Habitación 301 [Priv. Miharu~] [+18]

Ya había pagado su habitación y aunque no era una Suite Presidencial, no estaba nada mal. Llegó con Miru al lobby y se adentraron al elevador, bajaron en el tercer piso y sacó la tarjeta con que pudiera abrir la habitación. "301" Decía la puerta, empujó levemente a Miru para que se adentrara y luego la cerró. Tiró la tarjeta en el tocador que estaba frente a la cama.

Se sentó a la orilla de la cama después de haber abierto las cortinas. -¿Y bien? ¿Te gusta?

Entró a la habitación con tranquilidad, no debía parecer nervioso o Shin en verdad podría aprovecharse de él.

-es una linda habitación...

Se acercó a las ventanas y vio las calles y las luces que comenzaban a encender en la ciudad.

-y es una linda vista, me gusta.

-Me gusta que te guste... aunque me la he pasado en la calle... no me gusta estar encerrado. -de pronto su tono de voz cambió a uno un poco tembloroso.

En realidad... cuando había estado encerrado, hacía mucho tiempo, el Ryuugan había actuado sobre él, ese poder era muy dañino para alguien de 10 años. Al dejarlo salir del sótano fue y mató a sus padres con la katana que encerraba el poder del Ryuugan.
Sus recuerdos divagaron y el corazón se le aceleró, se fue a sentar rápidamente a la orilla de la cama y puso una mano en su cabeza, tratándo de soportar el dolor del pecho. Incluso, su respiración se volvió agitada y por un momento tuvo miedo... como si fuera cierta claustrofobia.

Notó como el otro se sentaba y al parecer estaba mareado, por lo que se acercó al otro y se arrodilló frente a él, tomandole las manos.

-hey, que te pasa? estás bien?

Si se había preocupado un poco por la repentina acción del otro.

Apretó los ojos con fuerza, así como las manos de Miru, trató de no lastimarlo con la poca conciencia que tenía pero fue inútil. fue como si de repente se hubiera transformado por el simple hecho de recordar el encierro... ese terrible encierro.

-A-agua.. -dijo entrecordado. -Tírame... agua. -ordenó, tal vez así su mente volvería a estar normal, o eso dedujó.

Tal parecía que se había ido a meter con alguien que no le convenía aún así se safó de sus manos como pudo para ir por un vaso de agua. no estaba seguro de que eso fuese lo correcto, quizá empeoraría las cosas... pero no importaba, tenía a su hada dentro la cual lo cuidaría en caso de que algo pasara.

-no tardo!

Le indicó en cuanto comenzó a llenar un vaso con agua, corrió hacía donde el estaba de vuelta y se lo lanzó en la cara, alejandose un par de pasos en espera de ver que pasaría.

El agua había servido de nuevo. De golpe recuperó la conciencia, agitó la cabeza unas 3 o 4 veces. Abrió los ojos y ahora estaban sólo centrados en el cuerpo de Miru, incluso verlo de esa forma -es decir, a la defensiva tal vez- hacía que se precipitara a lanzársele.

Se levantó de allí y ágil como un gato acorraló a Miru, apoyó sus manos en la pared, haciendo un sin-escape para el menor. -Gracias, eso me sirvió de mucho pero ahora estoy todo empapado y... -no terminó la frase cuando inclinó su cabeza, acomodándose frente del cuello de Miru, casi para mordersélo- ...y... Miru, te harás responsable por eso.

Se alivió de ver que el vaso de agua había funcionado, aunque no se imaginaba que terminaría acorralado contra la pared en cuanto el otro se despejara un poco.

-q...que estás haciendo!?

Intentó separarse del otro pero parecía imposible, el chico tenía más fuerza que él.

-hacerme responsable de que? ya estás alucinando

Cortó la distancia entre su cuello y él mismo. Le propinó un beso a el lóbulo de su oreja y con una voz seductora susurró: -Estoy loco... y te quiero a tí, Miru.

Mordió levemente su oreja y con la mano derecha le tomó el rostro, tratándo de no lastimarlo -Aunque pensaba ser más educado y propio de mí mismo.. ya no puedo aguantarme, te quiero ahora.

Con la zurda lo atrajó hacia sí, se asió de su cintura e hizo que se inclinara un poco hacia atras. Con la otra mano en su rostro no hizo mas que bajarla a su mentón y obligarlo a mirarlo a los ojos. -¿No piensas lo mismo... Miru?

