Nishikai Hoteru (Priv Quimey)

Que molesta...realmente tengo ganas de cortarle el cuello en este mismo instante, pero como todo el caballero que soy solo me limito a apartar de mí, el estilizado cuerpo:
— Señorita — trato de componerme, del beso que me han robado "a MI" recordando que el tiempo está en mi contra...
— Me temo que aquí no hay nada de su propiedad por lo que sea tan amable de abandonar este lugar — hago una reverencia y abro la puerta para entrar y cerrarla de un golpe... atrás queda la mujer con un rostro por demás desconforme ante mis palabras...que me importa...
Regreso mi atención a lo único que debe tenerla en este momento o eso creo por que la mujer se ensaña con la puerta, dándole de golpes y gritando mi nombre como si fuese una maldición...que atrae a los incautos incluyendo al pequeño que se encuentra conmigo.
Eso es un problema.

Lo vió entrar y solo se le quedó viendo fijamente, no había logrado escuchar la conversación con la chica, ya que se había alejado de la puerta antes de eso y ahora solo escuchaba los gritos de la mujer por entrar a la habitación, toda ilusión, todo deseo por el mayor, se había esfumado, no se sentía más que un estúpido niño con el que habían jugado y que ahora que ya no era necesario, ahora que estaba "roto" y que le había robado lo más valioso que tenía, era momento de desecharlo.

Se dió la vuelta en silencio y comenzó a buscar su ropa, quería salir de ahí lo más rápido posible, aunque no pudiese hacerlo tan rápido como quisiera.

Me giro buscando al menor, a pesar del bochorno que produce (realmente a mi me da igual) el escándalo de la fémina estrambótica, para darme de cara con la sorpresa: el pequeño parece estar buscando algo...miro sus acciones de arriba abajo y mi lógica me lleva a un solo lugar, esta tan molesto, al punto de sentirse de la peor forma posible. No...Me equivoco, detallo su rostro y parece que tiene ganas de llorar, posiblemente piense que lo he usado.
Ahora es cuando recuerdo por que los mortales son de mi total disgusto, llegan a las conclusiones más comprometedoras sin lógica alguna, recuerdo por que decidí dedicarme solo a la caza, olvidándome de cualquier otra cosa aun en mi tiempo de vida ilimitado, estando dispuesto a compartir la eternidad con mi sombra.
No sé porque lo hago, tal vez porque quiero escuchar su "escueta" respuesta, es por ello por lo que lanzo tal pregunta:
— ¿Vas a abandonarme? — reposo mi hombro sobre el filo del muro, que se dobla hacia el fondo y cruzo mis brazos para mantener mi balance.

La voz ajena le hizo estremecerse al escuchar aquello, eso le hizo sentirse un poco extraño, él no quería abandonarlo, en lo más mínimo, mantuvo la vista baja, avergonzado de aquello.

-pensé que tu ya lo habías hecho.... -suspiró un poco y volteó a verlo un poco, suponía que esperaba que le diera sus "razones"- no... no tengo idea... de como llegó ella aquí.. y no me interesa, se supone que solo lo sabíamos tu y yo... luego voy y me asomo y te estas besando con ella, y para colmo su voz me está destrozando los tímpanos! No pudiste simplemente ignorar la estúpida puerta y seguir conmigo... bien.... si a prioridades vamos, creo que acabo de ver la tuya.

— Tienes razón es por eso que ahora estoy con esa mujer y le hice el amor en este lugar, porque ella es mi prioridad — me mantengo inamovible ante la situación, aunque el sarcasmo ronda mis palabras, por no decir que las posee:
— Pero es ella la que está afuera si no me equivoco y es a ti a quien tuve entre mis brazos, tu lógica esta herrada, deberías tener más perspectiva y confiar más en mi, claro y eso que he olvidado el hecho de que me insinúas que "yo" le di la dirección, realmente soy un bastardo a tus ojos ¿verdad? —

-entonces que quieres que piense?

Bajó la mirada avergonzado, ahora él era quien se sentía el "malo" de la pelicula, no era que no confiara en killyem, más bien no confiaba en si mismo, no confiaba en ser lo suficientemente bueno para el mayor, además no podía evitar sentirse mal, ahora el recuerdo de su "primera vez" estaba empañado por una pelea y esa estúpida mujer.

-ya no importa....

Susurró recostandose de nueva cuenta en la cama, su cuerpo comenzaba a reclamar las acciones pasadas y su espalda baja comenzaba a doler demasiado.

