Profugos... [Priv. Miharu] [+18]

No sabía si responderle o no. La verdad era que sí había tenido sexo con otra persona, pero no había nada de sentimientos involcrados en ello. Ésta vez era diferente, y quería decirselo pero pensaba en las posibles respuestas del menor y daba un poco de miedo. No quería separarse de él por nada del mundo y menos por alguien que ni siquiera había valido la pena.

-Miru.. -dijo pegado a la pared- ..yo nunca había hecho el amor con nadie. ¡¡Eso es verdad!! Y jamás pensé en alguien más cuando estabamos los dos unidos, ahí, en esa cama. Nunca ¿me oyes? -esperaba que con eso fuera suficiente pero Miru le había preguntado algo que quizá no podría responder, así que sólo lo esquivó y continuó. -..Eres... -tomó aire profundamente y dejó su cuerpo caer hasta quedar de rodillas, apoyándose con sus dos manos en la pared- ...eres alguien sumamente importante para mí. Por favor.. déjame entrar.

Las primeras respuestas le hicieron sentir mejor, al menos no había pensado en nadie más, entonces en verdad, en ese momento solo eran ellos dos y había sido el primero con el que hizo el amor... sabía que eso significaba que quizá había tenido sexo con alguien más, pero lo mejor era no pensar tanto en ello, aunque no pudo evitar notar como había evadido la tercera pregunta, había contestado tan fácil y con tanta libertad las otras preguntas, que era inevitable no notarlo.

-amas... a alguien más...?

Preguntó débilmente, esa era la pregunta que más dolía y que tenía más miedo de escuchar.

En una parte muy profunda de su ser, donde se encontraba esa parte "asesina" surgía la respuesta. Él ya no era el mismo que hacía unos meses, cuando todos pensaron que había muerto y todo se había solucionado ya que se habían "deshecho del mounstro" pero aún así... había algo que intentaba cambiar y no podía. Era vergonzoso y doloroso tener que aceptar que había amado a su hermana Maya de una forma para nada fraternal.

-Quizá... después de todo, las personas no cambian al 100%. -dijo con la voz apagada. Resopló, como si se estuviera burlando de sí mismo y estuviera aceptando sus errores con cínismo. -Pensé... no.. quería aprender a amar a alguien verdaderamente. Alguien que no me estuviera prohibido por lazos fraternales. Me fuí enamorando de tí y esa es la verdad. -golpeó la puerta sin fuerzas, en un intento fallido de abrirla de ese golpe.

-Soy un estúpido, Miharu. Soy un maldito asesino que no merece tu cariño. -sintió como su voz se quebraba poco a poco y para que no salieran las lágrimas tragó saliva y se calló por un rato en un esfuerzo por tranquilizarse.

-No me odies como lo hizo ella. Esta vez no podría aguantar tal dolor. Déjame estar contigo... -confesó lo primero y lo último parecía una súplica; por fin 2 lágrimas cayeron de sus mejillas, se sorprendió al sentirlas.. pero aún más porque empezó a ver claramente, quizá sus ojos se lo estaban demandando. "Llora.. llora.."

Eso dolió más de lo que imaginaba, Shin estaba enamorado de alguien más, por eso no podía decirle que lo amaba, dolía demasiado... aparentemente se había enamorado de su... ¿hermano? no, shin había mencionado que tenía hermanas, no hermanos, entonces.... eso fue aun más duro, a Shin le gustaban las mujeres.... no entendía que rayos pasaba ahí, lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas sin siquiera notarlo, su mente estaba nublada, Shin amaba a su hermana... una mujer, algo con lo que nunca podría competir... y... ahora que lo pensaba, lo había tratado como a una mujer mientras lo hacían, o al menos a su parecer... se había centrado demasiado en su pecho y cuando... fueron uno, se olvidó de atender su miembro, como si no lo tuviera....

-porqué Shin?....yo... no te odio.... no puedo, pero....

Llevó su mano a la manija de la puerta y quitó el seguro en silencio, no sabía porque lo hacía, si en verdad no quería verlo.