En realidad eso no era lo que había pensado que pasaria, pero de entre todas las posibilidades había que decir que era una muy sensual, es decir... no era cursi ni romántico, pero era algo loco y arrebatado, aunque también lo estaba asustando un poco por lo mismo.

-n... no estoy seguro de que es lo que debería pensar justo ahora....

Comentó un poco contrariado por las acciones ajenas, aunque no le impidió realizar ningún movimiento, no dejaba de sentirse nervioso, cómo sabía que lo siguiente no era amarrarlo en la cama y violarlo?

-Sólo debes pensar en mí por ahora. Así justo como yo pienso en tí... -bajó el rostro y lentamente se fue acercando hacia él, le robó el beso, sí, pero no lo hizo con rudeza sino más bien con delicadeza. Después de todo no quería empezar mal.

Se separó luego de unos segundos y bajó de nuevo a su cuello, no sabía qué esperar porque Miru parecía de esos chicos que si no les gusta algo van maldiciendo a medio mundo y aunque sean pequeños, se las arreglan para obtener lo que quieren.

Comenzó a propinarle besos en la base del cuello. La mano que tenía en su cintura se coló por la camisa del menor y subió por toda su espalda...sólo tocándolo con la yema de los dedos, estaba mojado y tal vez eso sólo le daría el mejor camino a resbalarse por su piel.

Definitivamente no esperaba aquel comentario, había sido algo demasiado dulce y lindo, aunque tampoco es como si fuese a quejarse por algo como eso, al contrario el comentario le robó una breve sonrisa antes de sentir el beso, cerró los ojos lentamente y se dejó guiar por el otro, ya que seguramente tendría más experiencia que él en eso.

-mnnhh....

No pudo evitar estremecerse ante las caricias ajenas mientras sus manos subían lentamente y se aferraban a su cuello con delicadeza, dejando que sus labios se moviesen libremente disfrutando de los ajenos.

Sonrió gustoso de haber tomado la decisión correcta en haber tomado a Miru en sus brazos y haberle besado.. aunque no estaba muy seguro de si él estaba dispuesto o sólo se estaba dejando llevar. Quizá era mejor no arriesgarse.

Eventualmente dejó de acariciarlo y deshizo ese abrazo. Entrecerró los ojos para moderar una buena imágen, y sólo dió un beso en el cabello del pequeño. -Quizá esto esté llendo muy rápido. No quiero que pienses que me acuesto con cualquiera que veo por allí. -Fue al baño y se secó toda el agua con una toalla, salió de esa forma y luego de usarla la aventó a un rincón. -Deberíamos descansar. Ven aquí. -dijo amablemente aunque se había reprimido de nuevo de no lanzársele.

Todo iba tan bien, que no supo si había hecho algo mal para que el otro se separara de su cuerpo tan de repente, si bien lo que decía era cierto, más bien parecía una manera de safarse de él.

-ah, ver, espera un segundo, q...que rayos fue eso!? sabes, si lo que quieres decir es un "lo siento, no eres lo que esperaba" o "eres un niño" lo aceptaré, pero no esperes que después de ese asalto me crea tan de buena gana que repentinamente te brotó una "conciencia"!

Estaba molesto en verdad, no le gustaba que le dieran las vueltas al asunto, si iba a ser directo que lo fuera, si se iba andar con rodeos que lo hiciera desde un inicio, pero que no jugara al "si" y luego "no".

Escuchó todo con atención y una carcajada salió de su ser. ¡En verdad se había molestado! Entonces eso sólo significaba que estaban pensando igual y que también quería estar con él de esa forma.

-Eres un niño pero no tengo porque repetirlo si ya lo sabes. Eres lo que esperaba y eso... eso es díficil de lograr. Miru... Sólo no quería lastimarte, pensé que al final llorarías porque te habrías equivocado conmigo, te estaba teniendo consideración. De alguna forma me importas.

-Se levantó de la cama repentinamente, lo tomó de la muñeca y lo empujó a la cama, que cayera de frente era su meta y lo logró sin demasiado esfuerzo. -Pero ah, ¿quieres que continue, pequeño pervertido?

Tampoco esperaba aquella reacción, pero debía admitir que le gustaba el arrebato con el que el mayor se comportaba y lo trataba, era rudo, aunque suave a ratos, sonrió en cuanto sintió el colchón contra su espalda.

