Escapada -privado-

Primero que había pensado en llevarlo a casa, y a su parecer era un buen plan, sin embargo en cuanto pensó que su tía estaría cerca y... bueno... definitivamente mucha gente escucharía sus gritos, así que lo mejor sería cambiar de rumbo, le sonrió un poco y le guió a una parte lejana de su casa, en realidad, lejana a la mayoría de las casas, era un vagón de tren abandonado, nadie iba por ese lugar, sin embargo ahí era a donde iba en ocasiones cuando quería estar solo, no se encontraba en perfectas condiciones, pero era lo suficientemente confortable y privado, ya que se encontraba oculto por distintos arboles y arbustos.

-aquí podremos estar solos

Le aseguró a la vez que le mostraba el camino hacia aquel vagón abandonado.

En primer instante había pesando en que su tía se daría cuenta de la ausencia de su pequeño y queridísimo sobrino así que ya también pensaba en alguna alternativa cuando de pronto se vislumbró ante sus ojos un vagón, un vagón abandonado para ser exactos.

Asintió a sus palabras y ya cuando se hubiesen encontrado cerca de la entrada lo jaló hacia su cuerpo y de nueva cuenta lo abrazó fuertemente y casi cubrió todo su pequeño cuerpo con sus manos.

Le susurró al oido antes de besarlo en éste: -No te apartes de mí, Miharu.

Le sorprendió la rápidez con la que le había tomado entre sus brazos nuevamente, pero... no le molestaba en lo más mínimo, al contrario se abrazó igualmente al mayor, cerrando los ojos y pegando su cuerpo lo más posible.

-no me dejes ir... mantenme a tu lado...

Susurró igualmente, siempre se había considerado un chico rudo, alguien a quien rara vez le afectaban las cosas, sin embargo récien había descubierto que no era así, que realmente le afectaba (y demasiado) lo que hiciera Shin.

-Shin.... aún te amo...

Esas palabras. Quería decirle un "eso ya lo sabía" pero sería quitar ese ambiente que tenían. Y aunque siempre lo hacía por el simple hecho de ver una mueca de enojo en la cara de aquella persona que tanto quería no estaba bien, ésta ocasión era diferente.

-Yo también te amo. -le dijo de igual forma. Y era verdad, no podía mentirle aunque quisiera... y además ¿de qué serviría?

Besó su frente con cierta ternura. Se separó de él pero sólo para poder jalarlo dentro del vagón. No estaba realmente sucio, sino más bien abandonado, no había menor problema si los dos se quedaban allí ¿no? .Se dejó caer en uno de los asientos laterales y un poco de polvo salió de ellos. Le dió un tirón a su mano e hizo que se sentara entre el hueco que sus piernas habían hecho. Miru se encontraba de espaldas, y le encantaba la idea de tenerlo justo así.

El solo escuchar las palabras le hizo sonreír y sentirse en las nubes en especial cuando se vió envuelto una vez más entre sus brazos, recargo su espalda en el pecho del mayor y cerró los ojos disfrutando de aquel momento, en ese instante no le interesaba si se trataba de un viejo vagón abandonado o de la más lujosa suite de un hotel de 5 estrellas.

-aquí nadie puede escucharme gritar....

Comentó con un poco de picardía e igualmente con una sonrisa semi coqueta, volteando a verlo de reojo.

-Bien dicho. -soltó una risilla, estaba totalmente de acuerdo con eso.

Su mente le decía que casi era como si un cazador tuviera a su presa entre sus manos... era infinitamente sorprendente aquella sensación de dominio en un hombre.

-¿Qué hiciste cuando....? Ya sabes..-preguntó divertido, sólo quería hacerlo hablar mientras él se ocupaba de besarlo en el lóbulo de su oreja y luego en la base del cuello. Lo apretujaba contra su cuerpo para que -por si acaso- no saliera corriendo.

-mnnhh.. cuando que?...

No entendió la pregunta del todo y mucho menos ahora que los besos habían comenzado a repartirse por su cuello y oreja, no podía más que suspirar como respuesta incoherente a la pregunta antes formulada, en ese momento no pensaba siquiera en poner su mente en orden, tan solo deseaba seguir sintiendo aquellos besos.