Iba a decir algo y entonces escuchó un muuuuy leve sonido del seguro abrirse. Abrió la puerta y lo vió a Miru con lágrimas en los ojos, las suyas las había secado después de haberse confesado por completo.

Lo abrazó sin siquiera pensarlo, si el menor pusiera resistencia no lo dejaría soltarse, tenía la suficiente fuerza para no dejarlo hacerlo. No hasta que los dos se desahogaran.

Recorrió su espalda con una mano y lo apretó contra su cuerpo. -Quiero olvidarme del pasado, hoy estoy contigo. Quiero vivir contigo en un futuro... ¿recuerdas? -intentó persuadirlo a pesar de todo-

Quizo separarlo en un inicio, pero no pudo, antes de darse cuenta se encontraba aferrado fuertemente a su cuerpo, no podía creer que él estuviese haciendo eso, él,normalmente hubiese mandado a cualquiera al diablo y seguido con su vida, pero... no podía... era demasiado dificil hacerlo con Shin, continuó abrazandolo en silencio, sollozando muy suavemente.

-si... lo recuerdo, pero.. Shin... no soy una mujer y si no soy lo suficientemente bueno para ti? y si... no sé... estoy demasiado confundido, no debí decir eso.. fui un idiota...

Rió por lo bajo.. -¿No entiendes que ahora sólo te neceesito a tí? NO quiero a nadie más. -le dió un beso a su cabello y murmuró recargado y al mismo tiempo abrazandolo lo bastante fuerte para no distinguir si lo lastimaba o no.

-Yo.. tuve la culpa, me extrañé demasiado. Miru.. me estoy enamorando de tí. Sé que me estás dando mucho y quizá también te estoy exigiendo demasiado. Con que me dejes estar a tu lado me es suficiente. -dijo con la voz tranquila, aunque podía entender que el menor había hecho un caós su mente. Intentó calmarlo o al menos, que pensara en otra cosa por el momento.

No creía que pudiera amarlo en tan poco tiempo y además.. estaba herido, aún herido.. quería que Miru sanara esa herida... y que pudiera, íncluso, borrar esas cicatrices.

Hizo que lo volteara a ver y le dió una sonrisa de medio como era su costumbre antes de darle un beso en la frente.

Era cierto, Shin había dicho que quería estar con él de ese momento en adelante, así que no debería importar el pasado, él tampoco tenía un pasado muy lindo que digamos, pero sin embargo Shin lo había aceptado, aunque... fueran distintas cosas, ya que él nunca antes se había enamorado.

-lo sé.... y lo entiendo...no quiero que busques a nadie más... quiero que te quedes conmigo....

Ahora que comenzaba a sentirse más relajado, sentía como su espalda baja dolía horrores y se preguntaba como había llegado hasta el baño.

-Shin.... duele...

Susurró levemente, le dolía en verdad y ahora no creía poder levantarse.

Dejó de abrazarlo tan fuerte y lo miró verdaderamente preocupado -¿Te duele mucho? -preguntó, ya sabía a qué se refería.

Se dispuso a cargarlo hacia la cama pero se sólo pasó uno los brazos de Miru por su espalda, no levantó sus pies. -¿Puedo cargarte hacia la cama? -mejor asegurarse, ya que cuando lo había hecho anteriormente sí se había enfadado bastante. -¿O prefieres que.. ahora sí te dé un baño?

No estaba seguro si lo mejor era la cama y descansar o tomar un baño, aunque... lo mejor sería bañarse, o al menos eso pensaba.

-yo.... quiero descansar, pero... también quiero bañarme... no sé...

Se sonrojó pensando nuevamente en lo raro que sentía el semen ajeno escurriendo en su interior, saliendo lentamente, mordió su labio avergonzado, no podía decirle aquello aShin.

-Si tomas un baño, después puedes dormir tranquilamente. -sugirió, eso hubiera hecho él en su caso.

