Por el sendero que lleva al nuevo instituto

El auto se detiene, por fin.
Sigo sin sentir mi parte trasera, culpa de 1 hora y media pegado al asiento.
El chofer, ese hombre con hilos de plata por cabello y surcos en su piel, me pide que baje del vehiculo.
Abre la puerta del coche para luego inclinarse ante mi, que molesta, es molesta su actitud.
Salgo del vehiculo y observo el lugar que sera mi nuevo hogar.
Una cantidad de abedules y pinos, puestos en ilera, demarcan un camino que lleva hasta una gigantesca mansión, estilo victoriano, trato de divisar lo más que puedo, y digo lo más que puedo por que soy interrumpido por el anciano chofer
— ¡Por favor joven amo, tenga cuidado! —
Guardo silencio a sus palabras, tomo mi equipaje y sigo el camino para llegar a la casa que se encuentra al final, en mi mente automaticamente se tallan unas palabras mientras en mi rostro se dibuja una sonrisa:
"Si este es algun truco o una prueba de el viejo que tengo por padre, voy a fallarla olimpicamente"

Detuve mi BMW a la entrada de la institución, mire sus alrededores, su infraestructura, todo... Todo me recordaba las viejas casa de mi infancia, fastidioso. En la puerta otro vehículo y un chico con pose de 'soy revbelde' ante un anciano sirviente. Abro la puerta y bajo silente, dando un intecional golpe seco al cerrar. Adelanto hasta donde se encontraban despidiendose, me detengo mirandolo con burla escrita en mi rostro.

-Buenos Días señor...-Salude al anciano al pasar ignorando al muchachito por un segundo- Deberías responderle... se cortés con el anciano-le regañe siguiendo mi camino hacia el edificio.

— ¡Alguien cortes, no se mete en conversaciones ajenas! — le conteste, al extraño hombre, las personas como él me molestan, pero me molesta aún más que vayamos por el mismo camino.
Tomo mi equipaje y me dirijo al edificio, el trayecto es largo y para mí desgracia, la compañia no es la mejor.

Me gire sobre mis talones ondeando el largo de mí abrigo-Una persona educada no permite tal grado de arrogancia frente a un anciano...-volví a mí camino viendo de soslayo que el muchachito tomaba el mismo camino que yo, atrasé un momento mi andar hasta que quiera o no él, nuestros pasos se daban uno junto al otro- Te harás viejo antes de tiempo con esa cara de limón... -comente sonriendo divertido- Doctor Andreas Vander... -me presente extendiendo una mano.

Se presento no sin antes decirme "- Te harás viejo antes de tiempo con esa cara de limón... -"
Le estreche la mano para contestarle:
— ¿Habla por experiencia propia? — le sonrei, aún continuaba sosteniendo su mano — Mikado Dubois, pero usted puede llamarme...— baje el tono de voz convirtiendolo en uno dulce y provocativo — Mikado Dubois — reí.

La risa fluída vino sin que yo la detuviera, con sutileza aprete su mano-Exactamente...No querras tener estas horribles arrugas...-hable con ironía mostrandole la lisa superficie de mi rostro, tan tersa y suave a la vista, con una sonrisa adecuada- Un verdadero gusto conocerle Joven Dupois, usted llamemé Doctor Vander...-lentamente solte su mano para continuar el camino.

Se acerco para mostrarme sus "arrugas inexistentes" eso es presunción, maldición por que tiene una piel así...
Poco después, solto, si solto algo aún mas interesante:
Se atrevio a llamarme "Dupois"
Lo hizo a proposito, llamarme "Dupois" lo acepto me ha hecho gracia, nunca antes alguien se había equivocado con mi apellido.
— Y el Doctor Vander, aparte de bien parecido, con ojos dorados, piel perfecta y sordo ¿Qué es?¿Profesor del instituto o va ha encargarse de la enfermeria? —

Dandole la espalda era más fácil ocultar la sonrisa, sí bien reconosco para mi que sí había escuchado mal, sólo al pronunciarlo me percate, con mí mano derecha cubrí mi boca- No soy el único de ojos dorados...pero sí el más guapo-hizo aparición su ego- Para su desgracia Mozo Dubois seré profesor del Bachillerato, a menos que a los niños pqueños les pasen Microbiologia-conteste ladeando mí cabeza, dejando caer un par de milimetros mi sobrero sobre los ojos.