Al parecer sus palabras no habían sido suficientes. Claro que no había terminado la frase "cuando rompiste conmigo" o "cuando nos separamos". Tan sólo quería saber si había estado bien.. qué había hecho. Estaba preocupado y además era bastante celoso.

-Cuando... no estuve a tu lado. -dijo, no quería sonar tan brusco con las palabras, después de todo era tan fácil de herir. Y ese asunto era un poco delicado para ambos.

Entrelazó sus manos con las del menor y las apretó un poco al sentir apenas el contacto tan familiar. Todavía era un poco sorprendente saber que lo quería tantísimo.

Ahora ya entendía a lo que se refería Shin, sin embargo.... no podía decirlo, no podía decirle que habia estado llorando día y noche, que no había querido comer, que tan solo dormía cuando sus ojos se cansaban y se irritaban de tanto llanto, que corría a cuanta persona intentaba entrar a su cuarto, que entró en una depresión tal de la cual recién salía y que después de ese tiempo, apenas era la segunda ocasión que atrevía a asomarse fuera de su casa... no, no podía decirle aquello

-nada...

Comentó como si fuese la verdad absoluta.

-fue un tiempo aburrido...

No dijo más, entendía el significado de sus pocas palabras a la perfección aunque no quisiera decirlo explícitamente. Y a decir verdad, tampoco se la había pasado nada bien..

En fin.. no era tiempo de pensar en eso. O al menos eso decidió al instante. De nueva cuenta besó su cuello y mordió levemente su hombro, después soltó una risita y se sinceró: -Tu ropa siempre me estorba.

Buscó sus labios y los besó de nueva cuenta, dejándole en claro que lo necesitaba a cada momento con ello... si tan sólo pudiera saber qué era lo que pensaba exactamente seguro empezaría a cuidarse de él.

No pudo evitar ponerse nuevamente rojo en su totalidad, sinceramente... estando con Shin la ropa siempre estorbaba, aun no estaba muy seguro acerca de aquel encuentro, era maravilloso, era hermoso, pero tenía miedo de que al finalizar Shin simplemente se fuera de su lado... aunque quizá era mejor simplemente vivir el momento y tener más recuerdos de aquel hombre que amaba y no arrepentirse luego.

-deberías hacer algo al respecto... no crees?

Correspondió el beso del mayor, con desesperación aunque trataba de mantenerse tranquilo y sereno, pero simplemente le era imposible.

-¿Ah sí? ¿Debería? -preguntó ingenuo después de darse un respiro entre su beso. Se relamió los labios un poco.

Soltó las manos del menor para poder dejarlas recargadas sobre su estómago, justo donde había visto una pequeña parte de su cuerpo descubierta.

-¿No te importa que te quite todo, hasta tu aliento? -continuó besándolo, más profundamente. Incluso lamió y mordió un poco los labios ajenos.

No tuvo tiempo de responder aquello ya que efectivamente con aquel beso comenzó a robarle el aliento, se giró sobre el lugar para poder besar con mayor fácilidad al mayor, tomó las manos ajenas y las pasó bajo su camisa, haciendole ver que no importaba que lo tocara, yque mas bien eso era lo que quería.

-mnnhhh.... quitame todo....

Susurró contra sus labios, acariciandole el cabello, volviendole a besar dejando que fuese Shin quien tomara el control de la situación.

Sonrió ante su pedido. Claro que lo haría, sería muy estúpido si no.

Tocó con sus manos todo el estómago y espalda de su... ¿novio? Aún no le pedía que siguieran siendo pareja además... esta era una buena oportunidad para hacerlo. Bueno.. quizá no la mejor pero sí era necesario dejar contemplado sus papeles, o eso pensaba.

-Sé mi novio. Ámame más intensamente de lo que haces ahora. Y jamás dejes que nadie te toque como yo lo hago.. -no esperó respuesta porque ya lo volvía a cubrir con sus besos.. mientras tanto, le quitó esa camisa suya, tan estorbosa.

Lo empujó un poco e hizo que se recostara, para después posarse sobre él, y ni siquiera dejarlo descansar un poco.