Notó un leve sonrojo en el rostro de Miru y se estaba preguntando qué era lo que pensaba ya que, por el tiempo que lo había conocido, podría decirse a sí mismo que no era nada bueno. No le tomó muchas vueltas al asunto, sabía que si quisiera decirle algo, lo haría además.. no era tiempo para pensar en eso. Tenía que descansar.

-Anda, vamos. -lo cargó finalmente y se aproximó a la tina donde hacía poco habían estado los dos juntos. Estiró una mano, sin problema de dejarlo caer, para desaguar la tina; una vez vacía la volvió a llenar de agua y cuando creyó que era conveniente la temperatura y la cantidad, la cerró.

Le quitó la sábana que se había jalado y lo depositó con muchísimo cuidado en la tina.

-mnnhh....

Se quejó un poco al sentir que lo colocaba en la tina, dolía sentarse o semi recostarse, pero trataba de no pensar mucho en ello, volteó a ver la sábana que le había quitado y vió un poco de sangre en ella, había escuchado sbre eso... que sangraría y dolería mucho... tomó aire y trato de relajarse.

-sangré mucho?

Preguntó tímidamente, algo avergonzado, ahora si se sentía como una mujer.

-..No. -dijo después de ver la sábana, no se había esperado eso. No quería decirle pero nunca había desverginado a alguien así que no esperaba que eso pasase, al menos no con un hombre.

-Intenta rejalarte, aún si no te bañas como cualquiera haría, creo que el agua hará lo suyo. -dijo, acomodándose el cabello hacia atrás, a veces era un poco estorboso tenerlo tan largo. Dió una mirada a los estantes del baño y se preguntó que había pero no se movió de su lugar, estaba incado al lado de la tina. -¿Puedo quedarme o prefieres estar solo?

Estiró su mano y tomó delicadamente la del mayor, entrelazando sus dedos levemente, sonrió un poco y llevó la mano a sus labios, dandole un suave beso.

-quedate.... no quiero que me dejes solo....

Cerró los ojos, tratando de relajarse aun más con el agua, se sentía bien... quizá podría dormir así un poco.

El beso en su mano lo hizo quererse abalanzar y tenerlo de nuevo. No podía creer lo que algo tan así lo pusiera tan loco.

Se tranquilizó porque sino parecería una grosería y no quería estar mal con él. Se inclinó un poco y le besó la frente. -Descansa, Miru. -dijo con voz baja. Tenía su mano entrelazada a la del otro y era un sentimiento reconfortante.

En todo ese silencio recordó que momentos antes había vivido algo realmente increíble, aún no podía concebirlo del todo. Ni siquiera el hecho de que habían escapado porque el hotel estaba casi destruído. Imaginarse de nuevo a las personas del servicio buscando a los malechores de eso le causó risa.

Aquella palabras fueron casi como mágicas, quizá porque estaba cansado, estaba agotado por todo lo sucedido aquel día, en el fondo se sentía bien... pero si, seguía sintiendose cansado.

Antes de darse cuenta se había quedado dormido en la tina, tomando la mano ajena débilmente, no quería despertar en un buen rato, simplemente descansar, relajarse y olvidar todo lo malo que había pasado.

Quizá aquella "primera vez" no había sido de encanto, las dudas y palabras mal dichas lo habían arruinado, pero aún así... había sido maravilloso.

Se le nubló de nuevo la vista y un ligero cansancio se apoderó de él. Recargó su cabeza en una esquina de la tina y casi caía dormido. Parpadeaba con pesadez y el vapor del agua caliente lo hacía relajarse aún más. No pensó en despertar a Miru, quien gracias al agua se había tranquilizado aunque pensó que no podría quedarse allí mucho tiempo porque se arrugaría.

