Cuando uno no es uno... hace cosas que nunca haría [libre]

Haía llegado a un cabaret, y ni él sabía como. Sonrió ladino, moviendó las caderas contorneantemente, de un lado a otro caminando con un paso completamente seductor, como si buscara alguna conquista. Y, verdaderamente lo hacía. Pero, en su sano juicio, en todos sus sentidos, nunca en la vida lo hubiera hecho. Su interior estaba dividido en dos, uno gritaba que eso era una completa locura, y el otro solo sonreía y disfrutaba.

Se veía completamente seguro, caminando entre las luces brillosas y coloridas que iluminaban entre la oscuirdad. Se relamio los labios, y dibujo una sonrisa ladina, parando un poco su trasero, en el momento en que se agarro del caño que había sobre una tarima, y luego de un movimiento estirando sus piernas para relucirlas con los cortos pantalones de cuero, que tenían algunas tiritas largas colgando de los bolsillos. Tiró su largo cabello hacía atras, sacudiendo un poco su cabeza, dejando ver las marcas que adornaban desde la sien, hasta la parte baja de sus ojos, con manchas oscuras como espirales y lineas. Los mismos dibujos se mostraban en sus brazos, y a lo largo de su espalda, por la columna, que estaba casi desnuda, hasta la parte baja, donde un pequeño cinturón iba hacia adelante, y de allí subían dos tirones que se unían en su nuca, tapando apenas una parte de su pecho.

Tiró la cabeza haca atras, exponiendo su cuello blanquesino, y sonrió, comenzando a bailar, siguiendo el ritmo con el movimiento de sus caderas y de su cuerpo, contorneandose y moviendose a un ritmo lento y continuo, natural y seductor. Sus ojos oscuros, se clavaron completamente en un hombre que había allí sentado... no lograba verlo bien, sonrio coqueto, bajandose de la tarima con un saltito que se vió delicado, y luego acercandosele moviendose aun seductor, apoyando sus manos a cada lado del respaldo de la silla, y luego se monto sobre el otro, sentandose en la falda de este, pecho contra pecho, con sus piernas a cada lado de las caderas del otro, dejandolas caer, tocando apenas con la punta de sus pies el piso, cavalgandole -literalmente-.

Entraron al lugar, Mikado había decidido que era necesario, él no era de frecuentar esos lugares, pero un amigo vale cualquier cosa, Quimey se encontraba, deprimido, después de romper con Minami-sensei, penso en algo de diversión y despeje y que mejor que ese, lugar.
Le llamo la atención, la cantidad de silvidos y aplausos, que se escuchaban al pasar por alli, la curiosidad le pudo y jalando a Quimey ha entrar se dieron con el espectaculo:
Un chico, mayor que él o eso parecía, pues las luces no colaboraban demasiado con los ojos, estaba "cabalgando" (y solo de esa forma podía describirlo) a otro sujeto que permanecia sentado, pero eso no le impedia llevar la cara de placer que mantenía; el contacto debe de estar llevandole a las nubes, o eso pensaba.
— ¡Vamos, Quimey! — se apresuro a decir, arrastrando al pequeño, antes de que se arrepintiera.

Estaba sorprendido por el lugar al que lo había llevado mikado, si bien le había dicho que sería algo que le ayudaría a olvidar sus problemas y relajarse... bueno... sinceramente nunca imaginó que lo llevaría a un lugar como aquel!!! No podía borrar el permanente sonrojo en sus mejillas desde el momento en que leyó el nombre del lugar, trataba de mantenerse calmado aunque... no podía estarlo demasiado si de tan solo voltear en la misma dirección de Mikado se encontraba con un hombre que estaba siendo prácticamente cabalgado por un chico... muy sexy... pero... bueno esos ambientes no eran lo suyo.

-q...qué!? no!! o...oye... esto!!

Cada vez se sentía más avergonzado y se preguntaba que estaba haciendo ahí.