Se sonrojó completamente al escucharle decir aquello, claro que quería ser su novio, más bien, volver a serlo, sin embargo como espero no pudo darse tiempo para responderle debido a que sus besos nuevamente le habían robado el habla, abrazaba al otro lograndose que se acomodara mejor sobre su cuerpo.

Se separó de sus labios apenas un momento para poder responder, aunque no por ello dejó de acariciar sus labios con los ajenos.

-s..si.. si.. te amo... solo te quiero a ti... y.. estar contigo..

Acarició su cuerpo desnudo por la parte de arriba en una combinación de necesidad y cariño. De verdad sentía algo fuerte por ese pequeño. Ahora haría todo lo posible por siempre cumplir con sus necesidades y trabajaría duro para ser el hombre que él necesitaba.... Y aunque fueran las palabras de miles de otros, esta vez no lo dejaría ir en mucho tiempo. Al menos no tan fácil.

-Sólo... ámame. -dijo entre sus labios, le encantaba esa forma de ser del menor y no podía negarlo en lo absoluto.

Poco después se separó de sus besos y le dió una media sonrisa al tiempo que se relamía los labios como un completo animal. Bajó una de sus manos hasta el pantalón de su novio y lo desabrochó con rapidez... sin dejar de ver su rostro, de ver ese sonrojo en sus mejillas. Simplemente lo volvía loco.

Disfrutaba a cada momento las crecientes caricias del mayor, casi las había olvidado (mentira, las recordaba perfectamente, aunque si temía el llegar a olvidarlas algún día) pero cada caricia le hacía reavivar el recuerdo de aquella noche en el hotel que rentaba Shin, dejó que sus manos pasearan por el cabello y espalda del mayor, dejando que las manos ajenas se pasearan con igual libertad sobre su cuerpo.

-mnhh... te amo.... te amo...

Susurró con suavidad mientras permitía que Shin se deshiciera de su pantalón, no podía evitar sentirse nervioso una vez más, sus mejillas se mostraban de un rojo granel, sin embargo tan solo se mantenía sonriendole un tanto timido.

Las manos de él sobre su propio cuerpo lo incitaban a estar más junto a él. Al menos.. de esa forma podía darse cuenta de que en verdad lo quería, y que le estaba gustando, por supuesto.

Rápidamente se deshizo del pantalón del que seguía siendo su novio. Y esa sonrisa suya tan tontamente maliciosa apareció en su rostro. Coló una mano a su entrepierna y apenas la rozó con las yemas de sus dedos, que pidiera más... eso quería oir.

De nuevo se hizo dueño de sus labios, y de su piel a la interperie. Su corazón, aunque tratara de calmarlo, latía rápidamente. Le exigía a él y a sí mismo pero ya no podía aguantar otro minuto al estar solo.

-ahh!! sh...shin.....

Le gustó sentir las descaradas caricias de Shin, las cuales había extrañado demasiado, movió un poco sus caderas para hacerle entender que quería que continuara, correspondió el beso y mordió un poco sus labios, ayudandole al mayor a deshacerse de la molesta camisa, para poder acariciarle con libertad el pecho.

-mnh... sh... shin,te extrañé.... demasiado....

Ladeó el rostro, dando de esta manera la pauta para que pudiera seguir besandole el cuello y demás.

Con ayuda de Miru se había retirado su propia camisa, y había dejado que lo tocase cuanto quisiera, después de todo era propiedad del menor y de nadie más. Y quería pensar que de igual manera el pequeño sólo era suyo. Aunque de pertenencias ni hablar... era obsesivo con el tema.

-Esa... era mi línea. -bromeó un poco, entendió el mensaje del joven y lamió con lentitud su cuello. Lo besó con sumo cuidado y cariño, en realidad lo veía como algo bastante preciado que no debía de ser lastimado con nada, ni por él mismo.

-Te Amo, Miru. -susurró en la hendidura que se hacía en su cuello. Le amaba tanto que sentía que iba a desfallecer sólo por el simple hecho de estar allí, compartiendo tantas cosas.

Cerró los ojos dejandose hacer como un manso cachorrito, suspiraba ante cada beso y caricia, sentía que era más transparente que en veces anteriores, se estaba dejando guiar y no tenía miedo en demostrar cada una de sus emociones, estaba avergonzado, excitado, definitivamente muy feliz, pero mucho más que todo lo anterior, enamorado...