El silencio era bueno y a la vez repugnante. Aunque estuviera a su lado, y en algo sumamente relajante la pregunta que había esquivado lo tenía punzando en su cabeza. Estaba mal. Verdaderamente mal. No podía pensar en su hermana de nuevo, al menos no de esa forma. De pronto miró el rostro del menor y se preguntó cuánto lo había lastimado.. Se puso un momento en sus zapatos y supuso que en ese momento él se hubiera ido, entonces algo superó todo eso.. Miru, a diferencia de él ¡¡Se había quedado!! Se estaba dando cuenta de que en verdad era un idiota, y muy ligeramente, empezó a odiarse a sí mismo por haberlo lastimado tanto física como emocionalmente.

Comenzó a despertar cuando su cuerpo comenzó a hundirse en el agua, entonces se levantó un poco para que el agua no le cubriera, no sabía cuanto había dormido, podría ser unos minutos o quizá horas, pero había descansado como nunca lo había hecho en mucho tiempo, volteó a su lado y vió a Shin a su lado, le robó una sonrisa y tomó entre sus dedos el cabello ajeno, jugueteando un poco.

-hey... despierta....

Susurró muy débilmente, no porque estuviera cansado, sino porque aquel momento era tan tranquilo que temía romperlo.

-Mmhm.. -emitió un sonido como de quien no quisiera levantarse temprano. Abrió los ojos y lo primero que vió fue a Miru, entonces sintió como si estuviera soñando en lugar de lo contrario.

-Miru.. ¿ya estás mejor? -dijo, acariciándole una de sus mejillas. -Lo siento.. yo también me sentía cansado. -se disculpó por haberse quedado en esa pocisión, por poco y caía profundamente dormido, sintió más pesado el cuerpo y eso solamente quería decir que tenía que dormirse. -

-si, mucho mejor.... podemos ir a la cama?

Preguntó tranquilamente, ya estaba relajado y definitivamente no podría dormir en aquel lugar, capaz y terminaba ahogandose, así que mejor, ir a la cama.

-anda... vamos...

Se acercó a Shin y le besó suavemente los labios, no podía evitar ser dulce y amable con el chico, aunque no solía serlo con nadie, simplemente era imposible no serlo con Shin, definitivamente, no se estaba enamorando... ya lo estaba.

Correspondió su beso con delicadeza, como si al hacerlo fuera a romperse; aún estaba en su cabeza el rostro de Miru lleno de lágrimas, jamás quería volver a verlo llorar por su culpa.

Se separó de él lentamente y luego se levantó para coger una toalla; lo secó como pudo y luego envolvió al menor en ella. -No puedes irte todo mojado ¿o si? -comentó, un poco divertido. Lo cargó una vez más y se dirigió hacia la cama.

Estando allí, vió que estaba hecha un desastre, entonces se le ocurrió ir a la sala. Después de todo esa cabaña no era tan pequeña y estaba bien equipada con todo lo que era necesario. -¿Te parece si vamos a los sillones? son bastante grandes, mientras, salgo a comprarte algo de ropa.

Se dejó secar por el otro, sintiendose ahora como un perrito mojado, pero no se quedjó, al contrario se sentía bien y, bueno ya luego se desquitaría de ello.

-me dejaras solo?

No quería estar solo en el sillón, aunque fuera para comprarle ropa, no se sentiría cómodo, quería pasar todo el día abrazado a él, aunque fuese lo más cursi que jamas hubiese pensado o dicho, eso quería hacer.

-no te vayas...

Además...tenía un miedo aun mayor muy en el fondo.... ¿y si no volvía?

Escuchó que no quería que se fuera, y definitivamente tampoco quería dejarlo solo. Pero entonces tendrían que hacer algo con la ropa. Quizá los del servicio podrían comprarla si él lo pedía, así no tendría necesidad de salir por cuenta propia.

-No, no me iré. No te voy a dejar solo. -lo recostó en el sillón y apenas se dió cuenta de que seguían desnudos aunque a Miru lo cubría la toalla y estaba limpio. -Tendré que llamar al servicio y pedirles ropa para tí y para mí. -se dirigió a donde estaba el teléfono y ordenó que alguien comprara ropa para ellos, no importaba qué fuera, debían ser rápidos ya que pagaría bien por eso.