Veo cada movimiento del pequeño, y como le "resta" importancia al asunto...muy a mi pesar.
La mujer que parece haberse hartado de que no le tomemos en consideración y cesa su perturbadora propuesta, aunque desconozco lo que hará o si se detendrá, después de haber llegado tan lejos.
Sigo mirándole, su cuerpo adolorido por mi culpa reposa sobre la cama... ¿debo dejarle? abandonarlo sería seguir su "lógica" y no tengo intención alguna de separarme del menor, ahora que nos hemos unido de tal forma que somos uno, lo quiero para mí y nadie ni nada va a separarme de él...por lo que retoma la conversación:
— ¿Y qué pasa si a mi si me importa? — de nuevo lanzo una pregunta.

-si es así... si te importa... no entiendo que haces ahí parado y no a mi lado....
Era cierto, la verdad, lo que más le dolía no era que Killyem fuera con la mujer, sino que simplemente le veía como si fuera su culpa y no le reafirmaba lo que momentos antes habían dicho, el amor que se habían profesado, era lo unico que deseaba, que lo abrazara y le confirmara aquello, que lo que había pasado entre ellos había sido importante y no solo un error, o algún sexo de ocasión.

No conozco a nadie, nadie, que me haya hablado de esa forma nunca… en mis años de estadía en este mundo, inclusive una mirada torcida hacia mi persona, significaba la muerte, entonces; ¿por qué es diferente cuando se trata de este chiquillo? Un chiquillo 815 años más joven.
— Estoy a tu lado, siempre lo he estado, aún cuando nuestros cuerpos no se toquen y no puedas sentir mi frágil calor, siempre lo estoy, no lo dudes. — subo a la cama, donde su cuerpo reposa, y que parece estar gritando mi nombre, me sostengo sobre mis brazos, que he puesto, uno a cada lado del cuerpo de mi amante, separándonos un espacio diminuto, le miro desde arriba, apreciando, el encantador rubor que llena sus mejillas y como sus ojos parecen llenos de deseo, al cual cedo, me inclino y acaricio con mi mejilla la ajena, subiendo hasta llegar a su frente la cual beso:
— ¿Estás bien? ¿te duele? — susurro excitado.

Aquellas palabras lo hicieron sonrojarse, eran palabras muy lindas y le hacían sentir realmente querido, sumado al hecho de que dentro de poco tuvo nuevamente al mayor contra su cuerpo, sonrió suavemente y alzó la mano acariciandole con cariñoel cabello, abrazandolo luego por el cuello.

-estoy bien... solo duele un poco...

Besó tiernamente sus labios, sonriendole, mientras sus manos paseaban por el cabello, mejillas y rostro ajeno.

-quiero... seguir...

— Yo también pero tu cuerpo...¿estás seguro? — le beso de nuevo esta vez bajando por toda su dermis, el mentón el cuello, en el cual hago una parada extensa, le sigue la clavícula el pecho, acaricio sus pezones, lamiéndolos y succionándolos cada uno, guiando mi mano hasta su ombligo y luego hasta su miembro, que ya se encuentra erguido:
— ya estas duro — sonrío ladino, porque estoy más excitado, de lo que normalmente me encuentro — Será mejor atenderlo como se debe — me dirijo a la entrepierna del menor, para engullir su miembro, saboreándolo con mi lengua sin contenerme.

-si... estoy bien....

Cada beso lo hacía excitarse aun más, , acariciaba el cabello ajeno conforme bajaban los besos, el incidente anterior con aquella mujer ya no importaba, en ese momento lo único importante era Killyem y él en aquella habitación.

-ahhh.... k...killyem.. n..no!

Sus gemidos inundaban la habitación conforme sentía que lamía su entrepierna, eran demasiadas sensaciones, deliciosas y excitantes que lo hacían perder la razón.

Sigo lamiendo cada rincón, y engullendo el miembro de mi amante, como me gusta esa palabra "Mi amante" MIO.
Recorro con la punta de mi lengua la rugosa y delicada piel que cubre el miembro llegando hasta la punta, la rosada punta, que parece preparada para expulsar el líquido viscoso y blanquecino, el cual deseo saborear, levanto mi tono para explicar:
— Por ahora lo haremos así, tu cuerpo aun esta sensible así que... —
Le sigo masturbando con la boca.

Se estremeció aun más ante cada caricia del mayor, era lindo, tierno y considerado con él, a pesar de que había dicho que estaba bien, aun estaba tomando en cuenta que su cuerpo se encontraba un tanto agotado y adolorido, aunque eso parecía olvidarse con cada caricia que la lengua del moreno proporcionaba a su entrepierna.