-lo sé.... lo sé....

Entreabrió los ojos para poder verlo, sonriendole un poco antes de tomarlo de las mejillas y besarlo una vez más en los labios.

Correspondió su beso casi por default. Y aunque fueran todos a la misma persona, cada vez era díferente. Era como si a través de eso pudiera sentir y percibil millones de cosas... ¿acaso había algo tan magnifico como eso? posiblemente no.

A su vez, siguió acariciandolo en la entrepierna, ya notaba que estaba excitado y a decir verdad él también lo estaba, tan sólo por el simple hecho de verlo reaccionar ante sus caricias.

Lamió sus labios y los mordisqueó sin lastimarlo para luego meter su lengua en la boca del otro y poseerlo de esa forma. Y aunque estaba deseando estar en otro lugar más cómodo y de otro lujo, a la vez no quería escapar de aquellas manos que jugaban con su cabello o que lo arrastraban a hacer infinidades de cosas tan simultaneamente.

-mnnghhh....

Le gustaba sentir las caricias ajenas, así que decidió hacer lo mismo para hacerlo sentir bien, sus manos bajaron hasta la pelvis ajena, acariciando su entrepierna sobre el molesto pantalón del cual aun no se había deshecho.

-Shin... q...quiero intentar algo....

Susurró sobre sus labios mientras su mano seguía acariciandolo buscando colarse dentro de su pantalón.

No pudo evitar cerrar los ojos y suspirar ahogadamente mientras lo acariciaba... nunca lo había hecho y.. estaba un poco sorprendido. ¿A qué otra cosa llegaría?

Entonces lo escuchó a la perfección, aún siendo un susurro... ¡quería intentar algo! No esperaría más tiempo.. quería saberlo.. ¡ya!

-..Dime.

Tomó la mano de Shin y adentró 2 dedos en su boca, lamiendolos lascivamente, dandole a entender de esa manera QUE era lo que quería hacer, los sacó de su boca y le dióunaúltima lamida en la punta de los dedos, sonriendole coquetamente, ahora solo quedaba que Shin entendiera y se quitara de encima para poder darle la libertad de moverse y llevar a cabo su tarea.

-quieres?

Todo eso.. oh, Dios.. lo´había hecho excitarse aún más. Ya ni en sus sueños se lo imaginaba de esa forma. Y ahora le estaba dando la opción de hacerselo... aún así s sorprendió bastante.

-Mi-miru.. -tartamudeo por su asombro, y por todo lo demás. No se negaba pero se sentía tan poco dominante... pero oh.. lo deseaba tanto.

-Házlo... -se le quitó de encima y sólo esperó a que el menor hiciera lo que tanto querían ambos.

Sabía que estaba sorprendido, él mismo lo estaba de atreverse a pedirle aquello, sonrió tímidamente y en cuanto se quitó de encima llevó sus manos al pantalón ajeno, comenzando a desabrocharlos poco a poco, no quería aceptarlo, pero se moría de los nervios, finalmente abrió la bragueta y le bajó los pantalones a la par de los interiores.

-dime... cómo quieres que lo haga?

Susurra suavemente arrodillandose hasta quedar a la altura de la entrepierna ajena, alzando la mirada hacía arriba.

No podía responderle.. quería decirle cómo pero le intrigaba más el hecho de que él lo hiciera de la forma en que se acomodara, es decir... aún recordaba que sólo había intimidado con él, y pues no quería presionarlo a hacer algo en lo que no tenía ni la menor idea.

-Cómo... con mis dedos.. -se limitó a decir, había hecho un gran trabajo con sus dedos... quizá ese era un comienzo, al menos.

Trataba de calmar su respiración y de sonreírle al mismo tiempo. Y aún siendo el mayor ahí, sentía un poco de temor y nerviosismo por los dos.

Asintió tímidamente y tomó el miembro ajeno con sus manos, acariciandolo lentamente, quería estimularlo un poco más, mientras terminaba de darse el valor para hacer aquello que él mismo había propuesto, tenía la teoría de como debía hacerse aquello, es decir, que tan dificil podría ser? era como... una paleta! si, debía ser así de sencillo, cerró los ojos e ignorando el gran sonrojo en sus mejillas se acercó a su entrepierna, dando una primera lamida en toda la extensión del mismo antes de lamer un poco la punta, humedeciendola.