Luego de hacer todo eso regresó a dónde estaba Miru y se sentó en una orilla. -Ya está, así no tendré que irme.

-

Ahora se sentía mejor, no se iría, se quedaría con él, sonrió un poco y se acurrucó en el sillón, se sentía más cómodo que en la tina, dejó que hiciera aquella llamada tranquilamente, sus ojos comenzaban a cerrarse lentamente, un bostezo nació de sus labios y se abrazó a uno de los cojines que había en el sofá.

-quedate conmigo...

Susurró una vez más en cuanto sintió el peso del mayor en la orilla del sofá, quizá no había lugar para que Shin se acostara con él, pero aun así no quería que se fuera.

-Aquí estoy. -dijo mientras lo observaba cuando descansaba, casi durmiéndose también. Se inclinó y le dió un beso en la frente. Lo tomó de la mano y entrelazó sus dedos.

Se le veía débil.. y a él ya le estaba pegando el cansancio por igual. Quería dormirse un poco pero sabía que pronto llegarían los del servicio y tendría que pagar. Aún así.. se relajó por unos 15 minutos y cuando ya estaba a punto de quedarse dormido se escuchó la puerta. Soltó su mano y fue a ver quién era, para su alivio ya traían la ropa.

Semi-abrió la puerta y les entregó un bonche de dinero, ni siquiera lo contó. Agarró la ropa rápidamente y cerró la puerta con seguro. Sólo escuchó a los del servicio irse... entonces miró que estaba todo lo que había encargado. Se sintió feliz porque así no tuvo que dejarlo, "qué buen servicio" pensó.

Se dirigió hacía donde estaba Miru y dejó la bolsa donde venía la ropa al lado del sillón. -Miru.. Miru.. aquí está. -le indicó en voz baja.

Antes de darse cuenta ya se había quedado dormido y debía decir que estaba descansando como nunca realmente, era cierto que estaba muy cansado, y aunque fuese poco tiempo el que había pasado dormido se sentía como si fueran horas de descanso.


Escuchó la voz de Shin lejanamente y gruñó levemente como una manera de demostrarle que lo había escuchado, sin embargo se negaba rotundamente a despertar, no planeaba moverse y mucho menos abrir los ojos.

No obtuvo respuesta de su parte, entonces decidió dejarlo dormir mientras se bañaba. Se inclinó a él y le dió un beso en la mejilla antes de encaminarse al baño.

No pensaba tardarse mucho así que sólo desaguó la tina y abrió la regadera de la misma. Puso el agua fría y eso lo hizo despertarse casi de golpe, necesitaba dejar esa parte "cansada" para otro momento porque supuso que cuando saldría Miru ya estaría vestido.

Lavó su cabello y su cuerpo con suma rapidez, no tardó ni 5 minutos cuando ya estaba secándose y saliendo del baño con dirección a donde había dejado la ropa.

Seguía acostado, profundamente dormido y sin deseos de despertar, sin embargo sabía que debía hacerlo, pero su mente le decía que no, que aún quería reaccionar, entreabrió sus ojos un poco y casi inmediatamente los volvió a cerrar.

-tengo sueño....

Murmuró para si mismo, sin pensar que Shin pudiera estar escuchandolo, simplemente abrazó más el cojín y volvió a caer dormido.

Ya se estaba vistiendo cuando lo escuchó muy débilmente. Entonces comentó a són de broma: -No puedes andar todo el día en toalla, vendrán a limpiar el cuarto pronto. Está hecho un desorden. -dijo, con tal de persuadirlo a que se vistiera, o sino lo hacía por cuenta propia, vestiría a Miru si era necesario.. pero juraba que NADIE más lo vería así a excepción de él mismo.

-Anda.. vístete. -casi lo dijo como en órden. Entendía que estaba cansado pero tampoco era bueno estar desnudo, podría enfermarse y su salud le preocupaba también.

-mnh... no.... que limpien luego...

Susurró con voz extremadamente adormilada seguía pensando que estar acostado ahí era mucho mejor, eso y que no había fuerza humana que pudiera obligarlo a levantarsede ahí.