Se lo imaginaba, estaba seguro, que Quimey estaba teniendo un: "ataque de verguenza" en ese instante, siendo sincero, el también se encontraba algo "incomodo" con la escena, pero, sin duda que el "chico protagonista" con el cuerpo, que delineaban, la luz y la sombras del lugar, haría olvidar a cualquiera sus problemas.
hizo caso omiso de las palabras entrecortadas del pequeño, para llevarlo hasta una mesa cercana, y es que, un espectaculo como ese, como lo comprueba el sujeto, que en ese momento esta divertido de la vida se ve mejor sentado.
— Espera qui, voy por algo de tomar... —

-q...que? no....

No quería que lo dejara solo pero era demasiado tarde, Mikado había ido con unas bebidas y ahora él se encontraba solo, en aquella mesa, sintiendose incomodo en cuanto algunas miradas se posaban sobre él, seguro por su complexión debían de pensar que un chico como él debía encontrarse bailando en alguna de las tarimas y no sentado esperando ver el espectaculo, trataba de no ver al chico que bailaba... lo ponía demasiado nervioso, pero a final de cuentas sus ojos se desviaban y lo enfocaban sin su permiso.

Sus ojos se levantaron de la mirada del que tenía debajo, parecia una buena idea quedarse con él, pero había tanta gente en ese lugar que no quería perder la oportunidad de pasear por aquella zona. Se levanto de las peirnas de ese hombre, escuchando un guejido por parte de este. Miro a a su alrededor, queriendo saber hacía donde podía ir, y sus ojos se toparon con los de un pequeño. Arqueo una ceja, pensando que debía ser un bailarin, aunque algo confundido por como estaba sentado como si fuera aprte del truco.

Camino hacía el otro de manera sensual, y una vez a su lado, se sento en una silla vaci, se inlcino y le dio una lamidita en la mejilla, aspirando el dulce aroma de su piel. Sonrio contra la mejilla agena y miro al publico solo de reojo antes de volver a clavar su mirada en el pequeño a su lado.

-¿Que haces aqui tan solo? Deberias bailar...-le susurro cerca del oido, antes de aprovechar las circuntancias para morderle la oreja.

Veía como en cámara lenta al chico acercandose a él, estaba nervioso y solo podía pensar "quizá no venga conmigo" aunque en cuanto se sentó a su lado sus mejillas se encendieron como luces de navidad, estremeciendose al sentir aquella lamida en su oreja, las palabras parecían derretirlo, aunque no fuesen nada... románticas o lujuriosas, no era el qué, sino el cómo las decía.

-y....yo... no sé bailar....

Minitió tratando de ver si con eso podría librarse de aquello, sentía más miradas aparte de las del chico a su lado y eso lo ponía muy nervioso.

Recordó, ya en la barra que, eran menores de edad ¡diablos! menores de edad, si alguien lo descubría tendrían problemas, serios problemas.
Pidió dos bebidas al cantinero: un hombre corpulento, con tatuajes que le recorrían el cuerpo y un piercing en la lengua y esto es algo que Mikado no quería saber, pero el conocimiento le llego cuando el sujeto, le saco la lengua de forma lasciva.
Le recordo el pedido con cara de desdén, pero el hombre se seguia mostrando coqueto.
Ya con las bebidas en la mano, que dato extra, parecian tener algo de alcohol... sintio como que le tocaban el trasero, se le erizo la piel, de solo pensar que lo estaban manoseando, bueno ese lugar sin duda estaba lleno de tipos, por demás desagradables y con menter¡s retorcidas (algunos) puso rápidamente la copa con el liquido en la barra para tomar la mano del acosador y hacerle conocer su suerte, le importaba un bledo empezar una pelea en ese lugar.

Sonrio ladino, y nego con la cabeza, de una forma por de más coqueta. Su parte razonable, dentro de él, gritaba que él chico era solo un "niño" (o por lo menos lo era ante sus ojos). Pero... estaba tan dominado por la lujuria que nada le importaba en ese instante.