-no soy ningún pervertido, aunque... creo que no podría decir lo mismo sobre ti

Sonrie y se acomoda mejor en la cama, si eso era ir rápido o lento, no le importaba, solo quería ir hasta donde la noche les dejara, aunque no fuera hasta el final.

-sé amable conmigo, eh?

-Mmmm quizá tengas razón, Miru. -Se subió a la cama lentamente, se posó arriba de él; con sólo una mano apoyada y con la otra sobre la mejilla de Miru. -Sólo no hagas mucho ruido... si quieres parar, puedes decirmelo.

Entonces se inclinó para darle otro beso a Miru, ahora ya no dan dulce ni paciente, incluso coló su lengua y quiso robarle ciertos suspiros ahogados.

Se arrodilló, era sólo un poco más bajo que él pero eso sólo lo hacía justo a la medida. Lentamente fue metiendo su mano por debajo de la camisa del menor. Acariciando su estómago con las yemas de sus dedos..

Sonrió mientras lo besaba, ¿se estaría pasando o de verdad Miru era un pervertido?

-mnghh......

Correspondió el beso torpemente y entonces cayó en cuenta que apenas y había dado su primer beso y ya estaba a punto de tener su primera vez, ciertamente eso le hizo sentirse nervioso, no quería hecharse atrás y parecer miedoso, pero tampoco era tan aventado como para hacerlo con, prácticamente, un desconocido ¿y si tenía una enfermedad o algo?

Gimió levemente al sentir las caricias del otro, seguía indeciso entre si seguir o no, o cual sería el momento correcto de detenerlo, apretó un poco los hombros ajenos en un semi abrazo, se separó lentamente de sus labios y pasó saliva aun algo nervioso.

-q...que.. no haga ruido?

No podía evitar que su voz saliera tan agitada, en verdad el beso había sido demandante.

-Así como ahora tu voz... -se puso erguido y la luz hizo que su rostro se viera mortecino. -Si deseases parar ¿me lo dirías verdad? -preguntó de cierto modo confidencial o con tono secreto quizá.

Se detuvo un poco a mirarlo de frente y a memorizar la expresión en su rostro, incluso esa postura de apoyo en la cama. -Reprimirme me cuesta mucho pero sé que no estás listo. -lo asió en un abrazo, como si fuera su padre en lugar de.. ¿qué se supone que era? bueno.. lo que sea que fuese, trató de consolarlo en ese abrazo.

Cómo si de un simple gesto se tratase, le dió un beso en su frente y trató de respirar con calma para saciar su ser. Este niño parecía hacerlo cambiar de dirección cada 3 segudos... Y no era que le enojaba, no. Sino que nadie era suficiente para poder siquiera captar su atención.

No estaba seguro de si era bueno o malo que se detuviera el otro, pero supuso que ese era el momento de "hable ahora o calle para siempre" y lo mejor sería aprovechar la oportunidad.

-la verdad.... si, tengo miedo de bueno.... regalarte mi primera vez, no soy cursi, ni nada de eso, pero... recién te conozco, no sé si eres... un pedofilo sádista o si tienes alguna enfermedad o... bueno prácticamente solo sé tu nombre y edad y... no estoy del todo cómodo con... algo más íntimo que besos y... si acaso algo sobre la ropa...

Se sentía tonto, ocultó sus ojos con su antebrazo, seguramente ahora Shin en verdad pensaba que era un nio.

Lo apretó un poco fuerte en su abrazo, como si con eso pudiera calmar a Miru. ¿Qué podría responderle o incluso hacer? ¿Qué? No tenía nunca el mínimo interes por nadie que no fueran sus hermanas, era demasiado... sobreprotector, por decirlo de una forma buena y sana.

Negó con la cabeza y calmó su respiración, rozó la mejilla de Miru con el dorso de la mano derecha y murmuró: -Te entiendo. Y no te preocupes. Hay tiempo para todo lo que quieras hacer y quieras hablar. Yo sé que fui muy... rápido al quererte hacer algo en lo que tú no tienes experiencia ni siquiera sabes como se siente o cómo se hace ¿cierto?

Entonces deshizo su abrazo y tomó a Miru de la mano, la puso en su propio pecho y le dijo en voz queda: -¿Puedes sentir tu corazón? Te está indicando que vivirás por muchos años. No temas de mí.