Tan sólo tener la mano del pequeño en su entrepierna lo había hecho estremecerse, y al mismo tiempo, quiso pedirle que siguiera haciendo pero ya había cambiado sus manos por su boca.

Le encantó.. dios.. cómo le encantó sentir su lengua en aquella parte. Las mejillas del rostro de su novio eran encantadoras, y aún más toda su expresión facial...
Quería grabarse su cara mientras le estaba dando tal atención... era como un sueño, como algo imposible.

Colocó una mano en su mejilla, tratando de incitarlo a que siguiera haciendo eso pues le había encantado bastante.

Sintió la caricia en su mejilla y no pudo sino sonreir internamente, abrió un poco más sus labios y adentró el miembro ajeno un poco más, haciendo una leve presión con sus labios mientras lo sacaba y volvía a meter lentamente, trataba de no tocarlo con sus dientes, ya que no quería morderlo por accidente.

Gimió ahogadamente y hizo un poco de presión con su lengua en la punta del miembro ajeno, buscando estimularlo aun más.

¡¡Era imposible!! Totalmente imposible que aquello estuviera surgiendo... ¿cómo había llegado a eso? no podía... es decir.. no quería que eso terminara... estaba haciéndolo tan bien que no sabía si decirle que continuara o besarlo o.. lo que fuera.

Echó el cuello para atrás, la mano que tenía en su mejilla la pasó hacia su cabello y luego a su nuca, haciendo un pequeño y corto vaivén.

-Mi-miru... ahh.. -dejó salir un gemido acompañado de su nombre.. estaba disfrutandolo a más no poder pero en su mente le decía que no podía dejarlo hacer todo eso. Después de todo él era quien debía de hacer sentir bien al menor... entonces volteó a verlo e hizo que lo mirara de igual forma. -Espera... yo también...

Continuó el vaiven que shin le indicó lamiendolo cada vez más, recién se daba cuenta... pero le gustaba eso, sabía bien y... era mejor que una paleta, o al menos eso era lo que pensaba en ese momento, sacó el miembro ajeno de su boca cuando Shin le hizo voltear hacía arriba , un hilillo de saliva había quedado entre su sus labios y el miembro ajeno, el cual se aseguró de limpiar dando una lamida más a la punta del miembro ajeno, sonrió al ver como se veía aquel miembro todo ensalivado y no le quedaba más que saborearse un poco más.

-que es lo que quieres?

Susurró suavemente, acariciandole un poco los muslos.

Se relamió los labios y dientes antes de abalanzarsele de nuevo y poseer sus labios. Estaba deseoso de él, deseoso de todo lo que era su persona.
Le propinó un beso donde utilizó su lengua para dominar la otra.. y juguetear un poco, mientras, al mismo tiempo, se probaba a sí mismo.

Se deshizo completamente de ropa y desnudó al otro con prisa, suma prisa... sin avizarle, levantó una de sus piernas y se adentró en él poco a poco mientras lo besaba. Dió un gemido ahogado puesl interior de su pequeño cuerpo era mucho mejor que su boca, eso sin duda.

Correspondió el beso ajeno, dejandolo que dominara por completo lasituación, se abrazó del cuello ajeno, , ayudandolo un poco cuando buscaba deshacerse de la ropa, pero tratando de no separarse de sus labios, era como si cuando se separaran Shin fuera a cambiar de opinión, por lo que se abrazó de nuevo a su nuca.

Alzó la pierna aunque cuando sintió que Shin comenzaba a abrise paso dentro de él, terminó rompiendo el beso y gimiendo un tanto adolorido, se había desacostumbrado a aquella sensación, arañó un poco la espalda ajena tratando de relajarse y acostumbrarse de nuevo.

-a...ahhh.... Shin,...

-Lo siento. -se disculpó. De pronto el instinto animal que tenía se apoderó de él por los arañazos en su espalda.. quiso empezar a moverse pero... si lo hacía lo lastimaría, y no quería eso. -Voy a... moverme. Muerdeme, aráñame, lastímame si así gustas pero déjame hacerlo. -casi suplicó... no podía parar aquella sensación. Aún si lo había hecho varias veces con varias personas, cuando estaba con Miru era tan diferente.