-ahhhh... killyem.. y..yo.. también quiero hacertelo.....

Una de sus manos acariciaba el cabello ajeno suavemente, mientras su cuerpo sentía los estragos deaquella experta lengua sobre su miembro, así que sin poder aguantar más terminó corriendose en la boca del mayor.

-ahhh!!

Mi boca es inundada por su esencia la cual saboreo: hambriento.
Tomo mi pulgar y limpio mis labios, degustando a nueva cuenta cada gota, deleitándome con el sabor, como si fuera la primera vez. No he olvidado su oferta, ante la cual he sonreído, pero no he contestado; quiero darle placer, para compensar el dolor que le hice pasar antes.
Me tomo mi tiempo para dedicarle una larga mirada, y entonces lo comprendo: estoy en un punto donde las palabras sobran, el lenguaje que su cuerpo trasmite, la sonata de gemidos, la elevada temperatura que ahora le inunda, lo agitado de su respiración, todo eso, son palabras que interpreto, como un "te amo" a lo cual contesto con un susurro inaudible a su frágil oído...esa palabra de la cual una vez me mofe, esa palabra que usaba para engatusar a cualquiera, hoy sale de mis labios de la forma más dulce y sincera.
Me inclino un poco acercándome de nuevo a su rostro, cerrando mis ojos, descargando suavemente mi aliento en su frente y luego besándola, porque estoy junto a él y no pienso separarme nunca.

Su respiración estaba agitada y su cuerpo aun tenía leves espasmos a consecuencia de su reciente orgasmo, estaba como en un ensueño, era algo maravilloso y todo fue aun mejor cuando aquel inaudible susurro se dejó oír en su oído, no tenía palabras, aquello era... hermoso.... definitivamente, aquel debía ser el mejor día de su vida, sintió el beso en su frente y lo abrazó por el cuello pegandolo a su cuerpo.

Besó suavemente los la mejilla de Killyem y se mantuvo abrazado a él, quería hacerlo sentir bien, quizá hacer algo parecido a lo que el moreno había hecho con su boca, sin embargo no estaba seguro de como se suponía que debía hacer eso.

Las habilidades dadas a "mi" por mi estirpe manchada, hacen acto de presencia: sé lo que el menor piensa en toda su extensión...aunque ya me lo había dicho antes con palabras, en su pensamiento la idea sigue rondando, soy sincero (verdad? duda ?) que él desee hacerme sentir placer, me excita sobremanera, pero por el momento, y no sé por qué (imposible en mi) me mantengo aferrado a él llenándole de mimos, a pesar de que cualquiera (YO) diría que esta noche esta sin terminar, es la primera vez que el sujetar en mis brazos un cuerpo tan pequeño y frágil, se convierte en una experiencia única e inolvidable, si mi corazón pudiera latir, este ya se hubiese desbordado por los fuertes latidos que provoca el pequeño en mi.
Aunque no estaría mal, que tomara la iniciativa y me hiciera experimentar algo nuevo, sin importar la experiencia, después de todo, la práctica es lo que lleva a dicho estado y yo estoy "abierto" a nuevas vivencias.

-te amo.... Aunque recien te conozco, siento que te amo...

Susurró suavemente contra su oído, era la verdad, estaba enamorado, de lo contrario no se hubiera entregado por completo a él, se abrazó con un poco más de fuerza a su cuerpo, como si tuviese miedo de perderlo de un momento a otro.

Buscó con sus labios la mejilla del moreno y la besó suavemente, pasando luego a su cuello, continuando con suave y tímido camino de besos al cuerpo ajeno.

Cada palabra susurrada, su aliento tibio sobre mi oído, el dulce tono de voz dirigido única y exclusivamente hacía mí, el camino de besos que dibuja sobre mi cuerpo. Lo deseo de nuevo, deseo sentir su estreches, regodearme con su calor. Más me mantengo, sintiendo cada contacto de sus suaves labios en mi piel, quemándome, en cada roce, dispuesto a ser esta vez la presa, dejándome llevar allá donde él quiera.
Mi cuerpo parece reaccionar, listo para lo que me tenga planeado.

Se sentía algo tímido, pero aun así continuó con aquel delicado camino de besos hasta su pecho, alzó la vista un poco viendo su rostro mientras sus mejillas seguían sonrojadas, parecía que a Killyem le gustaba lo que hacía, así que continuó hasta llegar a una de las tetillas del mayor, comenzando a lamerla tímidamente como recordaba había hecho el moreno anteriormente.
Dió una suave mordida y alzó la vista para ver cual era la reacción de este.