-vísteme...

Dijo igualmente,esta vez con un tono de voz ligeramente caprichoso, sitanto deseaba verlo vestido, entonces que lo hiciera él mismo, porque él no planeaba abrir los ojos.

Se vistió rápido y aún veía que no lo iba a lograr levantar con sus palabras, entonces se cruzó de brazos frente a él y volvió a persuadirlo pero el otro le dijo "que lo vistiera".. -¿Eso quieres que haga? ...Lo haré. -sacó la ropa interior y una camisa que había en la bolsa.

Lo abrazó y con eso pudo hacer que se pusiera en pie, lo estaba deteniendo de los brazos por si se dejaba caer aunque pensó que no haría eso, le dolería hacerlo. Aún así, intentó persuadirlo una última vez -Házlo tú mismo, yo te puedo lastimar... Miru, por favor.

-ah!

Se quejó cuando Shin lo levantó de aquella manera, el movimiento brusco lo había hecho sentirse algo adolorido, aunque mejor no decir eso, ahora estaba molesto, él solo quería seguir dormido ¿era demasiado pedir?

-ya sueltame!

Le dijo quizá un poco más brusco de lo que esperaba, empujandolo levemente. Su entrecejo estaba fruncido, una clara señal de que estaba enojado.

-dame la ropa y ya....

Había esperado esa reacción. No se había sorprendido en lo absoluto, también odiaba que no lo dejaran dormir pero era en verdad, pronto iban a limpiar y bueno, no era que tampoco le gustara estar todo el día encerrado, de hecho.. odiaba estar encerrado fuera donde sea.

-Toma. -Le entregó la ropa que había sacado para él y se le quedó viendo, sabía que no iba a poder hacerlo solo pero también estaba enfadado.. quizá sí..

Lo peor era que estaba ocultando una sonrisa burlesca suya con una mano. Si lo veía así resultaría peor el asunto.

Tomó la ropa de manos del otro, practicamente arrebatandola, ni siquiera loveía, tenía una mueca de desagrado en el rostro y al ver la ropa esta aumento... un pantalón y una camisa de manga corta, odiaba esa combinación... prefería las camisetas de manga larga y shorts!

-Quiero dormir...

Susurró para si mismo, aunque el simple hecho de ver la ropa interior le trajo a la realidad... no podía agacharse.... dolería horrores tan siquiera intentarlo, pasó saliva nervioso, debía pensar en algo y rápido.

-Mocoso.. -tomó la ropa interior y se agachó, estuvo dispuesto a que se la pondría para que no se tuviera que agachar, después de todo no pensó bien las cosas con enojarse. -Yo te voy a ayudar.

Dió un suspiro a esperar que le hiciera caso y dejara de ser tan testarudo. -Tú solo no vas a poder y no trates de disimular que no lo sabes. -indicó con un tono serio.

Hubiese querido reprochar las palabras ajenas, pero era cierto, no podía hacer aquello el solo, aunque fuese algo exageradamente sencillo, en ese momento no podía...

-gracias...

Susurró notandose en su voz vergüenza y un deje de molestia por no poder hacerlo el mismo, alzó un pie apenas un poco para que Shin le vistiera con la prenda hasta que finalmente esta se encontró en su lugar, aunque aun faltaba el pantalón, en cuanto a la camisa élpodía arreglarselas solo.

Le ayudó a ponerse la ropa con sumo cuidado de no lastimarle la parte baja de la espalda y lo que le seguía..

-Veré si trajeron algún short para tí.. -buscó en la bolsa algo más de ropa pero para su mala suerte no encontró nada más que otro pantalón y otras 3 camisas.

-No.. no viene otra cosa. -dijo con algo de decepción. -Iré por un short, quédate aquí, en unos momentos vengo. -se encaminó hacia la puerta pero recordó la voz débil de Miru pidiéndole que no se fuera.