Se sintió más relajado cuando al parecer Shin se lo tomaba con tranquilidad, no parecía estar molesto ni decepcionado, por lo que no pudo evitar una leve sonrisa, quizá el mayor era más comprensivo de lo que aparentaba ser.

-gracias y.... pues sinceramente... entre hombres.... no tengo idea de como se haga... es decir, un chico y una chica lo sé, lo enseñan en la escuela pero.... entre tu y yo.... no sé que podría hacer para... hacerte sentir como si yo fuera una mujer....

Dejó que tomara su mano y sintó sus látidos como le había dicho y una vez más, sonrió.

-si...viviré mucho tiempo... muchisimo.....

-¿Sabías que te ves lindo sonriendo para mí? -dijo ladeando su cabeza, en un intento de ruborizar a Miru.

-No te preocupes por eso, ¿de acuerdo? -comentó refiriendose a sobre estar en una relación, vaya, entre hombres. -En realidad no es tan diferente. Sigues siendo humano, ¿no? por tanto sigues sintiendo y pensando. Malo sería que te encerraras del mundo.

Se levantó de la cama, y se fue al baño rápidamente, quizá dijo un "ya vuelvo" pero dudó que Miru lo escuchara. En fin... se quitó la ropa y se metió a la ducha, necesitaba algo frío para despejar por completo la mente y.. a su cuerpo también. Las palabras que le había dicho era en cierto punto, un consejo basado en la propia experiencia pero... ¿los locos qué pueden decirle a los locos?

Salió de la misma forma que antes, parecía tener prisa, no quería perder tiempo. Deberían dormir un poco. Quizá por la mañana lo tendría que llevar a su casa, entonces debía descansar lo suficiente para esa tarea. Se dirigió hacia la maleta que había dejado al lado del tocador, frente a la cama y sacó la ropa interior. Fue de nuevo al baño a ponersela y luego regresó a la cama. Se sentó a un lado de Miru y puso su mano sobre un hombro de él -Debemos descansar. Ya es tarde.

Se sintió algo extraño cuando Shin le dijo todo aquello se sentía bien, inclusive quería pensar en una relación, algo más serio que eso que estaban teniendo en el momento, no pudo evitar sonreir y le dejó ir a bañarse, tenía una idea del porque necesitaba el baño, así que lo mejor era no molestarlo, se quitó los zapatos y se acomodó en la cama esperando a que el otro volviera.

Le estaba molestando la camisa, hacía calor, así que se quitó la de manga larga quedando con una de tirantes que traia debajo de ella, que fue justo cuando llegó Shin y colocó la mano en su hombro, lo cual le robó una sonrisa.

-si... a descansar...

susurró antes de acostarse a lado del otro, acurrucandose contra su pecho.

Deslizó un brazo por su espalda, atrayendolo un poco más, como si fuera a resguardarlo de cualquier peligro.

Durmieron así unas horas y a la mañana siguiente se despertó primero, contempló unos minutos el rostro de Miru dormido y sólo se dedicó a sonreír. Era lindo despierto, pero dormido parecía... algo realmente grandioso.

Acomodó un mechón de su cabello y susurró para poder despertarlo: -Ya es de mañana.

Había dormido como no lo había hecho en mucho tiempo, era realmente agradable dormir en los brazos de alguien... por un momento sintió un éfimero recuerdo de unos brazos en los cuales dormitaba años antes... probablemente los de su madre o padre, pero no los recordaba... escuchó la voz del chico indicandole de debía despertar, pero se negaba rotundamente a hacerlo, quería seguir abrazado a él.

-aun no....

Susurró levemente sin estar seguro de que el mayor lo hubiese escuchado.

No quiso insistirle de nuevo, quizá estaba cansado. Y bueno, él tampoco se negaría a dormirse abrazandolo.

-Está bien, Miru. -murmuró y le dio un beso en la frente. Se acomodó un poco, y se dedicó a verlo así.

La mañana parecía demasiado tranquila, incluso podía oir sus respiraciones. O la playa estaba desierta o estaban muy encerrados. Quién sabe.

Su estómago hizo un ruido que le indicaba que estaba hambriento, entonces hizo una mueca. Quería seguir así pero el hambre no se iría... Demonios.

Se quedó pegado al cuerpo ajeno, se sentía bien y hubiese permanecido así todo el día, de no ser que escuchó el rugido del estomágo ajeno, no pudo evitar una risilla, alzando la vista para verlo.

