Un inicio singular

Invitado

Primer dia de escuela y ya estaba fastidiado, huir de wammy's había sido el primer paso para demostrarles a todos que era el mejor, pero venir a esconderse en una escuela privada de la policia y de la mafia había significado retroceder en el camino hacia su meta. No solo eso, había maltrtado su orgullo. Y ahí, parado en el pasillo principal de aquella institucion, con solo una mochila de viaje a su espalda trataba de hacerse a la idea de que su vida estaba por sufrir un nuevo cambio...

-Escuela de mierda- maldijo entre dientes tratando de dirijir su ira contra algo que no fuese él mismo, porque la culpa jamas sería suya... eso era obvio.

Invitado

No quería quedar como algún patético ser sin vida que disfruta siguiendo a los demás, pero le habían dado el pitazo de que cierta persona estaba cerca. Viéndolo bien, no sabía porque razón había tomado aquella información como verdadera. La escuela, privada y para niños bien no pintaba para nada el estilo de Mello.

- Pensándolo bien…--dijo, un cigarrillo estaba entre sus labios.

Se encogió de hombros y atravesó la puerta principal. Primer día era primer día; si encontraba información que lo llevara con aquel ser humano que buscaba, bien. Mientras caminaba, le pareció extraño que no hubiese ningún guardia o algo similar, pero descartó el pensamiento de inmediato.

La escuela se escuchaba silenciosa. Probablemente todo el alumnado se encontraba tomando clases. Entonces, cuando dio vuelta en un pasillo, se detuvo su marcha abruptamente.

“Pero si le llaman suerte…” pensó dividido entre la diversión y el shock. Sin olvidar el sentimiento agradable.

Dio una calada al cigarro y se acercó con pasos lentos. Ya fuera por el humo del tabaco o el sonido de sus pasos, Mello le notaría de inmediato.

“Por fin te encontré…”

Invitado

Había vagado un poco por el edificio principal en busca de alguna señal que le indicara el camino a los dormitorios, los tramites de inscripcion los había realizado por internet así que no veía razon alguna por la que debiese presentarse con la administración del lugar.

Se paró en un cruce de pasillos tratando de decidir que rumbo tomar, había olvidado la hoja impresa con el croquis del instituto y su casi nula paciencia no tardaría en extingirse.

-Puto croquis- renego con fastidio sacando una barra de chocolate de su chaleco más por necesidad que por costumbre, mordio una esquina de la barra sintiendose mejor con aquel sabor inundando su boca, quiza ahora buscar los dormitorios sería menos tedioso.

Su caminar estaba por comenzar cuando escucho detras de él unos pasos lentos casi perezosos seguidos de un olor penetrante a tabaco...

"Si no fuese por que estoy al otro lado del mundo diria que se trata del imbecil de..." Interrumpio rapidamente el hilo de sus pensamientos dandose cuenta de que tratandose de él aquella posibilidad casi remota podría ser real

Se giró rapidamente solo para toparse con un rostro conocido, un rostro no esperado.

-Que diablos!... que mierda haces TU aqui?!- exclamo Mello con el ceño fruncido sin dejar de ver al pelirojo.

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Su rostro, mucho más afilado y con toque maduro, había cambiado. Mas no así su carácter. Aquella reacción le dejaba ver que se trataba del mismo impulsivo y hostil joven que disfrutaba ordenándole a los demás.

“… Sobre todo a mí” pensó con una sonrisa naciendo en sus labios. La suerte, el cosmos, el ki o como fuera que se llamara estaban de su lado.

- Ha pasado mucho tiempo, Mello—dijo con voz queda, remarcando su nombre, gustoso—Y cualquiera diría que no te alegra verme

Reanudó su camino hasta quedar a pocos pasos del rubio. Lo miró de pies a cabeza, con el cigarrillo colgando entre sus labios; aspiró un poco y lo paso a sus manos.

- Eso es muy cruel de tu parte.

Invitado

Su gesto enojado no cambio al morder la tableta una vez más de forma enérgica a pesar de que su curiosidad iba en ascenso al ver de nuevo a su antiguo compañero de dormitorio. Miles de preguntas llegaron a su cabeza, desde que era lo que había ocurrido con aquel pelirrojo desde su abrupta separación en Wammy's hasta el motivo de su presencia en aquel inesperado lugar. Sin embargo ya abría tiempo para interrogatorios, por ahora era importante decirle cuanto le extrañaba...

