Habitación 301 [Priv. Miharu~] [+18]

No lo encontró. Entonces su furía innecesaria aumentó. El ryuugan hizo efecto en él de manera instantanea.

Pudo escuchar lo que decían miles de personas alrededor de una larga distancia. Caminó desesperado hacia el hotel, parecía que echaba fuego. Cuando viera al menor no sabría como iba a actuar, simplemente esperaba no hacerle daño. No a él.

En el camino varias personas se le acercaron y sólo terminó knoqueandolas con un golpe. Sus ojos ya no eran los propios, eran los del Ryuugan. Necesitaba tranquilizarse, ya estaba en el lobby del hotel.

Subió por las escaleras hasta la habitación y recordó que él traía la tarjeta para entrar, entonces Miru debería de estar en ese piso ya que no podría entrar.

Al llegar al hotel no le quedó más que esperar fuera de la habitación, había olvidado el pequeño detalle de que no podía entrar sin la llave, cerró los ojos algo molesto, no sabía cuanto tardaría Shin en llegar y tampoco sabía como tomaría su "escape" pero no podía evitarlo, así era él.

Comenzó a dormitar un rato, antes de que el shirabansho lo despertara, sentía un aura peligrosa.

Lo encontró en el pasillo y se le quedó viendo realmente enojado. ¡¡Pero no era él!! En realidad no era Shin, no, era sólo el cuerpo que el Ryuugan controlaba.

Era estúpido pensar que se dejaba llevar mucho por ese estúpido poder, ni quién lo quisiera. Ya era fuerte por sí sólo... además ¿de qué le serviría ahora? NO MATARÍA A MIRU. ¡¡NO!!

Pero.. ¿cómo se podría calmar? No tenía la katana... no estaba Maya... ¿qué podría hacer para tranquilizarse a sí mismo y no lastimarlo?

-...Huye. -le ordenó tratando de entrar en sí mismo. -Vete...o te lastimaré.

[Ohh que drama XD]

Alzó la mirada y volteó a verlo, estaba viendolo, muy, muy molesto, pero no le tomó demasiado importancia, no importaba lo que hiciera, el shirabansho no dejaría que lo lastimara, un aura azul comenzó a cubrirlo poco a poco, armando una especie de barrera protectora a su alrededor.

-no.... no lo harás...

Ya no pudo escucharlo más. El poder tomó control de él por completo.

Se abalanzó hacia Miru y con un brazo dirigió un golpe a su cuerpo, pero como por arte de magia sólo se desvió dándoselo a la pared.

Dentro de sí daba gracias, pero el Ryuugan sólo quería acabar con el menor.

Buscó desesperadamente la katana, con eso habría de calmarse pero ¡¡ESTABA LEJOS!! Algo.. algo.. algo tenía que hacer.

-Agua... -esperaba que recordara que con eso, puede calmarse. Esperaba que con esa palabra entendiera que debía de aventarle agua lo más rápido posible.

Se sorprendió al ver como el golpe de Shin se desviaba contra la pared, ya sabía que algo así debía suceder, pero no quería que aquello fuera a mas o el que se debería preocupar sería Shin y eso lo supo cuando el aura comenzó a volverse más azul, además, no podía seguir la "recomendación de Shin, no había manera de que consiguiera agua ahí fuera así que se alejó lentamente de él.

-n...no hay

-Rá..pido. -dijo antes de acorrarlarlo contra la pared. Hizo una muralla con sus brazos y apesar de la fuerza que había a su alrededor no fue impedimento para podersele acercar de esa forma.

Pero entre sus personalidades y desvarios se le ocurrió otra forma para tranquilizarlo y de la forma más fácil.. -Noqueame. -ordenó de nuevo, esto no podía seguir así. La pelea en realidad no era contra Miru, era contra sí mismo. Contra su propia maldición.

Noquearlo!? sonaba tan fácil pero desgraciadamente no lo era, al menos no para él, de pronto, comenzó a sentir como el shirabansho se apoderaba de él, miles de kanjis comenzaban a correr por toda su piel, piernas, torso, brazos inclusive su rostro, al igual que la luz aumentaba, sin más una especie de explosión surgió entre ambos, lanzando a Shin contra la pared con una fuerza impresionante, dejando en el piso a miru, inconsciente.