¡¿He dicho que no siento dolor, ni sus derivados...?! pues no siento dolor, ni sus derivados.
Más he seguido paso a paso las acciones del menor, no quiero, que por mis sensaciones inexistentes se cohíba de esta experiencia que es el amarse hasta la saciedad, no solo nuestros cuerpos se están tocando también lo hacen nuestras almas (Aunque yo no tenga una, todo sea dicho)
Ahora bien, regresando a la escena: me ha mordido, lo cual me ha excitado, y no me refiero a la sensación (nula en mi) de tener parte de mi piel entre sus dientes, me refiero al hecho de llegar a hacerlo, de como se ha sonrojado, perdiendo el pudor para llegar a ese desenlace, dejando la vergüenza a un lado, y ¿Quién soy yo para resistirme? le aliento a seguir con las caricias demostrándole que me agrada, (realmente me agrada sobremanera) sonriéndole (otro espasmo, otro) y emitiendo un pequeño quejido por la acción que aunque no he sentido, su rostro me inspira a hacerlo.

Se sentía aun un poco avergonzado, pero no le importaba demasiado, trataba de ignorar su pudor y continuar con las caricias al cuerpo ajeno, para hacerle disfrutar al igual que el estaba disfrutando las caricias del mayor, siguió lamiendo y mordiendo suavemente la tetilla del moreno, mientras con su mano se encargaba de la otra, para luego seguir con su camino de besos un poco más abajo, llegando a su abdomen, donde se encargó de lamer el ombligo ajeno, jugueteando un poco con el mismo.

Después de ello, sus mejillas se sonrojaron completamente, no sabía como continuar, bueno, sabía lo que "debía" hacer, pero estaba demasiado nervioso como para continuar en ese momento.

Sigue el recorrido, jugueteando con mi cuerpo, me dejo hacer, quiero conocer hasta donde es capaz de llegar...que tanto es capaz de perder.
El ver su cuerpo desnudo descansando sobre mí de forma tan sensual, lamiéndome, besándome, es: apoteósico, hasta el punto de hacerme perder la razón (más) pero no todo es felicidad...porque cuando se encuentra deleitando mi ombligo con su rozada lengua, se sonroja casi hasta brillar, en su mente hay duda y nerviosismo...sabe lo que sigue pero no se atreve, es hora de alentarlo...claro a mi peculiar estilo, ese, que todas mis fanáticas adoran:
— ¡¿No te enseñaron que cuando comienzas algo debes terminarlo?! — exclamo ladino y pendenciero, como siempre.

Mordió su labio inferior, aun dudoso, estaba pensando en que debía hacer, cuando aquella "sútil" pregunta llegó a sus oídos, haciendolo avergonzarse aun más, pasó saliva algo nervioso y besó el vientre ajeno, con su mano tomó tímidamente el miembro ajeno, comenzando a masturbarlo lentamente, sintiendo como su corazón palpitaba a más no poder, estaba avergonzado y no se atrevía a verlo, a pesar de estarlo tocando.

Finalmente se atrevió y besó tímidamente la punta del miembro ajeno, no había sido desagradable, pero si se sentía algo avergonzado.

Ah...magnifico, el dolor es una cosa pero estas sensaciones son otras, aunque aletargado, aunque desvanecido, siento un poco de este placido contacto, reconozco el esfuerzo del pequeño, empleado para satisfacerme, como el carmín de sus mejillas no le abandona, mientras se despoja de la vergüenza y el pudor. Entiendo entonces que esa belleza que ahora le arrebato es única y exclusivamente suya por lo que hago algo antinatural en mí.
Le detengo con mi mano, interponiéndola entre su boca y la punta de mi miembro:
— Esta bien, con eso es suficiente— me pauso por segundos para entonar mi voz de nuevo — ¿me das permiso de seguir en lo que estábamos Quimey? —
Pronuncio su nombre por primera vez, desde que recuerdo (ya que mi memoria es limitada, es lo único limitado en mi, aclaro) ese nombre que apartir de hoy se vuelve inolvidable.

Se sonrojó al ver que lo detenía, bueno no podía mentir al decir que se sentía un poco aliviado, y por un lado quería seguir con lo que habían empezado en la tina, pero.... también quería darle el mismo placer que él le había dado antes.

-si... si puedes seguir....