-Claro que no, todo el mundo sabe bailar-corriguió, tomandole la mano al menor y haciendole levantarse-Y sino, yo te enseño...-se le acerco nuevamente al oido y con una voz sensual y calida le susurro-Ademas, lo que menos te miraran seran los movimientos...-solto una risita divertida, y empezo a caminar hacia la mitad de la pista mirando a su alrededor-¿Estas solito?-pregunto como si nada, al tiempo que le apoyaba una mano en el hombro y comenzaba a valancear las caderas contorneandose contra el cuerpo ageno de una manera bastante erotica, mientras sus ojos paseaban por el publico para ver si ellos ganaban la atencion de la gente, o si debia aumentar un poco más la "dificultad".

(fdr: gomen la tardanza, el cole esta semana me enloquece _ _|||||)

-q..que!? n..no, yo!

Estaba completamente avergonzado, no quería bailar y para colmo, maldito Mikado ni sus luces! sus mejillas ardían de un color rojizo, deseaba huir, esconderse en una esquina y tratar de olvidar todas las miradas que en ese momento se centraban en ambos, el chico se pegaba a su cuerpo de una manera tan sensual... que desgraciadamente para nada le gustaba... quizá en otras circunstancias, quizá prestaría algo deatención a sus movimientos, pero justo en ese momento quería desaparecer.

-n...no debería.. o..oye no te me pegues así... po... por favor....

No tenía ni 5 minutos de haber llegado y ya deseaba irse... ¿cómo le había hecho caso a Mikado?

Listo para quebrarla (la mano), no sin antes mandar señales "incorrectas" al dueño, tanto así que el hombre se concideraba "correspondido" hace un movimiento rápido y brusco de la muñeca hacia abajo, con tal fuerza que se escucha un crujido...por supuesto esto es un decir, por que entre la musica del lugar y las voces festivas de sus habitantes...tendremos que guiarnos por la reaccion del afectado que se expresa con un:
"¡¡GYAHHHHH...MI MANO...!!" chilla el hombre mientras cae de rodillas tomando su parte adolorida, para acultarla entre su pecho...
Es una bendición, que el lugar este oscuro (casi) por lo que nadie presta atención al doliente.
Mikado sonrie de nuevo, esta vez al "cantinero" quien le responde ya no con lacividad, sino con la mirada baja, una persona de "mucho ruido y pocas nueces". Sigue el joven su marcha, a por sus bebidas para regresar a la mesa donde se encuentra Quimey, solo espera no haber tardado demasiado...se acerca lo más rápido que se lo permiten los obstaculos (las personas que o estan bailando o estan transitando por el lugar) y cuando llega (por fin) se encuentra con Quimey siendo intimidado o eso parecía por...el chico que bailaba antes en la pista (?)
A lo cual reacciona tomando del brazo al extraño, para halarlo hacia él, quedando frente a frente y solo limitandose a decir con tono serio:
— ¡¿Que crees que estás haciendo?! — lo mira directo a los ojos.

Mira al pequeño y ladea la cabeza contrariado por el hecho de pór que hacía tanto escandalo cuando solo era un baile. Bueno... un baile algo porno, pero un baile a fin de cuentas nada más ni nada menos que solo eso. Le miro con una sonrisa sin nada de libido, más bien amistosa y solto una ligera risa.

-Solo bailamos no te alteres...-se le aleja solo un paso, antes de abrir los ojos sorprendido, mirando a aquel sujeto que le tenia agarrado, ladeando un poco la cabeza ante esa pregunta que le resulto algo... gritada, y luego sonriendo de medio lado-Solo bailamos, no te alteres... puedes unirte a nosotros-dijo, al tiempo que sonreia, y le abraza el cuello con una de sus manos, dandole un rapido y casto beso en la boca y luego mirar al más pequeño-¿El es tu novio? es taan bonito-le dijo a Mikado, sonriendole a Quimey y abrazado y pegando su cuerpo al de Mikado como si se conocieran desde siempre, sin el menor astivo de verguenza en sus actos.

