio, le cambie aquellas ropas sucias por un pijama y cure cada herida que tenia, para mi era muy sencillo ya que habia estudiado todo ello para la especializacion de mi trabajo, y lo deje descansar.

Esperando que se recuperara fui a tomar una ducha en el baño de la misma habitacion...

Antes de conseguir notar aquella cercanía con el joven moreno ya había perdido el conocimiento por el dolor y la perdida de conocimiento. No es consciente de todo aquello hasta que despierta en una habitación de un lugar desconocido para el. Se frota los ojos, esperando a que las pupilas se acomoden a la luz del entorno, mientras, nota como se le van desentumeciendo las extremidades notando ese agrio dolor de una herida bien curada. Vendas, el pijama… por supuesto por si mismo no hubiese sido posible eso, ya que no se había dado ni cuenta. Pone un poco más de atención y escucha el agua caer, entonces le viene a la cabeza la imagen de aquel chico en cuclillas ante el, suponiendo que este no hubiese pasado de largo y alguien le hubiese cogido por banda, esta era la casa de este.

Se incorpora entre las sabanas y toma con despreocupación un vaso de agua que había sobre la mesilla de noche, bebiendo un poco para humedecer la garganta y la boca, mientras que espera a que pase algo, pues tampoco encuentra las fuerzas ni los ánimos para levantarse. Pero poco a poco se ve tentado, levantándose con torpeza de la cama y acudiendo a la puerta de donde provenían aquellos ruidos, tocando un par de veces para esperar respuesta.

-¿Hay alguien…? – Pregunta con desdén, mirando el picaporte tan elegante que había en la puerta, como si esperara una respuesta que fuese más extraña de lo normal.- Quería… quería dar las gracias… si es que no puedes salir… -prosigue con suma tranquilidad, sin tener la seguridad de que haya nadie dentro- Ah… no se si lo dije… pero soy Kaito…

Y la respuesta es nada, quizás sería por el ruido que producía la ducha, o quizás porque Kaito no hablaba lo suficientemente fuerte, pero… ¿Y si alguien se ha dejado el grifo de la ducha abierto? No se lo piensa más de dos veces y abre la puerta con brusquedad con una mano, mientras que con la otra se tapaba los ojos ya que cabía la posibilidad de que alguien estuviese dentro.