-deberíamos ir a desayunar

Susurró levemente antes de acercarse al rostro ajeno y robarle un suave beso, muy tenues y suave, ahora que lo pensaba... nunca se había portado tan amable con nadie...

Cerró sus ojos cuando sintió sus labios sobre los propios. Se estaba encariñando con ese niño aunque lo pudiera negar. Era taaaaaaan lindo...

-Lo siento.. es que ya tengo hambre. -se excusó después de haber sentido su beso y de nuevo sonó su estómago.

-¿Qué quieres desayunar? -preguntó al momento que se levantaba y buscaba algo en la maleta, quizá unas vermudas.

Rió y se sentó en la cama, tallando sus ojos, no mejor sería lavarse la cara, pero por el momento eso funcionaba.

-mnhh.... hot cakes... se me antojan.... con mucha, mucha miel

Comentó con una sonrisa antes de levantarse e ir al baño.

-a ti que se te antoja?

Se cruzó rápido entre Miru y la entrada del baño -Tú. -levantó rápido su mentón y le dió un beso rápido. -Aunque contigo tendría abasto mi estómago me manda al demonio si no le doy de comer. Mmm yo quiero carne o quizá algo de pescado, hay que aprovechar lo del mar.

Entonces lo despeinó un poco más y se fue a la orilla de la cama a vestirse. Se puso una vermuda y una camiseta demasiado holgada y blancas las dos prendas. Y unas sandalias de color claro cubrieron sus pies. Buscó sus lentes de sol negros y acomodó su cabello hacia atrás.

Quería lucirse un poco con él, no era de quedar mal ante la gente. Después de todo había sido el lider de muchas personas. Su imagen era importante.

-¿Ya estás listo? Si quieres podemos ir al restaurant del hotel.

Por un momento le sorprendió ver al joven frente a él, aunque no pudo negarse al beso del otro, vamos que era todo un galán el chico, aunque volvió a peinarse en cuanto retiró la mano de su cabello, entrando finalmente al baño para lavarse la cara y la boca, no tenía cambio de ropa así que solo tuvo que revisar que no estuviese sucio antes de acercarse de nueva cuenta al otro.

-supongo que si, no tengo más ropa que ponerme

Se paró frente al otro y lo tomó por las mejillas besandole demandantemente, no el beso de un niño, sino lamiendo y mordiendo sus labios, esperando que el otro le respondiera de igual manera.

Se sorprendió un poco porque Miru había tomado la iniciativa de besarlo de esa forma. Obviamente le correspondió, agachándose un poco y asiéndolo de la cintura lo atrajo hacia si.

Sonrió cuando le mordió el labio, e incluso reprimió un gemido mientras lo hacía.
Demonios, no quería que eso parase pero estaba hambriento, quizá... unos momentos más y podría besarlo con pasión y deseo.

-Miru... -dijo mientras se separaba un poco- ...si sigues no podré controlarme y va a ser doloroso si me reprimo de nuevo.

Se separó de los labios ajenos satisfecho por el beso, aunque no pudo evitar sentirse un poco culpable por haberle hecho reprimirse la noche anterior, no quería hacerselo de nuevo, así que mejor besó tiernamente su mejilla y asintió levemente.

-lo siento, mejor vamos a desayunar...

Le sonrió y con el dedo índice le picó suavemente la punta de la nariz, separandose lentamente del cuerpo ajeno, no deseaba la hacerlo la verdad, pero no podía seguir abrazado al mayor.

[[ ._. ¿seguimos el post aquí xD imaginandonos un restaurant? ]]

Sonrió de medio lado y suspiró, luego sonó su estómago y le sacó una risa. -Apresurémonos.

Lo empujó levemente hacía la puerta, tomó rápido la tarjeta con que abría la puerta y la guardó en su bolsillo. Salió después de Miru y paso una mano por detrás de sus hombros en un semi-abrazo.

Se adentró al elevador y se puso un poco tenso, estar en lugares cerrados no era para nada bueno... de cualquier forma, trató de controlarse, al menos mientras estuviera con Miru, quizá.. todo estaría bien.

[jajajaj si XD]

-anda, vamos rápido, hambriento

No podía creerlo, estar con Shin le hacía... sentirse más relajado, generalmente solía ser indiferente con todos pero ahora... inclusive SONREÍA!! él NUNCA sonreía, sin embargo el chico a su lado le hacía sentir muchas cosas, como el leve sonrojo que se adueñó de sus mejillas cuando sintió el abrazo.