El beso le llego por sorpresa y en su momento no pudo reaccionar, más, que como espectador, sin hacer nada, pero lo del abrazo, era la gota...
Toma las manos ajenas ahora pegadas a su cintura y las retira de forma rápida.
— Disculpa "extraño" — remarca la palabra con un tono de desdén — parece que no quieres ver el mañana ¿verdad? —
Clava sus orbes en los ojos ajenos, mientras de sus labios emergen palabras:
— no esta bien el que beses a cualquiera — libera una de las manos para luego señalarse —no has pensado que para mi, un beso es algo valioso, que solo doy a alguien que quiero, no es de mi interés regalarlos — se separa terminándole de decir esto último, aún así, no decide en irse del lugar, siente que algo está a punto de suceder...

Todo parecía pasar muy rápido y vió como el chico cambiaba de "víctima· por un lado agradecía ya no ser él al que estaba pegado, pero tampoco es que se sintiese mucho mejor de ver como acosaba a Mikado, aunque el comentario acerca de si eran novios, lo había dejado algo avergonzado, no sabía que contestar... es decir, era obvio que no lo eran, pero.... ¿en verdad parecían serlo?

Aunque lo mejor sería reaccionar y ya no estar divagando, finalmente tomó la mano de Mikado y lo jaló levemente.

-va...vamonos, por favor...

Él, por su parte ya no quería seguir ahí.

Escucha las palabras de Quimey, realmente se notaba que el pequeño no quería seguir en ese lugar, y entendía el porque a pesar de que no había visto mucho...Pero si "el chico acosador" (Lucifer) había hecho eso con él, pues no se quería ni imaginar, que habría echo con Quimey, sin embargo...siente que algo esta fuera de lugar por lo que toma una decisión después de pensarlo un momento, claro si es que puedes pensar entre la bulla del lugar y las luces multicolor que aparecen y desaparecen.
— Esta bien... — se pausa, para dirigir su mirada al bailarín, — Pero, él viene con nosotros. (refiriéndose a Lucifer) —

Sonrie ante la respuesta del otro, y ladea solo un poco la cabeza, soltando una risita, antes de hacer un pequeño puchero. Acomodo con un rapido movimiento de su rostro, su cabello hacía atras, y luego sonrio mirandole entretenido.
-¿Y que debo hacer para mereser tus besos, bombon?-pregunto curioso, antes de mirarlos algo desorientado, sin saber que decir. Se sobre salto al ser jalado por el mayor y fruncio ligeramente el seño, antes de soltar una risita-Si quieres que vaya contigo... solo dilo que lo hare-seinclina y le besa la mejilla antes de comenzar a caminar sin el menor problema, rumbo a la salida.

Estaba igualmente algo perdido en la "charla" se suponía que estaría huyendo de Lucifer, sin embargo Mikado deseaba llevarlo con ellos y el otro tan campante aceptaba! era algo extraño y aun así asintió suavemente, aceptando de esa manera que el joven fuera con ellos.

-no entiendo que haces mikado....

susurró para si mismo, antes de caminar hacía la salida, solo quería salir del lugar y en definitiva, jamás volver a un burdel.

— ¿Para merecer mis labios? — se sorprende de la pregunta.
Realmente no entendía la forma de pensar del mayor.
— Te lo digo afuera — contestó mientras miraba hacia la salida, en un movimiento rápido toma la mano del mayor para junto con Quimey salir del lugar...pero hay algo extraño, entre tanta oscuridad Mikado se ha equivocado y no es la mano precisamente lo que ha tomado...

Solo solto una risa, mientras miraba al más chico viendo lo apurado que lucía en querer salir de allí, sintio un movimiento e inmediatamente su rostro se giro, antes de sentir un agarre en... su entrepierna. Al instante una sonrisa ladina se dibujo en sus labios, y se relamió, girandose y pegandose al cuerpo ageno, apoyando su nariz en la mejilla del otro, y acariciandolo suavemente con esta.