Primero "Dupois" y ahora "Mozo"
Hombre...cada vez me parece más divertido.
Claro, antes ha dicho que "no es el único con ojos dorados, pero si el más guapo"
Una frase se me ha venido a la cabeza: Complejo de Narciso
Y si le sumo que después me ha tratado de niño, ya me he imaginado con cuantos amigos cuenta, algo me dice que no supera el número de dedos de mi mano derecha y estoy siendo generoso.
— Sensei, se equivoca — le digo con seriedad en mi tono.
— Se es niño hasta los 10 años, yo soy adolescente — me ha picado la curiosidad
— ¿Quiere que se lo compruebe? —

Me había cansado de esperar su respuesta así que reanude mi camino hacia el edificio con paso más ligero- La infancia se deja genéticamente a los nueve años niño...-comente con voz ligeramente alta para ser escuchado- pero para mí todos ustedes son unos niños malcriados en los que gastaré parte de mi tiempo-me encogí de hombros, del bolsillo derecho de mi abrigo saqué una cajetilla y un cigarro que no demoré en llevarlo a mi boca, y encenderlo- Está bien... demuestramé que no eres un niño ...-me gire y extendí mí mano hacia él- Dame tu terjeta de identificación...

Me pide mi identificación.
— Sólo con eso le basta... — exclamo, mientras busco en mi billetera.
Mis manos, comienzan a escudriñar en mi pantalón, sin encontrar rastro alguno de aquello que busco.
— ¡¡No esta...!! — me detengo, para reaccionar.
— ¡Que mal sensei, parece que tendre que buscar otra forma de probarselo! —

Espero pacientemente a que en vano busque su identificación, sonrío ante su pequeño inconveniente-Con eso me basta por el momento...-sonríe con frialdad- Pero a vista que no tienes ni siquiera eso pues... -da un par de pasos hacía el muchacho- Seguiras siendo un niño, un pequeño mozo de jardín infantil a mis ojos... mimado y sin respeto por los ancianos-toco con la punta de mis dedos su mejilla- Mal imagen tienes frente a uno de tus profesores ¿No lo crees Dubois?-me divierte ver cada reacción del joven, es un chico curioso.

— ¡¿Mal imagen dice?! — inquiero.
— ¡No es mi culpa que los dichosos papeles no estén conmigo, y es muy extraño por que, siempre...!— mi cruzada se mantiene, por algún motivo, considero indispensable que certifique el que no soy un infante, se me ocurre una idea.
— ¡Espere un momento...! — dejo mis maletas en tierra firme, sacudo mi cuerpo y lentamente comienzo a desabrochar, uno a uno los botones que engalanan mi chaqueta...
— ¡Creo que puedo probárselo...!— le aseguro, mientras sigo con mi camisa

Lo mire, había hablado de forma incorrecta- I'm sorry Dubois... aún se me dificulta el Japonés...la frase era Mala imagen-odio equivocarme, pero no soy de los que no reconocen sus errores- Pero sí es tu culpa que no estén, debes ser más responsable... Veamos ¿Qué me mostraras a cambio?-lo observo atento a cada movimientos, este encuentro casual se estaba poniendo interesante- Cuidado como demuestras tu "adultez" niño... que soy humano y puedo mal interpretar las cosas-bromeó cruzandome de brazos ante él.

No puedo evitar mirarlo con rostro de duda, después de escucharlo decir aquello.
— ¡¿De que habla?!— me giro para seguir con mi odisea, los pantalones me están dando trabajo.
— Ambos somos hombres, no hay nada que malinterpretar, aunque confieso, que lo que, estoy haciendo podría verse como un acto desvergonzado, mis intenciones son sanas... — me detengo por que, una idea se me pasa por la cabeza.
Dirijo de nuevo la mirada al hombre que permanece con los brazos cruzados, mis labios se mueven y mis cuerdas vocales se entonan.
— jajaja…no me diga que ha usted ¡¿le gustan los hombres?! — lanzo la pregunta, como broma, a la par que una sonrisa se dibuja en mi rostro, todo esto sucede, mientras termino de quitarme los pantalones.

Resopló aburrido, se estaba demorando demasiado y mi atención no suelo gastarla mucho tiempo en la misma cosa, incluso estuve a punto de bajarle yo mismo los pantalones con tal de seguir con mí día- Yo no mal interpreto muchacho, pero ellos sí-apunte a un grupo de estudiantes que miraban desde la entrada la particular escena, entre risas estúpidas, volví a resoplar cuando escuche su pregunta- Sí, los hombres... las mujeres cuando son buenos en la cama no improta que sexo tengan -respondí directamente, si me encontraba un pervertido o un desvergonzado no es algo queme importe, total... si debe ser así quiera o no le daré clases- ¿Te tomará mucho más tiempo? tengo mejores cosas que hacer que verte desnudarte en mitad de la entrada...- le hice saber con apatía.