Carajo, eso lo había hecho reaccionar. Lo que sea que haya sido, lo había traido de vuelta. Se incorporó y se llevó una mano a la cabeza, sóbando el golpe que se había propinado

-Graci... ¡¡Miru!! -detuvo sus palabras al momento de verlo, le dolía la espalda por el golpe pero ya había aprendido a dejar el dolor físico para los débiles. Se acercó a él, lo tomó por los hombros en un intento de hacerlo despertar con brusquedad.

-Miru.. ¡¡Miru!! -lo atrajo hacia sí. Lo abrazó fuertemente y se levantó con él en brazos. Con una patada rompió la puerta de su habitación, ya luego se encargaría de eso. Lo recostó en la cama, y se acercó a su cuerpo, debía asegurarse de que estaba bien. ¿Qué demonios había sido esa explosión?

-Miru.. si me oyes, tan sólo aprieta mi mano -pidió cuando lo tomaba de la mano. Ahora no sabía que hacer. Todo había sido su culpa.

Su cuerpo estaba débil, quería despertar pero no podía, sentía y oía todo lo que pasaba a su alrededor, la desesperación de Shin por su inconsciencia, pero simplemente no lograba moverse en lo más minímo, desgraciadamente eso era lo que solía suceder cuando el shirabansho salía por si mismo, al menos en esta ocasión no dañó demasiado a Shin, ya que recordaba aquella vez en la que casi mató a uno de sus amigos.

Se concentró completamente en mover al menos un poco su mano, para hacerle saber que estaba bien, sin embargo por más que intentaba no podía.

Se quedó así por varios minutos y no obtuvo respuesta. Se recostó al lado de él, mientras lo abrazaba fuertemente, esperando a que reaccionara por sí solo.

Mientras tanto ya estaba planeando algo para poner de pretexto a causa de los daños hechos al hotel.. no saldría nada barato pero en realidad eso no era prioridad.

-Miru.. lo siento. -le decía a cada momento.

Poco a poco sentía como su cuerpo comenzaba a hacerse más pesado y comenzaba a sentirlo, movió un poco sus dedos, entreabriendo los ojos, aun se sentía algo débil, pero suponía que estaba recuperandose.

-sh...shin....

-¡¡Miru!! -casi gritó al escucharlo.

-¿Te encuentras bien? ¿Qué te lastimaste? -preguntó con desesperación y esperanza de saber que todo estaba bien y que no había pasado a mayores.

-¿Quieres algo? ¿Qué necesitas? Dímelo y te lo traeré en este instante.

-ahh.....

Se llevó la mano a la cabeza tratando de calmar el aturdimiento que le causaro los gritos del otro.

-shh... solo no grites... esty bien

Susurró y le sonrió un poco, para tratar de calmarlo.

Se sintió impotente, estúpido y culpable. No había otra forma de describir cómo apreciaba el momento...

-Lo siento, lo siento. -susurró.

Lo abrazó de nuevo, ya no dijo nada más, simplemente lo atrajo a su cuerpo, y acarició su espalda y cabello. A imágen de otro, hubiera parecido un niño con algo preciado para él, con algo que no quisiera soltar nunca porque sabría que lo perdería.

-mnghh....

Se quejó un poco y cerró los ojos cuando el otro lo apretó a su pecho, no dolía pero si se sentía un poco la presión que el otro ejercía.

-tranquilo.... estoy bien.. shin...

Tan solo trataba de calmarlo, pero al parecer no lo estaba haciendo del todo bien, ya que el mayor seguía un poco alterado.

Hizo más leve el abrazo mas no lo soltó por completo.

-¿Qué fue todo eso? -preguntó después de un rato. Intentó tranquilizarse, respiró hondo y se mordió el labio inferior con fuerza, casi sacándose sangre a sí mismo. Lo ocultó. No quería que el menor se diera cuenta de su inestabilidad.

-eso fui yo... o lo que hay dentro de mi...

Contestó simplemente, aunque el otro intentara ocultarlo notó el daño en su labio y acercó su mano, acariciandolo suavemente.