-No creo que tu quieras salir, tus actos te traicionan...-susurro, antes de sonreir contra la piel agena y besarle la mejilla, enredo su mano en el cuello ageno acercandole más contra él, y busco la otra mano del mayor, tomandola y guiandola hacia su cintura para que se sujetara de esta-Si vamos a un cuarto... podemos pasarla bien-sonrió bajando su mano del cuello del otro acariciandole el largo de la espalda, deslizando la yema de sus dedos por sobre la ropa anhelando la piel desnuda.

Se da cuenta de su error tarde.
Es mimado, guiado y siente como las manos ajenas le acarician la espalda.
En medio una propuesta:
—¡¿Ir a un cuarto?! —
— ¡¿Podemos pasarla bien...?! — levanta el tono un poco.
— ¡¡Espera...!! ¡¡lo estás malinterpretando todo, yo no tenía intencion de agarrate el....!! —

Solo observo bastante divertido las reacciones del otro, soltando una ligera risa de entretenimiento, y aun abrazandole por el cuello para no permitirle apartarse.
-Vamos... fue tu inconciente, en el fondo deseas esto...-susurro, mirandole con sus ojos con ese ligero tono felino. Le solto con una mano el cuello, y sujetandosela la guio lentamente hacia su trasero, haciendo que tocara la redondes por encima de la ropa,antes de inclinarse hacia a él para besarle la comisura de los labios.

— ¿No crees que vas muy rápido? — inquiere.
— Y que son todas esas acciones...lo siento pero...— una sonrisa se dibuja en su rostro por lo que va a decir.
— Esa tentativa no funciona conmigo...no soy como los sujetos desagradables que te encuentras en este lugar — ahora es él, el que toma la mano del mayor, para sonreirle seguido.
— Salgamos de este lugar...sexy extraño — toma con su otra mano a Quimey para salir los tres de allí.
— Ya te lo dije, escuchare lo que tengas que decirme..afuera —

Suspira y hace un ligero puchero, desilucionado por no poder haber ligado como tanto se le antojaba. Se deja tomar y guiar, mirandole entre desanimado y aburrido.
-Pero yo no tengo nada que decir...-susurra antes de alborotar su cabello hacía atras, mirando de reojo a los galanes del bar, suspirando ya que no podría ligar como tanto le interesaba.
Mira de reojo a los otros dos pero sin embargo se deja arrastrar manteniendo la esperanza de seducir al otro sujeto y poder calmar su libido sexual.

— No te sientas triste extraño... — dice mientras lleva al mayor de la mano, fuera del lugar.
— Estoy seguro, que hay algo mas divertido que ligar...y eso es — sonrie dulcemente, para pronunciar la palabra — enamorarte —
Sigue camindo, habriendose paso entre la multitud, llevando a Quimey de la otra mano y sujetandolo con fuerza.

Se queda mirando al mayor, y ladea la cabeza, antes de un tiron separarlo del mas chico y pegarlo nuevamente contra una pared, justo contra una de las paredes de a fuera del local.

-Esa... ¿es una insinuacion?-pregunta con una pequeña sonrisa en sus labios, relamiendose, antes de acercarse, y apoyar esta vez con mas delicadeza y menos libido sus labios contra los agenos, dandole un beso lento.

Las palabras del extraño le sorprenden pero mas su acción...era la segunda vez que lo besaba en esa noche, lo mas extraño es que a pesar de su entrenamiento en artes como el karate y kendo, no lograba predecir los movimientos del otro chico.
Se separa del cuerpo del mayor por instinto, sin corresponder a los labios ajenos, esos que a declarado "enemigos suyos"
— Te dije que, no soy de regalar besos y menos a los desconocidos, si quieres algo conmigo, se más claro y no confundas mis palabras, no es una insinuación, solo digo que vas a encontrar a alguien a quien amar — suspira.