Era una combinación de amor, deseo, confianza, calidez, y adoración. Hablando muy estúpidamente, era como un objeto que no debía de ser ni tocado porque podría romperse, pero debía de ser cuidado y protegido. Aún si eso significaba la muerte.

Lo miró a los ojos y besó su frente, y de neuvo sus labios. No se saciaba para nada. Poco a poco se adentró por completo en él y se propuso a continuar con aquel vaivén que había hecho con su boca.

-mnngghhh.... Sh...shin....

Arañó una vez más la espalda del mayor, en verdad dolía, pero debía calmarse, abrazó igualmente con sus piernas la cadera ajena, poco a poco con el movimiento de caderas comenzó a acostumbrarse a la sensación, ya no dolía tanto.... sin embargo continuaba abrazandose a él con fuerza, arañandole de vez en cuando.

-ahhh.. Shin.... un poco... más lento....

Susurró tratando de que aquel momento durara aun más.

Cada arañazo lo hacían querer continuar y continuar para nunca parar! pero... tenía que considerar su pedido.

Alentizó un poco ese vaivén... con tal de que se calmara y se acostumbrara a aquella intromisión, después de todo era sólo la 3ra vez que estaba con él.

Besó su cuello y le mordió levemente el hombro para después lamer esa herida.

-mnngghhh.... s...si... así.... Shin....

Suspiró al sentir como el vaiven se volvía más calmado y relajado, le gustaba de esa manera, se sentía bien, suave, delicado, apretó el cuerpo ajeno contra el suyo, arañandolo con delicadeza mientras comenzaba a mover sus caderas con suavidad, buscando tener un mayor contacto.

-t...te amo.... shin....

- Y yo te amo a tí, Miru. -dijo un poco más calmado, aunque sus latidos y respiración estuvieran actuando por si mismos aún podía hablar tranquilamente, o eso quería pensar.

Pero algo no estaba del todo bien... ese lugar era un poco desagradable, es decir, nunca se hubiera imaginado hacer algo con él en tan lugar.. pero en fin, la ocasión se daba y no perdía su tiempo en perder tales cosas sino mas bien lo ocupaba en disfrutar.


Prosiguió con su movimiento por poco tiempo, a decir verdad ya estaba casi a su límite y deseaba acompasarlo con la rapidez de las caderas de su novio. Poco a poco fue acelerando aquel dulce y glorioso movimiento que les permitiía ser uno.

Conforme Shin volvía a aumentar el movimiento de caderas se sentía mucho mejor, mordió con suavidad su hombro.

-aahhh....

Tensó su cuerpo, apretando el miembro ajeno en su interior, sintiendose estremecer al haber hecho aquello, lo cual le hizo arañarle un poco más de nuevo, a esas alturas Shin seguramente debía tener toda la espalda marcada por las uñas del menor.

Una moridda en su hombro... unos cuantos arañazos más.. no importaban, ¡no importaban en lo absoluto!

Sólo quería permanecer así por el resto de sus días. Era una sensación magnifica el hecho de estar haciendo el amor con la persona que más amaba, con aquella que tanto apreciaba y que tanto quería progeter aún de la llovizna tenue del verano.

-Te amo... ¡te amo! -casi gritó, eran las únicas palabras que salían de su boca y de su corazón.

Aceptó aquel contacto totalmente, hizo que el menor pasara sus manos por encima de su propio cuello, atrayéndolo para que se sentase sobre de él en lugar de que estuviera aprisionado por su propio peso.

Gemía a la par que escuchaba las confesiones de amor del mayor, y debía admitir que le encantaba, se abrazó del otro y terminó sentado sobre su miembro, haciendole gemir una vez más, aferrandose a su cuerpo, estaba casi en su limite y las piernas le temblaban pero aun así se apoyó de sus hombros y trató de continuar con el movimiento de caderas.


-mnnhhh... Shin....

Besó una vez más sus labios, tratando de continuar con el ritmo que había impuesto el mayor.

La voz del pequeño resonaba en sus oidos, incluso estaba como clavada en su cabeza, en su cerebro.. en su mente. Jamás la olvidaría.