-no lo hagas, no te lastimes, no fue tu culpa....

Se acercó un poco al otro y le besó la mejilla para calmarlo.

-No.. yo tuve la culpa. Desde un principio, yo tuve la culpa. No debí dejarte solo. -aún después de su beso y el contacto con su mano se sentía mal.

¿Qué hubiera pasado si no se pudiese controlar? ¿Lo hubiera matado? O bien ¿hubiera resultado herido por lo que había dentro de Miru? Aunque no era un hombre que le tuviera miedo a algo, en esos momentos era tan estúpido verlo de esa forma, tan indefenso. Como un niño.

-No quiero lastimarte. Tampoco quiero perderte, Miru. -bajó la mirada hacia el menor, lo besó en la frente y lo tiró de su mano levemente, haciendo que se sentase en el suelo junto a él.

Se sentó a su lado y le acarició la mejilla con cariño un par de veces, quería tranquilizarlo, él había aprendido a vivir con todos los peligros y las amenazas que implicaba el shirabansho y el montón de gente que quería secuestrarlo, pero al parecer, Shin se preocupaba aun más por aquello.

-no lo harás Shin, no me lastimarás ni me perderas, por favor, calmate... no pasó nada

-¿Qué haces... qué haces para tranquilizarte? -preguntó, haría lo que fuera, estaba demasiado alterado.

Detuvo la mano ajena en aquel gesto. La puso frente de sí y le dió un beso al dorso.

-solo pienso en que no pasó nada, pudo haber pasado algo, pero no fue así... asi que no importa, mejor no pensar en las cosas malas, no lo crees?

Esperaba que con esas palabras Shin lograra tranquilizarse, aunque no estaba tan seguro de ello.

-...Entonces, no piensas.. en ¿el pasado? -llegó a esa conclusión.

No podía hacerlo, no estaba acostumbrado. Pero había cierta razón en sus palabras. Eran ciertas, simples, pero ciertas al final.

Respiró profundo y dejó salir ese aire en un suspiro muy pero muy ligero.

-Eres impresionante.

-no es que no piense en el pasado, solo no me preocupo por él, ni por el futuro, trato de vivir el presente, porque no sé en que momento podría acabarse todo... y no quiero vivir pensando en como podría acabar, eso no te deja disfrutar las cosas

No quería darle demasiada importancia a sus palabras, pero ahora que lo pensaba, eso no sonaba como algo que diría un chico de su edad...

Sólo lo escuchó atentamente. De verdad era impresionante que un chico de su edad ya supiera eso. La mayoría, estaría preocupandose por juegos y la escuela y cosas tan triviales que era absurdo.

Sonrió para sí mismo, ahora se sentía orgulloso. Y feliz.. se había encontrado a una persona que realmente valía mucho.

-..A veces de las cosas más simples, surgen momentos increíbles. -se le soltó decir. Tal vez no venía al caso eso, pero fue lo que su mente le había dicho y sin querer había expresado en palabras.

-es cierto, y es mejor disfrutar esas pequeñas cosas, no crees? como.... una escapada de casa.... uno puede encontrar tantas cosas....

Sonrió un poco, parecía estar completamente calmado ahora y el también lo estaba, más relajado y contento de estar ahí, con él.

-Jamás me imaginé que me encontraría a alguien como tú. Me he divertido mucho -declaró, mientras lo tomaba de la mano y la acariciaba con suavidad.

-Tienes razón. No debería de preocuparme por el pasado ni por el futuro, debería de vivir el presente, como ahora. -acercó su rostro al de Miru y le robó un beso, aunque más bien se quedó allí, acariciando con otra mano su mejilla.

La palabras del chico no se compararon con el beso que le dió, sus ojos se fueron cerrando poco a poco, comenzando a disfrutar de aquel beso, era... dulce de alguna manera, además de tierno, continuó besandolo torpemente, aun no se acostumbraba a aquella sensación de ser besado, pero le encantaba.

Sonrió mientras lo besaba. No quería excederse en besos o caricias, pero Miru simplemente lo hacía ser "tierno" de alguna forma.

Se separó poco a poco, teniendo como plan el dejarlo con ganas de otro y otro más.