-Maldicion...te eh dicho que no fuemes en lugares cerrados- apunto con fastidio en la voz ignorando sus inutiles reclamos sentimentalistas- Apestas..

Ladeo un poco la cabeza observandolo con más detalle, realmente no había cambiado mucho, su cabello rojo siempre alborotado, esos goggles que lo hacian ver más extraño de lo normal y sus inseparables colegas: el tabaco y la consola portatil... alzó las cejas un poco al no ubicar al inseparable videojuego de Matt, eso si era nuevo.

Invitado

Su mirada encubierta se posó sobre el cilindro de tabaco que estaba a medio consumir. Desde que había comenzado a fumar, Mello se había quejado de lo mismo. Sabía que lo detestaba, pero Mello debía saber que le gustaba fastidiarlo.

- Ha pasado mucho tiempo, Mello—repitió, soltando una voluta de humo de forma deliberada cerca del rostro del otro—No puedo recordarlo todo…

Levantó una ceja ante el análisis del que fue presa. A Matt le era imposible negar que definitivamente había extrañado aquello.

- ¿Qué pasa?—inquirió, inclinándose hacia delante, invadiendo ligeramente el espacio personal de Mello—¿De pronto te diste cuenta de que te gusto?

Invitado

-No seas estupido Matt- le contesto irritado terminando su barra y desechando la envoltura sin cuidado en el pasillo.

Era verdad que hacía mucho que no se veían, pero Mello no sentía que ubiesen cambiado mucho, ni en caracter ni en su forma de llevarse, lo que le suponía un alivo. A pesar de que no lo aceptaba, Matt era una de las pocas personas con las que de verdad se sentia a gusto y encontrarlo en aquel lugar le agradaba de cierta forma. Ahora al menos no tendría que hacer audiciones para conseguir un esclavo.

-Aún no me dices que estas haciendo en este lugar..- pregunto exigente el rubio, despues de un momento fruncio el ceño nuevamente y agrego-...me estas siguiendo?

Todabía recordaba su último día juntos, aquel en el que Mello gritaba que se largaba de Wammy's y despues de escuchar a Matt decir que le seguiria, este último tambien había sido victima de sus gritos. Aquel día en el que había jurado demostrarles a todos que el sería el numero uno había sido tambien el día en el que se prometio lograrlo solo.

Invitado

- No hace falta responderlo, ¿o sí?—dijo, mirando con interés aquella cicatriz que surcaba parte del rostro de Mello—Ni tampoco fingir que no es cierto…

Dio una última calada al cigarro antes de tirar la colilla en algún lugar de ese pasillo. Mello siempre había representado para él la única persona digna de respeto o de lealtad. Ni siquiera el famoso detective o su casi famoso sucesor. Por eso, ser tratado con esa autoridad, como si se tratase de un insignificante animal, no le importaba en lo más mínimo. Después de todo, Mello siempre sería Mello y si él tenía razón, él tenía razón, aunque no la tuviera. Orgulloso, acomplejado y egoísta. Mejor, imposible.

- ¿Y qué haces tú aquí?—las formalidades iban primero, ¿no?. Observó interesado el equipaje que Mello cargaba, preguntándose cuanto tardaría en ordenarle que él la llevara—Te imaginaba siguiéndole la pista a River… y no en una simple escuela como esta…

Invitado

Se sintio observado pero realmente no le importo, desde aquel acciodente dentro de la mafia su cicatiz siempre le hacia llamar la atencion, era simple costumbre la que le ayudaba a no gritarle a cada persona que se le quedaba mirando.

River..?

Fastidio, enojo, impotencia, rabia... no podía definir cual sentimiento era más fuete en aquel instante.

-Que te hace pensar que te tengo a dar explicaciones estupido!!!, no eres nadie, NADIE para cuestionar lo que hago!!, no eres mejor que yo Matt, NO lo eres!!!!- Grito lleno de colera. Sabía que tenía que controlarse pero nunca había sido bueno con eso.

Apreto los puños con rabia, en un intento absurdo por calmarse y se giro para empezar a caminar de forma rapida dejando al pelirojo atras.

No necesitaba que nadie le recordara que había fracasado en su intento de superar a Near, que las cosas le habían salido bastante mal al grado de tener que huir y esconderse en una escuela alejada de la sociedad.