Le dió permiso, aun algo avergonzado, pero tomó la mano del chico, separandola lentamente de su destino, dando una lamida al miembro ajeno, apenas lo delineó delicadamente en toda su extensión, dejando la sensación de donde estuvo su lengua, volteó a verlo, una vez más, viendo su expresión antes de volver a dar un par de lamidas.

A pesar de darme su permiso se mantiene en su vergonzosa (para él) empresa, se detiene seguido y me mira, para confirmar mi reacción: si hay gusto en mi o no.
Le sonrío, porque no quiero expresarme con palabras, pero no soy conformista, por lo que levanto mi mano que antes había utilizado de "escudo" para llevarla hacia su mejilla acariciándola, mantengo la sonrisa, que no puedo negar, a su lado se ha convertido en algo habitual, a pesar de mis intentos (fallidos) de llamarlas "espasmos faciales" mas mi traidora voz se entona, boicoteando mis intentos de expresión corporal y el resultado es:
— Esta bien no es necesario que lo sigas haciendo — bajo un poco mi mano y le llevo hasta el mentón levantándolo hacia mi — cuando tengas más experiencia, y desees hacerlo, entonces con gusto estaré a tu disposición — le dedico una mirada dulce (llego a un punto donde no creo que este vocabulario arruine mi perfil de déspota, malvado y orgulloso...¿o si?)

Se sonrojó cuando Killyem lo trató de aquella manera tan dulce, no eran solo sus palabras, sino la forma en que lo decía y como cariosamente lo tomaba de la mejilla y del mentón para alzar su rostro, alejandolo de aquella tarea tan vergonzosa, que quizá luego realizaría con naturalidad, pero en ese momento era un gran esfuerzo para él, le sonrió y se abrazó a su cuello, cada gesto y cada palabra de killyem, no hacían más que enamorarlo más, asintió levemente, aun abrazado a su cuello y susurró suavemente cerca de su oído.

-e...entonces podemos continuar.... puedes hacer conmigo lo que te plazca....

Y era cierto... estaba a su entera disposición, lo que hiciera con su pequeño y frágil cuerpo para él estaría bien, sin importar lo que fuese y por dentro estuviera muriendo de vergüenza.

Ese "puedes hacer conmigo lo que te plazca" es como un cheque en blanco para la depravación.
Me entono seguido después de todas las imágenes embaucadoras y tentativas que pasan por mi cabeza, con el chiquillo como protagonista para decir:
— ¿Estás seguro de querer darme tanto poder? ¿No sabes qué tipo de cosas se me pueden ocurrir?— delineo con mi índice su clavícula, rozándola con delicadeza.

Estaba seonrojado y mordió su labio inferior al escucharle preguntar aquello, era cierto que le daría demasiado poder, pero confiaba en él, confiaba ciegamente en él, por lo que asintió suavemente.

-si.... confio en ti.... puedes hacer conmigo lo que gustes....

Tomó la mano que delineaba su clavicula y le besó la palama de la mano, volteando a verlo aun un tanto avergonzado.

Haa...Suspiro suavemente...es algo estremecedor que confié tanto en mi, cualquiera le llamaría loco, pero este niño, que descansa frente a mí, tranquilamente desprovisto de cualquier "protección" realmente él es...
La mano que dulcemente besa lo toma por la cintura, acercándome a él, a pesar de nuestra extraña posición, me las arreglo para quedar uno frente al otro sentados sobre la cama, mi otra mano la pongo en su espalda, la cual acaricio, siguiendo su espina dorsal, jugueteando con mi tacto:
— Cierra los ojos y solo siénteme — ordeno sutil y dulcemente.

Era imposible no hacerle caso a esa dulce voz contra su oído, se mordió los labios y asintió suavemente, cerrando los ojos, sintiendo cada roce de sus pieles, como las frías manos de killyem, recorrían con dulzura su cuerpo, sentía su piel derretirse por el simple tacto, en ese momento podría morir y sería completamente feliz, pero prefería vivir, vivir a lado de killyem el resto de su vida, dejó escapar suaves suspiros en respuesta a las caricias, tocando los hombros del mayor, paseando sus manos al pecho lentamente.

-a...así es como... se siente? -preguntó en un susurro muy sútil.


(dios, me puse romántica, justo escuchaba la canción de encantada XDD)

Respondo a su pregunta besando el estilizado cuello, que se encuentra frente a mí, y que despierta mi hambre, la tibia piel rozada por mis gélidos labios, depositando besos, ordenadamente hasta llegar al hoyuelo del cuello. Detallo sus caricias tan delicadas para un cuerpo tan impuro desmerecedor de tales atenciones: "así es como se siente" pienso egoístamente, por que no voy a decírselo, me reservo este pensamiento, confiado de que algún día, el expresarlo abiertamente no me debilite, hasta dejarme hecho un guiñapo.
Mi mano sigue moviéndose lentamente, para terminar el recorrido, justo en el lugar antes profanado por "mi", el cual acaricio reconociendo la zona.