No importaba si él era alguien inexperto o si se sonrojaba a un toque en ciertas partes o a palabras o a momentos, le encantaba estar a su lado.

-¿Sabes? Te haré un juego. Cierra los ojos -pidió amablemente, como si fuera un mago experto, siendo claramente lo contrario.

-un juego?

Preguntó no muy seguro de si debería seguirle la corriente, aunque, bueno, ¿qué podría hacerle? sonrió un poco divertido por la situación y cerró los ojos tal como le había pedido.

-listo, ahora que hago?

-Mantenlos así.. espera. -se levantó del suelo sin hacer mucho ruido y sacó de su maleta un mazo de cartas de poker.

-Abre los ojos. -barajeó las cartas y luego sacó 5 de ellas, sin verlas en realidad. -Tengo en mis manos 5 cartas de poker, saca la que tú quieras -las había puesto boca abajo, por tanto no sabría cuales serían. -Cuando la saques verás cuál es sin enseñarmela a mí. Después la regresarás y ahí empezará el juego.

Abrió los ojos en cuanto se lo indicó aunque se asombró un poco al ver que se trataba de un juego de cartas, no esperaba algo así, pero aun así sonrió viendo las 5 cartas que el otro había puesto frente a él.

-mnh.... pues....

Tomó la carta del centro y la vio, memorizandole, era un As de corazones, sencillo de recordar, para luego regresarla a donde debía estar.

-listo

Sonrió de medio lado. Metió las 5 cartas en el mazo y volvió a barajearlas. Mientras lo hacía empezó a contarle una historia: -Se dice, que hay un árbol mágico en un país desconocido. Éste árbol emite luz propia, e incluso compite con la luna en cuestiones así. Las parejas van a ese lugar y si hacen sus votos frente a ese árbol estarán juntos para siempre.

Detuvo esa acción y sacó una carta boca abajo. Luego lo miró a los ojos y bajó la vista a esa carta. -Así como esta carta... así como ese árbol. Todo es una ilusión. -Entonces la desapareció en un movimiento de muñeca. -Era el as de corazones.

No entendía que tenía que ver aquella historia con el juego de cartas, pero aun así sonrió dejando que continuara, todo era divertido y no fue hasta el final que vio la relación entre las cartas y el arbol, sonriendo un poco más al ver que había desaparecido su carta.

-si, esa era....

Hubiera preguntado como lo hizo, pero entonces se perdería la magia.

Le guiñó un ojo y luego le sacó la lengua a modo de burla. -Gracias público conocedor.. -imitó a cualquier mago con los humos subidos..

-Gracias.. gracias.. -siguió así y luego soltó una carcajada. Guardó el mazo de las cartas en su bolsillo y dió un suspiro. -Antes me gustaba mucho el poker. ¿Sabes jugarlo?

Rió ante la actitud de mago famoso que estaba teniendo el mayor, se veía gracioso, aunque bueno, le agradaba verlo así.

-no, me temo que no, lo unico que sé jugar con las cartas son pares -sonrie un poco.

-¿Haciendo pares? -rió por lo bajo. Negó con la cabeza, divertido de la estupidez que estaba haciendo -Te enseñaría si me lo pidieras. -guiñó de nuevo un ojo..

Alargó la mano a la altura del hombro de Miru y de repente sacó la carta que en un principio Miru había tenido. -Tú hiciste la magia, no yo.

-jejeje quizá luego, no me llama mucho la atención el pokér

Le sonreía y a su parecer todo era una tarde tranquila, al menos en ese momento hasta que "sacó" la carta de su oreja y eso en verdad lo sorprendió.

-q...que!? que rayos fue eso!? oh no! como lo hiciste!?

[;_; yo amo el poker u.u~ ]

-Hahahaha es magia, magia mi querido Miru. -se carcajeó de nuevo. Al parecer ya todo estaba bien.. entonces vió hacia la salida del hotel y vió todo roto..

-Ehem... ¿qué haremos con eso? -esperó respuesta del otro mientras estaba en el baño cambiandose de ropa, toda la que traía estaba llena de sal de agua de mar.