Seguía sin querer que Shin se fuera, sinceramente el short no era muy importante a final de cuentas, le tomó de la mano, impidiendole que se alejara más.

-el pantalón está bien, no te preocupes

Quizá era una escusa para que se quedara, pero no importaba, después de todo si solía usar pantalón, solo no era de su preferencia, solo eso.

-¿De verdad? -dijo, volteándo a verlo. Agachó la cabeza y le dió un beso en su frente. -Vamos a terminar de vestirte.

Tomó el pantalón en sus manos rápidamente, y le ayudó a ponerselo con cuidado de que no le quedara apretado pero tampoco muy holgado como para caersele. -¿No ..te lastima? -preguntó con un poco de curiosidad y preocupación al mismo tiempo.

Le ayudó a que le pusiera el pantalón, tampoco le dejaría toda la carga a él, Shin había tenido cuidado de no lastimarlo y en verdad apreciaba eso, en verdad se preocupaba por él.

-no, no me lastima... estoy bien

Volteó a verlo con media sonrisa, ya no parecía tanto el niño dulce y tierno que hace momentos antes se aferraba a su cuerpo llorando, como si fuesen dos chicos distintos, ahora apenas y si dejabaque esa leve sonrisa de agradecimiento escapase a sus labios.

-¿.. Y tu cabello? -le indicó, tenía señas de que se había acostado, ya estaba casi seco y le dió un poco de risa porque él era muy estricto con su imágen, quizá demasiado.

-Quiero salir. No puedo estar mucho tiempo encerrado -dijo casi con prisa, esperaba que recordara que se alteraba demasiado si estaba así. Parecía algo absurdo pero en realidad era algo chocante sufrir por eso. Quería superarlo pero.. ese miedo simplemente parecía crecer y crecer cada que lo intentaba.

-¿Crees que puedas caminar? -preguntó un poco temeroso pero ansioso de que no se lo negara.

Tenía ganas de golpearlo en la cabeza o gritarle que era un estúpido, o mejor golpearlo mientras le gritaba que era un estúpido, si, eso hubiese sido mejor, apenas si podía mantenerse en pie y su "adorado" novio, le pedía salir a caminar!

-mejor vé a caminar tu solo, yo me quedo aquí viendo la televisión, durmiendo o... cualquier otra cosa....

El tono de su voz nuevamente había sido más frío de lo que esperaba, definitivamente debía aprender a controlar eso o quizá algúndía podría herir a Shin con sus palabras.

-no puedo caminar bien, aquí te espero..

Estaba entre la espada y la pared. Irse y dejar solo a Miru o bien, quedarse pero estar realmente alterado. No podría dormir, ya estaba lo bastante despierto como para querer dormir.

-No, Miru.. no puedo dejarte solo. -declaró por fin.. le costaría bastante, pero se quedaría ahí. Era un idiota que estaba empeorando todo a cada rato. ¡Dios! Hasta él mismo no se soportaba a veces.

-Mejor acúestate otra vez, yo veré que hay de comer. -dijo, alejándose un poco del terreno "¡¡¡TE QUIERO MATAR!!!"

-no soy un niño al que debes de cuidar, ya estoy bien, ve y dá una vuelta, de lo contrario yo tendré que cuidarte a ti... hablo en serio, salte, largo de aquí

Se frotó un poco las sienes y se tumbó de nueva cuenta en el sillón,ahora quería dormir con mayor razón, estaba de mal humor porque lo había despertado a la fuerza, para una tontería como "vestirse" y para colmo le había pedido salir, cuando claramente NO podía....


-por favor Shin.... sal a caminar... no quiere tener que tratar de huir de aquí con un dolor en.. ya sabes donde...

Si hubiera sido otra persona ya lo hubiera mandado muy lejos. Se estaba preocupando por él y todavía le reprochaba aunque, ok, se había pasado en pedirle salir a caminar cuando obviamente no podía pero.. luego escuchó lo segundo y no pudo evitar emitir una carcajada lo bastante sonora. Y es que era así su personalidad. Si algo le daba risa, se carcajeaba a más no poder; o por el contrario, si algo no le gustaba lo decía y punto.