Se quedó callado al no tener respuesta... o al menostan callado como los nacientes gemidos le permitían, sentía su corazón acelerarse a mil por hora, simplemente era demasiado para él, ser tocado de aquella manerale hacía derretirse en los brazos del moreno, sus caricias continuaban siendo torpes y débiles contra el cuerpo ajeno, tratando de hacerle sentir igual de bien.... aunque al sentir una caricia en especial en "ese" lugarle hizosobresaltarse un poco, aunque no por ello se alejó o dijo que le molestara... tan solo se dejó hacer, gimiendo suavemente contra la piel ajena.

Ha...sigo jugueteando, con la entrada del pequeño cuerpo, sintiendo con la punta de mi tacto la forma de su hoyuelo, lo corrugado de la entrada que dilato para adaptarla a mi tamaño, soy cuidadoso en extremo, como no lo he sido nunca antes de esa noche, de ese encuentro, de este sentimiento...
Introduzco el dedo llevándolo hasta el fondo, tocando las fibras internas, esas de las que he memorizado hasta el más mínimo detalle, rozándolas delicadamente, me demoro lo mío, mientras siento el aliento del menor en mi hombro acompañado de sus gemidos, los cuales guardo en exclusiva, para una reproducción y presentación de mi memoria.
Introduzco el segundo dedo.

Gimió un poco al sentir como aquel dedo entraba completamente en su interior, era delicioso y muy estimulante, se abrazó al cuello ajeno, desahogando sus gemidos en el oído ajeno, deseaba con todo su ser a Killyem, se sentía un poco extraño pero se sentía bien aun recordaba como se sentía tenerlo dentro y queria volver a sentirlo por completo dentro de él.

-mnnhhh.... Killyem.. t..tomame....

Susurró debilmente cuando sintió un segundo dedo dentro de él, a su parecer ya estaba preparado y killyem tan solo lo estaba haciendo desear más aquello, arañó muy delicadamente su espalda, dandole a entender cuanto deseaba que lo hiciera suyo en ese momento.

Asiento al escuchar sus palabras, siguiendo al pie de letra, la magnifica orden que me da: "tomame" aquel susurro había agilizado la situación.
Retiro mis dedos intromisores y con la mano que descanza en su cintura, hago un movimiento suave y así levantar su fragil cuerpo y llevarlo hasta mi, más precisamente para quedar sentado uno sobre el otro, con delicadeza abro sus piernas para pocisionarme en medio de estas, y así unir nuestros cuerpos, penetrandolo deseoso de sentir su estrechez, la calides en su interior.

Estaba demasiado avergonzado por aquello, pero simplemente se abrazó de su cuello y lo besó suavemente en mejillas y labios, sintiendo como poco a poco volvían a ser uno, como aquella sensación se volvía una mezcla de dolor y placer que le hacìa aferrarse con un poco màs de fuerza al cuerpo ajeno.

-mnnnhh... ki...llyem....

Gimiño suavemente al sentirlo completamente dentro de él, era algo extrañamente cálido, ya que el cuerpo ajeno no despedía calor alguno, sin embargo cuando lo tenía entre sus brazos lo sentía arder.

Me mantuve unos segundos sin hacer movimiento alguno, solo sintiendo cada parte en su interior amoldándose a mi ser, con el pequeño aferrado a mí, mostrándome cual espejo la mezcla de emociones y sentimientos de tenerme dentro… gime y se estremece.
Tomo sus caderas y las aprisiono en mis manos, delineándolas con mi tacto, estremeciéndome un poco al sentirme dentro, como no me había sentido nunca antes en mi majestuosa existencia (todo sea dicho, y no sé porque sentir que he perdido algo cuando escribí/pensé en ello)
Así como él se aferra a mí yo lo aprisiono con mi cuerpo, rodeándolo con mis hombros, mis manos se han movido escalando por su espalda hasta llegar al blanco cuello que se eriza por mi contacto y tiembla ante mi apagado “calor” susurro escondiendo las palabras con mi respiración:
—Mueve tus caderas para mí — le miro con fulgor en mis orbes, deseoso de continuar con nuestra noche.