-Podemos escapar.. ¡Sí! ¡¡ESCAPEMOS!! hahahaha

si, claro, magia, sabía al 100% que aquello había sido un truco y algún día lo descubriría, o al menos eso esperaba, volteó en la misma dirección que el mayor y vió lo que habían destruído, deberían pagar aquello a menos que.... no pudo evitar sonreir al escuchar a Shin decir aquello que estaba a punto de pensar.... escapar de ahí, era una excelente idea, y le gustaba.

-si, escapemos...

No sabia si Shin hablaba en serio, pero él si lo hacía, quería escapar, lejos de todo y todos, aunque por primera vez, quería compañía.

Salió del baño ya con la ropa limpia y sacó de su maleta algo para Miru. Algo que pensaba que no le iba a quedar demasiado grande. -Toma, necesitas cambiarte para que salgamos desapercibidos.

-Dejaré todo aquí. Será mejor empezar de nuevo. -dijo, después de cerrar la maleta con toda la ropa, que era lo único que llevaba.

Ató su cabello en una cola de caballo baja, como siempre y se puso un pantalón de mezclilla y los tenis por si tenían que correr. También el dinero lo puso en su cartera y la guardó en su bolsillo.

-¿Te quedó la ropa?

Tomó la ropa que el mayor le dio para cambiarse, estaba casi seguro que le iba a quedar grande, aunque con un poco de suerte, no tanto, se fue al baño a cambiarse, dejando la ropa sucia en el piso, después de todo huirían, no necesitaba aquellas prendas.

-dejaras toda tu maleta?

Le preguntó saliendo del baño, acomodándose un poco la ropa que le había dado, le quedaba algo grande como había pensado, pero por suerte no demasiado.

-pues.. más o menos... pero si

Sonrió de medio lado y lo tomó de la mano -¿Seguro que estás bien? Huíremos a donde sea. Dijiste que todavía teníamos una semana, ¿no?

Se encaminó con él a la salida del hotel. Y lo guió por las escaleras en lugar de el elevador. Ya se oían unos pasos que iban hacia su habitación y eso no hizo más que robarle una risilla.

-Vamos al bosque. Ahí nadie nos dirá nada. O ¿a dónde quieres ir?

-si, aún tenemos una semana.... y no sé solo quiero irme, a donde sea esta bien, el bosque, una laguna, de nuevo a la playa, a donde sea... solo quiero huir

Siguió caminando a las escaleras tal como shin le indicaba, comenzando a bajar un poco apresurado pero sin llegar a correr, siempre habia huido, pero sin que nadie le siguiera, ahora si se daban cuenta que habían escapado sería una persecución y eso era divertido.

[hacemos otro post? *3* anda di que síiiií]

-Anda, más rápido. -casi corrió junto a él. Lo tenía agarrado de la mano para que no se fuera a quedar atrás.

Reía mentalmente, era demasiado divertido tener que huir.. acompañado. Sin preocupaciones.. casi parecía el "hakuna matata" (?)

-jajajajaa

Siguieron corriendo hasta salir completamente del hotel y estar a un par de edificios de distancia, le sonrió ampliamente al otro, había sido casi como aquellas peliculas de detectives, le sonrió al otro y caminó un poco más tranquilo.

-fue divertido, no?

-Y que lo digas... -le sonrió al otro, se sentía tan bien aunque habían hecho algo mal que el sentimiento no se podía describir tan fácilmente.

Se mordió el labio a son de ansias. -Vamonos, tenemos mucho que recorrer. -dijo, andando a su lado, ya caminando más tranquilos.

Mientras caminaban a unos edificios más adelante, ya se veía la policía ir rápidamente a ver lo sucedido. -Somos unos profugos hahahaha

-jajajajajaja si, creo que lo somos!

Siguió caminando a su lado, divertido por todo lo que habìa sucedido, definitivamente, cada vez le gustaba pasar màs tiempo con Shin, claro que tampoco era como si quisiera escapar para siempre, tambièn le gustaba un poco la paz.

-dime, a dónde vamos?

-Vámonos al bosque. Ahí no habrá nadie quien nos pueda molestar. -dijo luego de haberle dado un beso rápido en su frente.