Correspondió su beso y le mordió levemente el labio, estaba un tanto imparable además... se le veía tan lindo de esa forma que simplemente estaba más deseoso a cada segundo.

En esa posición pudo tomar el miembro del menor y darle la atención que le faltaba, masturbándolo de poco en poco.. y al mismo tiempo haciendo que se moviera para satisfacerlos a los dos.

Se estremeció una vez más al sentir que acariciaba su entrepierna, ahora se sentía más excitado y pleno, sin embargo también se sentía más torpe en sus movimientos de cadera, estaba al borde del orgasmo y definitivamente ya no aguantaría mucho tiempo.


-Sh... Shin... y...ya... ahhhh.... n..no puedo.... no puedo...

Susurró contra su oído en tenues gemidos que denotaban todo el placer que sentía con aquello.

Lo entendía. Eran muchísimas las sensaciones que uno podía sentir mientras estaba en esa situación.. y no lo culpaba, pero sólo quería que durara un poquito más. Deseaba que se corriera al mismo tiempo que él, aunque fuera casi imposible.

Cerró sus ojos y también hizo lo suyo en los últimos movimientos, llegando al clímax. Se abrazó a su cuerpo, y mientras el menor se podía correr en su mano, él ya lo hacía en su entrada, invadiéndolo con aquel líquido blanquecino.

-Ahh! Miru... Miru...! -gruñó y al mismo tiempo gimió su nombre.

Continuó con el movimiento de caderas, besando poco a poco su cuello, aunque de pronto al sentir que se corría en su interior se detuvo casi al instante, disfrutando de aquello, tensando un poco más su cuerpo, estaba al borde y aquello lo había sobre excitado, se abrazó con fuerza a su cuerpo, corriendose igualmente sobre la mano ajeno, manchando ambos vientres.

-a...ahhhh.... shin....

Se mordió los labios y trató de relajarse, respirando agitadamente,sin embargo seguía aferrandose al cuerpo ajeno.

Unas gotas de sudor cayeron de su cuerpo, el calor que le había brindado era producto de ello. Pero estaba sumamente feliz... estaba su lado, y sentía las manos que tanto apreciaba alrededor de su cuerpo, aferrándose a él... simplemente no podía pedir más. Eso era lo único que siempre había pedido en la vida.. ¡y ahora lo tenía!

Fue más fácil para él calmar su respiración y sus latidos... esos donde el corazón parecía desfallecer por tan fuertes movimientos dentro de su pecho. No sabía cual era la razón... o tal vez sí, la razón era él, era su novio.. era su Miru.

-...Ámame. Miru... sólo ámame. -le dijo y luego hundió su rostro en un hueco de su cuello. No lo dejaría escapar aún si quería huir. No. Ya no lo dejaría solo ni un minuto más.

-y..ya lo hago... te amo... te amo muchisimo!

Siguió abrazandolo, estaba algo avergonzado, nunca había sido tan sincero, siempre decía cosas como "callate" "no digas eso" o parecidas, la verdad le apenaban aquellas situaciones, pero tenía mucho miedo de perder a Shin, por lo que prefería morir de vergüenza un momento a morir de soledad al no tener al mayor a su lado, le alzó el rostro y lo besó una vez más, sonriendole tímidamente.

-Shin... te amo...

Correspondió su beso, pasó su mano derecha por detrás de la nuca del menor y lo atrajo hacia sí mismo.

Le encantaba escuchar esas palabras salir de esa boca que a su parecer era tan deliciosa... y que ese sentimiento fuera verdadero, para ambos.

Se separó por unos segundos para decirle de igual forma: -Te amo.. te amo demasiado. -Y así, poder pertenecer unos momentos más así, juntos. Eran uno solo por unos pocos minutos y eso era más que nada... especial.

Pero.. tampoco era el mejor lugar para estar de esa forma, así que casi dándose golpes a sí mismo (Pues no quería separarse) lo recostó de nuevo, y se salió de él. Volvieron a ser dos personas y no uno.. y había cierta melancolía en ese segundo de separación. De.. un final.

Aún así, no dejó de abrazar su pequeño cuerpo desnudo, no dejó de besarlo en los hombros y pecho repetidas veces. Quizá para hacerle notar que seguría allí.