Se mantuvo aferrado al cuerpo ajeno al sentir como ahora Killyem estaba completamente en su interior por segunda ocasión, se sentía mejor ahora, había más placer, el cual recorría su cuerpo por completo, las palabras ajenas en su oído lo hicieron estremecer, cerrando los ojos avergonzado, o al menos así fue hasta que comenzó a move su caderas suavemente tal y como Killyem le había pedido, lo hacía lentamente sintiendo como recorría todo si interior, era una sensación que le ganaba diversos gemidos los cuales dejaba que el moreno escuchase con libertad mientras aumentaba poco a poco el movimiento.

-killyem... t...te amo....

Termina gimiendo contra su oído mientras araña un poco la espalda ajena.

Realmente soy afortunado, un miserable engendro como yo (no se confundan, me encanta ser un miserable engendro) siendo amado por un chico como él, cada vez que me confiesa su amor, que se avergüenza, que sonríe, que llora, a pesar de conocernos hace solo un par de horas, ya lo sé todo de él.
La estrechez de su interior, el musculo contrayéndose, esa deliciosa sensación de sentirme "dentro", aprisionado exquisitamente. Le sostengo siguiendo el armonioso movimiento de su cuerpo, con sus gemidos llevándonos el ritmo, estoy en el éxtasis, cada fibra que rozo y me rosa, cada nota de calor que detecto. Mis labios no se quedan quietos y siguen los suyos, le beso hambriento de probar el néctar magnifico que reposa en el interior de su boca, porque te amo, te amo, aunque no te lo diga, te amo Quimey.

Continua los besos con desesperación, sintiendo como la temperatura de su cuerpo aumentaba tras cada rose y cada caricia, se sentía en el punto máximo de su excitación, deseaba escuchar aquellas mismas palabras que él había pronunciado de labios de Killyem, no pudo evitar tener un momento de duda, quizá se había precipitado y Killyem no sentía eso por él, pero... esos besos le decían que se equivocaba que el moreno lo amaba, al sentir los brazos ajenos aferrarse a su cuerpo lo hacía sentir muy bien, demasiado querido...

-mnnh... killyem... -susurra bajito contra sus labios, aferrandose al cuello ajeno.

Puedo saber lo que desea y lo que piensa, el anhela aquellas palabras, aquellas que pronuncia siempre, si pudiera decirlas, no es que no lo haga, la verdad es que siento que esas palabras han perdido valor, cualquiera las dice, pero este sentimiento, este "te amo", que quiero expresarle, no es similar al que muchos dirían, quiero que cuando lo diga su cuerpo resuene ante mis palabras y mi aliento haga que se estremezca, que en su mente queden grabadas y no sea necesario que las repita de nuevo, no habrá necesidad, por que dichas por mí, despejaran cualquier duda y darán seguridad y confianza. Se sentira querido y amado.
El magnífico aroma de su aliento, chocando contra mi piel, me aleja de mis pensamientos, sigo penetrándole, ahora con fuerza, con desesperación, por hacerlo sentir bien, más he descuidado el miembro del menor, por lo que paso a atenderlo, masturbándole de inmediato.

Se sentía en realidad al borde del orgasmo y sumando al hecho de que ahora Killyem se encontraba masturbandolo sentía como el presemen comenzaba a correr entre los dedos ajenos, mordió sus labios un poco fuerte, ahogando sus gemidos en su propia garganta, sus manos se aferraban con fuerza a la espalda ajena, arañandolo un poco conforme sentía su cuerpo inundarse con aquel sentimiento.

-ki...killyem! -se tensó completamente corriendose en la mano ajena, arqueó su espalda, pegandose aun más al cuerpo ajeno, apretó el miembro ajeno en su interior aun más, estaba deseoso de averiguar como se sentía que el mayor se corriera en su interior.

Lo sé, de nuevo sus expresiones actúan como palabras saltando en mi dirección, leyéndose de forma tan transparente, pero como criatura descabellada, rastrera y vil que soy... (Acúsenme... claro, ya quisieran) conociendo el rito en el cual: “juntos es mejor” me niego a eso que él desea, aún con el calor de su esencia quemándome la piel, y con la estrechez de su interior en mi contra, me niego, aún con su satinada piel degradada entre el pálido color de las flores de cerezo, me niego.
De la nada que nos inunda y el silencio que solo se rompe ante sus gemidos mi boca susurra, solo para sus oídos: — Vas a tener que esperar un poco más, no soy de venirme tan fácil (verdad) — le embestí a nueva cuenta, listo para hacerlo venir cuantas veces fuera necesario, ¿era un castigo? embriagarlo de placer, hasta que solo recordara mi nombre o era mi inconsciencia, que no...