Se rió tanto que el estómago empezó a dolerle, fue allí cuando paró. Mientras entraba a la cocina, se dió cuenta de que había una puerta. "Oh, Salvación." Pensó, cuando se quedara dormido, saldría al menos a respirar aire fresco. Por alguna extraña razón, tenía el olor de Miru impregnado en su olfato y no pudo ni sacarlo aún así si se hubo bañado.

Y nuevamente se reía de él, bueno, de lo que decía, pero a su parecer para el caso era lo mismo, tomó el cojín y se lo lanzó, aunque este Shin ya había entrado a la cocina, quizó hacer alguna especie de berrinche... pero esohubiera sido demasiado infantil,tomó aire y trató de calmarse.

-pero esto me lo pagas luego...

Se dijo para si mismo, acostandose en el sillón de nueva cuenta, buscando un cojín que abrazar... sin embargo ese cojín que buscaba era justo el que había lanzado.

-maldición....

Buscó algo en el refrigerador y en la alacena más no encontró nada que llamara su atención. Volteó para atrás, en dirección a donde estaba la sala, y Miru por supuesto, casi como si se fuera a salir a escondidas.

Abrió la puerta tratando de no hacer ningún ruido y por fin salió. La dejó entreabierta para cuando regresara, tal vez sólo tardaría 5 minutos pero ese aire, de fuera de la cabaña, era reconociblemente diferente. Olía a tierra mojada y el ambiente estaba un poco frío a comparación de dentro del lugar rentable.

-Se va a enojar si me voy.. o si me quedo. -dijo haciéndo su cabeza hacia atrás mientras se recargaba a un lado de la puerta. -Eres un idiota, Shin. -se insultó a sí mismo. Suspiró aliviado de que su claustrofobia no estuviera haciéndole efecto.

Como dijo, después de 5 minutos regresó; lo mejor era que Miru no se había dado cuenta y que ya estaba más relajado, no se había alejado para nada. Se dirigió hacia dónde estaba él pero en el camino encontró un cojín, lo levantó con media sonrisa y se volvió a encaminar hacia la sala. Le dió el cojíin a Miru y prendió la TV, se sentó en el piso ya que no había otro lugar donde quedarse.

Se quedó en el sillón, recostado boca abajo, de esa manera se sentía más relajado y calmado, de esa manera su espalda baja dolía mucho menos, antes de darse cuenta ya se había quedado dormido nuevamente, no le gustaba estar molesto con Shin, pero no podía evitarlo, así era su forma de ser.

Poco después sintió como el cojín se encontraba a su lado y lo abrazó entreabriendo los ojos, viendo a Shin ahí, viendo la televisión.

-te diviertes?

Preguntó con una sonrisita.

-¿Ahora? No. -dijo secamente, mas bien sin querer hablar con él y sin realmente ver la tv.

Quería pensar un poquito para sí mismo, estar solo unos momentos pero tampoco sería tan imbécil como para dejarlo ahí solo porque estaba seguro de que el menor pensaría otra cosa y quizá esta vez sí lo odiase de por vida.

-Quisiera salir.. -murmuró para si mismo. Ese aire libre le había sentado bien y aunque pensó que ya podría estar junto con él en la cabaña no era del todo cierto, de nuevo empezaba a sentir esa sofocación interior.

La sonrisa se borró de su rostro en un instante, aquella voz había sido demasiado cortante, lo estaba hechando a perder... y no sabía cómo o porqué, y eso le molestó, hasta que fue el mismo Shin quien lo dijo, quería salir... y aunque le había dicho que fuera a caminar no lo había hecho, suspiró pesadamente, frotando un poco sus sienes.

-entonces sal...

Se sentó con algo de dificultad en el sillón, ahora era él quien no quería estar ahí, ni siquiera quería estar con Shin, maldición, ahora estaba más molesto que en un inicio, cerró los ojos, quería levantarse y salir de ahí, pero dolía.