Volteó a verlo, notandolo un poco tenso, al parecer no le gustaban los lugares cerrados, en realidad a él tmpoco le gutaban pero los soportaba, se puso de puntillas y le besó la mejilla suavemente, y con ese gesto llegó a la conclusión de que se había vuelto loco, jamás se imaginó a si mismo haciendo algo así.

Se extrañó un poco, creía que Miru se había asustado la noche anterior y que tal vez ya no querría estar con él, ni pasar el desayuno ni nada por el estilo. Pensaba que al primer chance que tuviera iba a salir corriendo. Pero estaba equivocado, ¿se habían enganchado mutuamente? quién sabe. Lo único seguro era que, si Miru aceptaba no alejarse de él, estaría feliz por primera vez después de mucho tiempo.

Su beso.. fue como si ese pequeño roce en su mejilla le hiciera sentir una calidez particular. Se preguntó si podría ser por la inocencia marcada en la edad.

Sólo sonrió, gustoso de aquel impulso por parte del pequeño. Una risita salió de sus labios y cuando el elevador marcó el piso al que irían empujó levemente a Miru y al mismo tiempo maldecia mentalmente a su claustrofobia.

-Mira, ahí está, vamos. -le dijo de forma energética, por fin podría desayunar y al mismo tiempo, complacería al menor en todo lo que quisiera.

Se sentia estúpido por aquel beso y para completar el cuadro estaba la risita del otro y no pudo evitar otro de sus arranques de locura obsesiva por mostrarse como un chico frío y serio.

-n...no te rías! es decir, no es como si hiciera eso siempre!

Salió del elevador ignorando las palabras ajenas, en verdad estaba avergonzado.

-y no te creas demasiado solo por un.. por un simple beso! eso no significa nada! claro que no! además me debes de dar un muy buen desayuno! y más te vale que esté delicioso!!

Bien, sus palabras no habían sido coherentes en lo más minímo, pero no estaba acostumbrado a aquellas situaciones.

Sus palabras no hicieron más que sacar una carcajada de su cuerpo, bastante sonora como para que los demás los observaran... sólo segundos después se calló.

-No me creo mucho, ni tampoco digo que no me guste, pero nunca pensé que tú me besarías con tanta confianza, al menos, después de lo que te hice. -le murmuró y le acarició el cabello en un intento de tranquilizarlo.

Lo tomó de la mano sin importarle si los veían los demás; se adelantó por 2 pasos. Acomodó la silla para que el pequeño se sentara, como si fuera una señorita, no sabía si lo hacía por broma o por quedar bien.

Después de hacer que el pequeño se sentase, abrió su propia silla frente a él y ordenó la carta. -Ordena lo que gustes, y eso de darte un buen desayuno... espero que estos tipos cocinen bien o sino ni les pagaré. -advirtió a un mesero que se estaba acercando.

Seguía sintiendose avergonzado con el otro, pero trataba de mantenerse calmado, tomó aire y se quedó callado un momento, mejor calmarse y acomodar sus ideas antes de seguir pareciendo un idiota frente al chico.

No pudo evitar sonreír en cuanto "amenazó" al mesero con no pagar si la comida no estaba buena, observó la carta en cuanto se las entregaron y no tardó ni un minuto en ordenar un desayuno "infantil".

-quiero unos waffles con miel y jugo de naranja

Esperó a que Shin ordenara, para que el mesero se fuera, no tocaría el tema de lo que pasó la noche anterior con alguien más presente.

-Jeje.. yo quiero un coctel de frutas, un cappuccino, también jugo de naranja, un sandwich de pollo y tmb quiero que me traiga la orden que viene con carne asada y ensalada, por favor. -comentó demasiado rápido ya que aún seguía hambriento.

Después de irse con toda la lista de lo que comerían el mesero se fue, ladeó la cabeza en un intento de acomodar un mechón de su cabello que había caido por su frente. -¿Con eso te llenarás? ¿No pedirás nada más?

Pensaba que el desayuno era algo ligero, solo para tener algo en el estómago, sin embargo Shin parecía barril sin fondo, no pudo evitar parpadear un par de veces, sorprendido por la manera en la que el joven comía, sin embargo solo atinó a negar con la cabeza.