-Maldito hijo de puta, como se atreve a... es un imbecil perro sarnoso..- maldecia totalmente enojado con la persona equivocada. Horas, había pasado horas maldiciendo a Near por su fracaso, no sería extraño que ahora pasara muchas más maldiciendo a Matt por recordarselo.

Invitado

Con una ceja alzada, observó el desplante del rubio. Mello siempre había sido huraño y Matt pensaba que si no moría a manos de un enemigo, lo haría por las rabietas que nunca faltaban en sus días. No obstante, conociéndolo, habría esperado recibir un golpe, más no que diese media vuelta y despotricara contra el mundo.

Los labios de Matt se curvaron en una sonrisa. Sabía que mencionar al enano de Near era tocar una fibra sensible, pero verlo en aquel estado era tremendamente divertido. Alargó el brazo y dio un par de pasos, dándole alcance a Mello; rodeo su cuello con el brazo y lo haló hacia atrás.

- ¿De verdad le permitiste la victoria a la oveja?—preguntó en voz baja, maldiciendo mentalmente la presencia de aquella mochila—Si es así… entonces no eres como te recuerdo…

Invitado

Presión, estaba siendo presionado por la basura de Matt y eso le encabronaba más que nada en el mundo, su autocontrol nunca llegaría tan lejos.

Con movimientos rapidos se deshizo de su mochila y con un golpe en el estomago empujo al pelirojo contra una pared haciendo que tropesara y callera al suelo, despues se inclino un poco para levantar la cara del chico con el cañon de su arma 9 mm ahora expuesta de forma amenazante.

-Escuchame bien perro inutil ,jamás perdere contra ese albino de mierda, JAMAS así que cierra tu puto hocico de una buena vez antes de que te lo llene de plomo..- sentencio mientras de la boca de Matt empezaba a brotar un hilo de sangre, producto del golpe recibido.

Invitado

A pesar de todo, decir que aquel ataque no lo había tomado por sorpresa, sería mentir. Sentía sus pulmones exigirle oxígeno nuevo y su muñeca punzaba donde había soportado su caída y, sin embargo, sonreía.

Ese era el Mello que recordaba; prepotente y, en ocasiones, hasta ridículo, pero a ojos de Matt, esos defectos, lo hacían mucho más interesante que el mismo L.

Alzó la barbilla y presionó el arma de Mello contra su cuello; en sus ojos brillaba el reto.

- Puedes decir lo que quieras, pero sé que no lo harás—dijo con confianza—¿Dónde encontrarás un perro tan fiel…?

Invitado

Odiaba el extremo masoquismo de Matt, ¿por que no podía simplemente llorar y arrepentirse como el perro que era? pero odiaba aún más el hecho que le dijera lo que podía y no podía hacer. Se fastidio tan solo de pensar en ello. El pelirojo parecía más irritante de lo usual.

Pero tenía razón, no iba a dispararle. No a él..

-Tienes razón, no voy a disparate - sonrio antes de golpearle de lleno en el rostro haciendo que más sangre escapara de su boca pero esta vez de forma abundante. Se enderezo sin dejar de verle con una sonrisa arrogante ¿quien dijo que no podía controlarse?-No me fastidies Matt, sabes que te puede ir peor...

Observo su mochila de viaje tirada a un par de metros y bufo con fastidio empezando a caminar en sentido contrario por el pasillo.

-No oldides mi equipaje - dijo a modo de orden sin voltear.

Invitado

Se quedó observando la blanca pared, donde gotas rojizas de aquel ferroso líquido resbalaban. Limpió su herida con el dorso de su brazo, manchando su ropa. Eso dolería mucho más dentro de un par de horas.

Volteó el rostro, mirando la figura de Mello alejarse e, incapaz de controlar su mirada, recorrió de manera apreciativa el cuerpo del otro. Por cada defecto, Mello lo cubría con una gran virtud.

- Sabes que tus amenazas no me van a detener—dijo, alzando la voz para que fuese audible para el rubio—Nunca lo hicieron…

Matt se puso de pie, sacudiendo el posible polvo de sus ropas e hizo una mueca. Nunca le había gustado el sabor de la sangre y mucho menos la suya. Caminó hacia donde estaba el equipaje de Mello, levantándolo con facilidad. Quien creyese que él era una persona sumisa y dócil, se equivocaba; aquella lealtad era exclusiva de Mello y nadie más.

Invitado

Continúa aquí!! ._.

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