Me encojo de hombros, no iba a ponerme a discutir con un estudiante a mitad del campus, gire sobre mis talones ya no sabía por que vez y emprendía camino- que no recuerdes es mejor... así no gastas mi nombre-respondó adelantodolo- que lento...-comento como burla, con una mano saludo a un par de chicos que tomaban mi clase, de ese tipo de alumnos que sabes son unos genios pero están todo el día pegados a tus talones y terminas por espantarlos.

Me detengo, viendo como se adelanta.
Y es que, no concidero correcto que caminemos "cerca", después de todo, es un maestro, y el que este caminando con alguien en "mis condiciones", puede causarle algún problema. Acepto que, no me agrada, pero, no tengo interes alguno de convertir su nombre en eco de algun pasillo (rumores)
Y como él dice, se puede gastar (su nombre) y no queremos eso ¿verdad?
Amplio mi perspectiva, ya no para mirarlo alejarse, sino para enfocarme en el edificio que se encuentra mucho más adelante, rodeado de pinos; mientras lo miro, no evito pensar en "esa mujer" y sus "adelantos" para conmigo, por que estoy seguro, que va ha tratar de acercarse y lo estoy esperando con ansias.

Un alumno se acerca impidiendome seguir avanzando, no se decide a hablar asi que aprovecho de sacar un cigarrillo y encenderlo- ¿Me dirás que quieres o me harás perder más el tiempo?-le espeto con poca paciencia, hace una semana había tenido problemas para sacarlo de mí laboratorio.

-Sensei...¿Aún me tiene prohibido entrar a su clase?-me pregunto con la mirada baja, me daba la impresion de que gastaría mis zapatos, disfrute un poco más del tabaco, sin responderle. Mirando de soslayo como el otro chico se había quedado atrás, me pregunte la razón, pero el olor a limón que desprendia el mocoso frente a mi me molestaba y ni el cogarro lo había opacado.

-No... ya te reprobé-le sentencie sin compasión- Oliendo a alcohol no puedes entrar... podrías haber matado a alguien pequeño estúpido con la nula motricidad que muestra el ser humano al estar contaminado-tire al piso mi cigarrillo y lo pisé. El chico comenzó a temblar, se mordía el labio inferior.

-pero es que usted no entiende sensei... ¡¡no puedo reprobar!!-me grito, perdiendo el control, se me fue encima tratando de tomarme de la ropa o algoasí, di un paso al lado y cayó al suelo.

-no mejoraras tu situación de ese modo idiota...-debía mantenerla calma, mire al chico de antes y sonreí- Te encontraras con tipos...-de nuevo contra mí tenia al crío tome su muñeca cuando iba a darme un golpe a la cara y se la torci hacia atrás- ¿Me ayudas nuevo?...-le pedí, las peleas no eran algo que me gustasen, menos contra niños.

¡¡Aaah...!! esa maravillosa voz dirigida a mí, requiriendo mi ayuda...¿Cómo resistirse? es imposible.
Me acerco a la escena, solo para poner en su lugar al tipejo ese...
— ¡No soy de encargarme de "basura ajena"...! — Esperen, sí puedo resistirme.
Paso de largo, dejando atrás a los dos individuos, entono mi voz de nuevo mientras camino:
— ¡Además, tengo una clase, a la cual asistir...! —
Saco del bolsillo de mi pantalón, una hoja doblada a la mitad, que contiene el programa de clases:
— Veamos, mi siguiente clase es...¿Un taller? — mi ojos se vuelven lineas, sigo leyendo en voz alta, mientras camino — "introducción a la microbiolagia" con el profesor Andreas Vander —me detengo, mi mente queda en blanco. — que nombre tan raro ha de ser un anciano — me limito a decir, mientras continuo con la lectura — Medico cirujano, magister en cirujia cardiovascular...bla, bla, bla, asignatura: Microbiologia Asepsia y Antisepsia y más bla, bla, bla... — me detengo, de nuevo, para pensar: bueno...no dormi bien, en ese endemoniado viaje, la clase se escucha del tipo "somnolienta" por supuesto que asistire...sonrio.