-em... no, gracias, yo con eso estoy bien...

Aunque quizá no le había dicho algo como que quizá comerían tarde o... quien sabe, pero todo lo que había pedido el otro era demasiado alimento para él.

-Comes poco, por eso eres pequeño -dijo sin pensar mucho y al momento se arrepintió de decirlo. -Digo.. um.. lo siento. -murmuró antes de esperar una mueca de enojo por parte del pequeño.

Lanzó una mirada amenazante al mesero que parecía estar sudando de la mera presencia de él. Pronto llegó toda la comida que ordenó él y la pequeña porción de Miru, no pudo reprimir la carcajada por mucho tiempo.

-Ah. ¡No puedo creer que comas tan poco! ¿En serio con eso te llenarás? Digo, eres libre de ordenar lo que quieras, yo lo pagaré si eso es lo que te impide hacerlo.

No quería admitirlo, pero la situación lo estaba incómodando, no pudo evitar un ligero tic en una de sus cejas demostrando así su molestia, simplemente no era de aquellos que comían mucho de una sola vez, más bien comía poco pero durante todo el día.

-no gracias, si después de comer esto tengo hambre ordenaré algo más, esta bien?

Esperaba no haber sonado muy arrogante o cortante, pero si así había sido... no era su culpa.

No dijo nada, arqueó una ceja y empezó a engullir su comida. No habló durante su desayuno, más que nada le gustaba estar solo mientras lo hacía, quizá por eso no tenía nada que platicarle ni nada parecido.

Terminó todo su desayuno en menos de 10 minutos, de verdad parecía una máquina de comer. Dió un suspiro largo y luego sobó su estómago.

Curiosamente, se sintió cómodo con un desayuno silencioso, le molestaba cuando la gente se la pasaba parloteando sin parar, prefería comer en silencio, y así lo hizo, con calma y tranquilidad, antes de pedir una segunda ración de Waffles al mesero, sin siquiera consultarle a shin por supuesto, y en cuanto se lo trajo continuó su comida.

-te gustó?

Preguntó cuando al final tomó el último trago de jugo, dando por finalizada su comida.

-No, pero me quitó el hambre. -comentó burlesco. -De todos modos, para eso como, para quitarme el hambre, no es que en realidad me guste la comida... es sólo una necesidad -comentó, un poco frío quizá.

-Espera, ya vuelvo. -se levantó del asiento, pasó por la barra y dejó el dinero de la comida sin decir nada. Entonces se dirigió a los baños.

Se recargó sobre el espejo con la mano izquierda y se mojó la cara, se preguntó a sí mismo qué estaba haciendo, ¿por qué era tan servicial con Miru? ..no obtuvo respuesta, entonces sólo se lavó las manos y salió con una sonrisa, fuera del baño.

Se sentó de nuevo a la mesa y tras un largo suspiro cerró los ojos. -¿Y tú? ¿te gustó?

Le sorprendió un poco la actitud del otro y como se levantaba como si nada, el mesero podía ir a cobrarles la cuenta a la mesa, no quería pensarlo pero quizá el sentimiento no era recíproco y el otro no se sentía bien a su lado, suspiró sintiendose extrañamente desilusionado, sin embargo trató de recomponerse para cuando el otro regresó.

-pues estuvo bien...

Desvió la mirada algo incómodo, normalmente preguntaría directamente sobre sus sospechas, pero en esta ocasión en verdad temía saber la respuesta, así que lo mejor sería quedarse callado.

-Miru, mírame -murmuró; pero entonces no pudo esperar a que lo hiciera, no. Alargó el brazó y lo tomó por la barbilla, se inclinó hacia él y le robó un beso.

Lo fue soltando lentamente y lo observó directamente a los ojos -Si quieres podemos irnos de aquí. Vamos de nuevo a la playa ¿si? Quisiera nadar un poco y creo que también quieres ir ¿no? después de todo son vacaciones.

No esperaba esa reacción de parte del otro, sin embargo no se negó en lo más mínimo al beso que el otro le daba, al contrario lo respondió, despejando de esa manera todas las dudas que tenía acerca de lo que Shin pensaba sobre él.No pudo evitar una leve sonrisa en cuanto el otro se separó de sus labios.

-si, me gustaría ir a nadar

Alzó la mirada para verlo mejor y tomó con su mano la ajena, no entendía como podía comportarse como un tonto enamoradizo estando junto al chico.