Se avergonzó al escuchar como Killyem podía tocar aquel tema con demasiada fácilidad, su respiración continuaba agitada y su cuerpo no lograba reponerse aun de aquella sensación de satisfacción después de un orgasmo, cuando de pronto sintió como el mayor volvía "al ataque" inundandolo una vez más con aquel placer que solo había conocido en esos brazos.

-ahhh!! -gimió sonoramente una vez más, tratando de mantenerse un poco relajado, aunque por más que o intentase su aliento no podía más que escaparse en numerosos gemidos y suspiros que llevaban entre ellos el nombre ajeno, simplemente era algo maravilloso, a pesar del creciente cansancio que su cuerpo resentía al ser aquella su aun primera vez.

Mi perspicaz sentido se da cuenta con facilidad que posiblemente este excediendo su límite (no el mío, yo no tengo) recordando entonces que es la primera vez del menor, y que su cuerpo no está acostumbrado a la intromisión exagerada a la cual lo estoy sometiendo, por lo que le rodeo con mis brazos, extendiendo mis manos en el proceso; a través de su espina dorsal separadas una de la otra solo por centímetros — ¡Ah...la calidez de su piel me atraviesa los huesos...! — pienso con deleite, mientras que mi cuerpo como fuerza de gravedad lo tumba sobre la cama, conmigo aún en su interior, y quedando por supuesto sobre él, el extenso lecho es por demás propio para estos menesteres, no por nada es mi hotel favorito.
Ahora nuestras posiciones cambiadas drásticamente para mejor comodidad del menor (que no se diga que no soy amable) acierto a decir muy seguro de mi, acercándome a sus labios y mirándolos hipnotizado por el color rojo que los posee: — No te preocupes, me haré responsable, me asegurare de comprar un cojín mañana en la noche para que tu parte "baja" no se recienta — definitivamente soy muy amable.

Desvió la mirada completamente apenado por aquello, en un inicio no entendió a que se refería con lo del cojín, aunque al recordar como se había sentido momentos antes cuando salió de su cuerpo, era cierto que dolía horrores, mordió sus labios tratando de contener los gemidos pero se volvió a abrazar al cuello ajeno, aquella posicion era mucho más cómoda que la anterior, pero eso no desaparecía el cansancio que aun sentía.

-mnnhh... n...no digas.... eso...

Susurró débilmente, aun avergonzado por los comentarios nada románticos ni cariñosos que hacía Killyem, pero que aun así, extrañamente le hacían sentir un querido.

Tuve un espasmo facial ante el comentario.
— Yo también creo que las palabras sobran — no puedo contenerme más y le beso ¿hace cuanto que no le besaba? o es cosa mía, pero parecía una eternidad, el sentir sus suaves labios, el deslizar mi lengua por su paladar bañándola dulcemente con el néctar que ambos producimos y que se mezcla en nuestras bocas. Mis manos se dirigen a sus muslos, presionándolos salvajemente, pero siendo cuidadoso de no producirle más dolor al pequeño cuerpo que ahora me pertenece (sí, soy posesivo) y al cual yo... a...
La presión en su interior aumenta a pesar de lo relajado que la nueva postura puede tenerlo, más aún, no conozco y percibo los sentimientos y demás añadidos que engalanan a los humanos y es que nunca pensé en ello, es decir solo los destrozaba, empalaba, descuartizaba, aplastaba cual cucarachas y un largo etc. (no hay nada más exquisito que el sufrimiento humano y sus derivados, todo sea dicho)
— ¡¡Ahhh....!! — mi cuerpo vibra en el interior del menor, estoy a punto de...

Cada vez se sentía más avergonzado con respecto a las acciones de Killyem, le trataba de una manera... tan contradictoria, podía ser muy dulce en sus acciones, a pesar de que sus palabras y algunas otras formas de tratarlo eran demasiado hoscas, correspondió el beso ajeno con sumisión total, dejandolo hacer con su boca lo que deseara, tal y como hacia con su cuerpo, sus brazos entrelazados al cueo ajeno, acariciaron tímidamente la nuca del mayor, no podía evitar estremecerse bajo el cuerpo ajeno ante todas aquellas sensaciones, al sentir como se separaba de sus labios trató de unir sus labios una vez más, acallando aquel sonoro gemido del mayor.

-mnnhh...... -gime suavemente, entrelazando su lengua con la ajena, mientras continua acariciando su cabello.